SI NO TENGO UN BLOG, NO SOY NADIE

Seguimos compartiendo trabajos de los alumnos de nuestro último curso de Identidad Digital para arquitectos.

En este caso, compartimos el texto de Laura Latorre, que aunque no es arquitecta, se animó a estar durante dos semanas con nosotros.

A la afirmación de “si no estás en Internet, no existes” se podría añadir la de “si no tienes un blog, no eres nadie”. Parece exagerado pero forma parte del mundo en que vivimos, ese mundo en el que si no tienes cuenta en Facebook, Twitter o Linkedin eres considerado un analfabeto digital. Por eso, hoy por hoy, a nivel personal y profesional, escribir o administrar un blog se ha convertido en una necesidad como comer y dormir.

También las empresas/empresarios y particulares han encontrado un filón en los blogs. Hasta hace algunos años, se dudaba de su eficacia. Sin embargo, a día de hoy, muchas marcas han sabido aprovechar al máximo su potencial para propagar estilos de vida y convertirse en influyentes prescriptores; yendo su relación con los consumidores más allá del simple intercambio comercial. Además de constituir un método de promoción online barato, sencillo y rápido.

Aparte de la economía, la comunicación es sin duda la gran ventaja por el feedback que se produce con proveedores y clientes y, en su versión menos mercantil, con los propios empleados en forma de boletines internos. Es una ventana al mundo que no se debe desaprovechar, o así lo aconsejan los gurús del entorno digital.

Por otro lado, la identificación con la marca: un blog bien orientado consigue que los lectores se identifiquen con su autor y con la marca, y que repitan la experiencia de volver cada vez que reciban la alerta de un nuevo post.

Otra de las ventajas, la rapidez, un blog de calidad tiene la capacidad de transmitir las novedades de la empresa de forma rápida, con unos simples clics. Asimismo, permite conversar de tú a tú con los clientes. Éstos pueden comentar cada una de las noticias o artículos que se publican.

En cuanto al diseño, podría decirse que es como una página web pero con la ventaja de tener un diseño limpio, simple y ordenado. Sus contenidos se organizan por categorías, fechas, etc. y suelen incluir un buscador en el que encontrar cualquier información resulta más sencillo.

En esta serie de ventajas, no debemos obviar el tan odiado (si hablamos de competencia) y a la vez amado posicionamiento, más conocido con las siglas en inglés SEO. La publicación constante de nuevos contenidos genera nuevas cadenas de búsqueda por la que los buscadores y, por tanto, los usuarios nos van a encontrar. Y si lo que se desea es ser un referente dentro del ámbito profesional concreto, la clave está en compartir contenidos de calidad y de interés para que los otros profesionales del sector nos visiten y hablen de nosotros.

Pero, de qué sirve estar bien posicionado en Internet si no se consigue que los lectores vuelvan a por más contenidos?. Es decir, que algunos de ellos lleguen a convertirse en suscriptores del blog? Ahí está la clave: fidelización. Si esto no sucede en un tiempo prudencial, es señal de que algo no funciona.

Y a nivel personal-profesional, ¿de qué sirve tener un blog?

Lo que se conoce en psicología como la “pirámide del aprendizaje”, se aplica a la perfección al fenómeno de la blogosfera: aprendemos el 5% de lo que escuchamos; el 10% de lo que leemos; el 20% de lo que vemos; el 50% cuando argumentamos en grupos de discusión guiados; el 75% cuando hacemos las cosas; y el 80% cuando lo enseñamos y facilitamos a otros.

Esto es, se aprende más sobre uno mismo cuando tenemos que contarlo después. Un blog ayuda además a ser perseverante y forjar un hábito. Tener un blog puede enseñarnos a ser constantes y demostrarnos que somos capaces de hacer lo que nos proponemos.

Se convierte también en un medio para ponernos en el lugar de los demás. Cuando escribimos para una audiencia empezamos a tener en mente lo que quiere, sus necesidades y sus deseos. Ese es el primer paso para poder satisfacerlos.

Asimismo, mejora, o debería mejorar, nuestra capacidad de expresión escrita, un activo valiosísimo en la era digital, y nos obliga a estar actualizados sobre nuevos conceptos, nuevas herramientas, etc. Es decir, nos pone al día de lo que debemos saber sobre nuestro sector.

Por último, nos mantiene en contacto con personas con intereses similares a los nuestros, por lo que se pueden generar enriquecedoras sinergias.

Y después de crear el blog, ¿qué queda?

Las empresas/empresarios son conscientes del esfuerzo y dedicación que requiere la puesta en marcha de un blog y su mantenimiento y, con más razón, confían este trabajo a personas cualificadas. En el caso de un particular que decide crear su propia marca personal, todos sus esfuerzos deben centrarse en actualizarlo y hacerlo atractivo, difundirlo en redes de contactos cada vez más ramificadas, y sobre todo, disfrutar cada día un poco más generando nuevos contenidos.

Autora: Laura Latorre

*Laura Latorre es periodista y publicista de formación. En los últimos 15 años ha trabajado en gabinetes de comunicación de distintas instituciones públicas y privadas del ámbito de la educación y la arquitectura. Sus últimos esfuerzos se centran en entender mejor el avance digital y, al contrario de lo que defiende en el post, todavía no dispone de un blog.

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*Stepienybarno está formado por Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó y desde mayo del 2009 estamos en la red con  la presente publicación digital (Blog) de arquitectura.

Nuestra actividad se sustenta en tres pilares básicos: la investigación, la publicación (comunicación y difusión) y la redacción de proyectos de arquitectura.

A su vez, somos socios cofundadores de SINERGIA SOSTENIBLE, redactores de LA CIUDAD VIVA y directores del blog de FUNDACIÓN ARQUIA.

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