¿NOS ESTAMOS ADAPTANDO BIEN LOS ARQUITECTOS A LA NUEVA ERA DIGITAL?
La nueva era digital llegó para quedarse y los cambios que hemos sufrido en los últimos años han sido de dimensiones increíbles.
Si a todo ello unimos la crisis que nos ha tocado vivir y que los arquitectos hemos sido una de las profesiones más damnificadas, tenemos un cóctel molotov encima de la mesa.
Así que, si te interesa este tema, te animamos a echar un ojo a la siguiente reflexión.
1_ ATENTOS A LOS CAMBIOS Y CONFIANDO EN LO QUE VIENE
Parece que fue ayer cuando terminábamos la carrera, y con toda la ilusión del mundo, nos lanzábamos a montar nuestro propio estudio de arquitectura. Y ¿cómo lo hacíamos? pues, realmente, sin tener mucha idea de casi nada (en realidad, ni siquiera de lo que es ser arquitecto). Por aquel entonces, pensábamos que la realidad era fija y prácticamente inmutable; que podríamos hacer proyectos de arquitectura toda la vida y que, como lo más complicado era empezar, esto no tenía vuelta atrás. ¡No imaginábamos lo que vendría al poco tiempo de estar en la calle!
No sabíamos nada de estrategia empresarial, más allá del sentido común, y mucho menos de cómo comunicarnos como estudio de arquitectura.
Vaya… como la mayoría y, aun así, hasta que llegó la crisis, nos fue lo suficientemente bien como para que el parón de proyectos no nos dejara patas arriba. Y, básicamente, nos fue decente, porque estábamos en un entorno tranquilo, no hicimos ningún exceso y las cosas por aquel entonces 2004 -2008, más o menos, tendían a salir bien. La prudencia y el trabajo de hormiguitas también ayudaron.
Eso sí, con la llegada de la crisis vimos muy claro que, en ese nuevo entorno laboral (navajazos por un chandal), ya no éramos demasiado competitivos. Nos gustaba demasiado la arquitectura como para hacerla a la carrera y lo de competir por precio, nunca nos pareció buena idea.
Nuestro músculo como estudio todavía no era tan grande como para seguir por inercia; así que, nos pudimos replantear qué hacer con nuestras vidas.
Así, sin saber muy bien hacia dónde, comenzamos un camino que nos llevaría a picotear de mundos alejados de la realización de proyectos; pero que, casi siempre, han estado en la periferia de la misma arquitectura.
Imagen de uno de los talleres de arquitectura para los más pequeños que hemos venido haciendo desde el 2008 con nuestra asociación de Sinergia Sostenible.
Hicimos los cursos de doctorado, pusimos en marcha nuestras tesis, nos liamos con la organización de eventos (alguno medio grande como los Equiciudad), desde el 2008, desde nuestra asociación de Sinergia Sostenible, comenzamos a hacer talleres infantiles de arquitectura y sostenibilidad y nos metimos de lleno en temas de bioconstrucción y sostenibilidad.
Todo ello ha estado muy bien; pero no fue hasta que comenzamos a entender que una nueva era digital había llegado, cuando nuestras trayectorias profesionales comenzaron a coger peso.
Empezar a experimentar en primera persona todo lo que íbamos aprendiendo de reputación digital, modelos de negocio o comunicación online, fue clave para descubrir un nuevo camino: el camino de los nuevos tiempos.
Aquí, siempre ha habido espacio para soñar, pero también para estar despiertos a lo que el propio destino nos tenía preparados. Muchas veces, empeñarnos en algo porque pensamos que es lo mejor para nosotros, es manera más ineficiente de llegar a la meta.
A su vez, hace bien poco que los arquitectos veíamos irrumpir los programas de CAD en nuestras vidas y de un día para otro, o te subías al carro o quedabas obsoleto. También en esos años noventa, hubo quienes vaticinaron que esas modas no llegarían muy lejos.
Más adelante, llegó el tema de la sostenibilidad y la eficiencia energética a nuestro mundo y, nuevamente, fueron muchos los que defendían que si la arquitectura era buena, ya incorporaba estos conceptos. Pero no; no es cierto y a la buena arquitectura le viene muy bien mover el culo para aprender de estos conceptos y ser más eficiente. La zanganería y la prepotencia de más de uno, volvió a ponerse en evidencia y hoy ya son menos los que se siguen cerrando el banda a nuevas ideas.
Por último, citar que la irrupción en el mercado del mundo BIM, puede, otra vez, dar por cerrada una etapa y que la mayoría de arquitectos tengamos que volver, nos guste o no, a adaptarnos a nuevos tiempos.
Estos cambios son propios de nuestra disciplina, y, por supuesto que, hay que tenerlos muy presentes; pero, a la vez, hay que estar con la mirada puesta en los cambios globales que se están produciendo y que nos abren un mundo de posibilidades.
No hace tanto, algo como Google Drive o las herramientas de gestión de proyectos en red eran una utopía y, por ello, la posibilidad de colaborar con otros profesionales era mucho menor (por los problemas de la distancia). Hoy, no tentemos excusa para estar sólo mirando hasta donde alcanza nuestra vista; por lo que, las posibilidades laborales aumentam de manera exponencial.
En muchos de nuestros cursos, los alumnos nos dicen: “sí, sí, todo esto que contáis está muy bien, pero luego yo voy a hablar con el señor de toda la vida y lo que quiere es otra cosa”; y, efectivamente, tu vecino puede querer misa y puede quererla en latín y, además, por cuatro duros; pero, nadie nos obliga a trabajar en un círculo tan pequeño de posibles clientes. No decimos que no haya que trabajar con gente cercana; solo insistimos en que no es la única opción y esto que puede sonar obvio, parece que no lo es tanto. Trabajar a distancia y, si te apetece, en pijama, es una posibilidad cada vez más real.
Si tenemos claro que, si por ejemplo queremos especializarnos en calcular instalaciones, nuestros clientes potenciales pueden estar lejos y no pasa nada. Es muy cómodo el trabajo desde casa con un estudio que está a cientos de kilómetros; sólo es cuestión de haber generado la confianza suficiente para que se pueda producir una colaboración certera.
Son tiempos en los que el talento va a mandar y, si no tenemos capacidad de realizar sinergias con otr@s compañer@s, mal vamos.
2_ ¡SOÑAR SÍ, PERO CON LOS PIES EN SUELO!
Muchas veces nos pasa que los arquitectos que se acercan a nosotros para que les asesoremos sobre temas de red o de Identidad Digital, no tienen claro cuál es su objetivo ni cuáles son sus prioridades. Es más, cuando planteamos la importancia de tener una perspectiva de la idea de negocio que se va a tener, es un tema que a más de uno echa para atrás.
Sin embargo, no tener un plan estratégico que pueda guiar la nave, es un lastre demasiado grande. Otra cosa es querer tener todo muy planificado, lo cual, nuevamente, es un error.
No son tiempos ni de ir a la deriva, ni de querer todo atado. La primera opción, es factible, pero puede ser muy lenta, y la segunda, hará que nos frustremos constantemente por no conseguir lo imaginado. No es bueno jugar a ser adivino; es mejor marcar un rumbo y tener claros los dos o tres pasos siguientes a dar.
Como hemos dicho más de una vez, es importante tener sueños, y puestos a soñar, mejor soñar en grande; pero igualmente importante es no dejarnos llevar por el “todo es posible” y “soy capaz de todo”.
Rescatando esta idea y al hilo de la famosa vídeo entrevista al actor y director, Odín Dupeyron y su Pensamiento mágico-pendejo. Clara Ávila, señala que,
“(…) Basta ya del “pide y se te dará”. Ser feliz de manera constante no te va a llevar al éxito sino a la frustración cuando veas que las cosas no llegan porque sí. No seas feliz, sino lucha. Eso no significa que lo vayas a conseguir, el talento es distinto a la pasión.
Tenemos gran injerencia en las cosas que nos pasan. Claro que no soy negativa, solo que creo que querer algo es algo indispensable para conseguirlo, pero no único. Eso sí, lucha y conócete.” (1)
Así, es necesario tener buenas raíces antes de soñar con tocar el cielo; si no es así, puede que suene la flauta y hagamos algo increíble, pero también es muy fácil que nos demos un buen trompazo. Fracasar tiene su parte interesante en cuanto aprendizaje; pero, siendo prácticos, cuanto menos fracasemos mejor. De las victorias también se aprende y si hay que aprender de los fracasos, también se puede aprender de los fracasos de otros.
Con todo ello, tomamos prestada esta reflexión que vemos en el blog de Superhabitos, al hilo del método Kaizen y la hacemos nuestra:
“Busquen los cientos de pequeñas cosas que pueden mejorar. No traten de planear un departamento completo o una mega instalación de equipamiento nuevo. No hay tiempo para esas tareas mayores. Busquen mejoras en trabajos que ya existan y con equipo que ya tengan.
Cuando mejoras un poco cada día, eventualmente cosas grandes suceden. Cuando mejoras tu condición cada día, eventualmente mejoras muchísimo tu situación. No mañana, no pasado mañana, pero eventualmente ganaste muchísimo. No busques el gran y rápido cambio. Persigue el pequeño cambia un día a la vez. Es de la única manera que pasa y, cuando pasa, perdura”. (2)
Así, lo último que tenemos que hacer es quedarnos quietos por miedo al que pasará; cuando se emprende en pequeño los riesgos son mínimos y, si se ven estos pequeños pasos, nos dan mucha moral para poder seguir adelante. Por ello, conviene preguntarnos ¿cuál es el siguiente paso que podemos dar en esa idea que nos ronda en la cabeza? Y muchas veces, aunque no lo veamos muy claro, hacer algo.
Se trata de estar en Beta contante y, por lo tanto, siempre mejorando. No olvidar que, como se dice en el mundo del emprendimiento, la clave para llegar a buen puerto es saber estar siempre pivotando.
De todas formas, si te interesa el Kaizen, puedes echar un ojo a la reflexión que hace Marco Antonio Moreno, en el blog de economía para todos, el blog del salmón:
“(…) La expresión Kaizen viene de las palabras japonesas “kai” y “zen” (en la imagen) que en conjunto significan la acción del cambio y el mejoramiento continuo, gradual y ordenado. Adoptar el kaizen es asumir la cultura de mejoramiento continuo que se centra en la eliminación de los desperdicios y en los despilfarros de los sistemas productivos. Se trata de un reto continuo para mejorar los estándares, y la frase: un largo camino comienza con un pequeño paso, grafica el sentido del kaizen: todo proceso de cambio debe comenzar con una decisión y debe ser progresivo en el tiempo, sin marcha atrás. Este método se utiliza también en sicología para la obtención de metas. Por ejemplo, una persona que desee bajar de peso, debe comenzar con una dieta continua y progresiva en el tiempo. Lo mismo para quien desee correr la maratón. El primer día serán sólo un par de kilómetros, pero el esfuerzo creciente y continuo de cada día permitirá al deportista alcanzar el nivel deseado.” (3)
Por otra parte, parece que, lo queremos todo, pero ¡sin darlo todo! Somos una de las profesiones más vapuleadas por la crisis, nos cuesta mucho adaptarnos a los cambios y encima no hacemos los deberes para ser más competitivos a nivel empresarial. O nos quedamos en casa quejándonos o nos tiramos a la piscina, sin el necesario flotador y luego vienen los lamentos.
En este sentido, desde hace mucho tenemos claro que es bueno ser valiente y que, una vez que se tiene un sueño, conviene ir a por él; pero, no es menos cierto que, bien vale la pena pararse un poco a formarse y salir a escena con el guion bien aprendido. Luego tocará improvisar mucho; eso desde luego, pero vamos a echar los cimientos antes de levantar la estructura.
Por eso, desde hace unos años, estamos dando multitud de cursos de Identidad Digital con la idea de compartir lo que sabemos de temas de marca, empresa o comunicación con otros profesionales. De arquitecto a arquitecto.
Así que, si quieres aprender del tema con nosotros, estate atento que pronto anunciaremos la sesta edición de nuestro curso online de Identidad Digital (si nos dejas tu correo blog@stepienybarno.es te escribiremos directamente).
En fin, que está bien ser realistas y poder lamentarnos de lo mal que está todo. Esto es lícito y, llegado un punto, hasta saludable. No será la primera vez, que por aquí nos quejemos de que nuestras instituciones (colegios o universidades) no se adaptan a estos nuevos tiempos o que nuestro colectivo no es el más unido del mundo; pero, quedarnos en la queja, no nos llevará muy lejos.
Seguramente, es mucho más provechoso ver lo que están haciendo otras profesiones y aprender de ellas. Os imagináis a un dentista compitiendo por precio o un diseñador de moda regalándote sus bocetos para ver si te convencen. Pues eso… que no es bueno que, como salida profesional, estemos pensando en bajadas de honorarios, competir en concursos contra más de cien compañeros o ir a trabajar a determinados estudios a cambio de una línea en curriculum.
Tenemos demasiado integradas ciertas prácticas laborales que sólo nos hacen daño (más sobre el tema en este estupendo post de Enrique Parra, para el blog de Fundación Arquia –aquí-)
3_ NUEVOS TIEMPOS, NUEVOS DESAFÍOS.
Los nuevos tiempos que llegan de la mano del 2.0 abren muchas puertas (más allá de las evidentes). Sin embargo, habitualmente nos volvemos locos por estar en las redes sociales, en muchas redes, y ¡todo el día pendientes de ellas! pero, en el fondo, no sabemos demasiado bien para qué lo hacemos.
En parte es evidente que aumenta (¿mejora?) nuestro rastro digital; pero, a su vez, no hay que olvidar que es mucho tiempo el que invertimos en ellas, para un retorno cuando menos dudoso.
Además, nuestras acciones suelen ser resultado de impulsos y no de una estrategia pensada y estudiada, desde la perspectiva de nuestra estrategia empresarial. Así, la pequeña gratificación del “me gusta”, seguramente, si lo miramos con perspectiva más analítica, no compensa la intensidad que ponemos en el efímero mundo de facebook y compañía.
Así, lo que toca, no es tanto estar en las redes, sino ver cómo la nueva era digital nos afecta, de una manera estructural, a nosotros y a nuestro modelo de negocio (en el caso de tenerlo). Los cambios, para poder adaptarnos al mundo 2.0 han de ser sustanciales y no de maquillaje.
Como dice el experto en transformación digital Genís Roca:
“(…) la internet de las cosas propicia el paso a servicios y eso sí es totalmente monetizable. Por ejemplo, hay un laboratorio farmacéutico en España que produce insulina. Nuestra hipótesis es que su destino es ser los líderes en servicios para diabéticos, y ahí viene una oportunidad de la mano de la tecnología porque le abre la oportunidad para definir servicios. ¿Qué quiero decir? Con la misma tecnología de microchips que llevan los corredores puedes prototipar una tirita que mida tu nivel de glucosa en sangre cada cuatro horas y emita un dato a través del teléfono. En este caso, por ejemplo, un diabético que vive solo, en caso de crisis puede emitir una señal a un médico para que vayan a casa a atenderle y a sus familiares para avisar de lo que está sucediendo. Esa tirita será gratis porque ya pagará una cuota mensual por el servicio. La frase que uso para resumirlo es que «todo producto sometido a presión digital, muta a servicio».
Cuando en un río pongan sensores para medir la contaminación, un tío tuiteando que el río baja verde será absurdo. Es para decirle, relájate, sabemos en qué punto del río está el problema y por quién ha venido, así que ayuda en vez de tuitear tanto.” (4)
Con ello, no se trata tanto de pensar qué queremos vender; sino de transformar o adaptar lo que hacemos a un cliente concreto que pueda demandar hoy (no en el pasado) nuestros servicios. Poner el foco en el cliente y adaptarnos al mundo 2.0 es clave para tener opciones de sobrevivir.
En cualquier caso, nuestra profesión de arquitectos siempre ha actuado a sentimiento y navegando a favor de la corriente, empresarialmente hablando. Hasta hace cuatro días, por estatutos estaba prohibido publicitarnos y, a buen seguro que hoy en día muchos arquitectos de cierta edad, ven mal que otros más jóvenes hablemos de marketing o emprendimiento. Más de una vez, los más veteranos nos han dicho que no saben por qué tienen que hacer “propaganda de su estudio”.
En realidad, está claro que hacer propaganda no tiene especial interés; lo que tenemos que aprender es a comunicarnos y, a partir de ahí, hacer llegar un mensaje claro y directo. Si lo hacemos bien, la sociedad, por fin, entenderá para qué servimos, tanto a nivel colectivo, como a nivel individual.
Consciente o inconscientemente, hay demasiados de los nuestros que siguen pensando que somos una especie de elite y que, tarde o temprano, todo volverá a ser como antes.
Pero la realidad manda y ya no podemos seguir alejados de la sociedad, ya no podemos mirar a la red con desconfianza y ya no podemos pensar que nuestro modelo de llanero solitario tiene sentido. Son tiempos de sinergias (#ArquiSinergias) y de buscar nuestras fortalezas para agregar un valor específico en nuestro trabajo.
Sobre esta idea, no hace mucho hemos reflexionado por aquí.
A todo ello, hay que sumar que a día de hoy existen herramientas digitales de carácter colaborativo que no podemos seguir pasando por alto. Y ¿por qué tenemos que tenerlas en cuenta? Porque, principalmente, facilitan las sinergias y, además, reducen costes. Hace cuatro días si querías una reunión, ya sabes lo que había. Si te tenías que desplazar, perdías tiempo y dinero; hoy, y desde no hace tanto, existen herramientas como los hangout de google que te permiten reunirte cómodamente. No depender ni del tiempo ni del espacio, nos da mayor flexibilidad. También, aumenta la transparencia en un momento dado al quedar todo registrado.
Ah!! Y no olvidar que tenemos la posibilidad de crear una comunidad para uso interno o, aunque den menos juego, podemos usar los grupos de facebook o las comunidades de google plus.
A su vez, desde hace un tiempo están cogiendo mucha fuerza las redes sociales corporativas (Viggio o Zyncro) que son una mezcla entre una comunidad online y una red social tipo facebook o google plus.
Por cero euros (o casi) podemos manejarnos con herramientas como gestores de tareas (Toodledo y FacileThings), gestores de proyectos (Yammer o Asana -una maravilla-) o herramientas de almacenaje de información, como Evernote.
(Por cierto, si quieres recibir todo nuestro arsenal de herramientas digitales no tienes más que apuntarte a nuestra newsletter – al final del post-).
Éstas y muchas otras herramientas, nos están facilitando la vida a más no poder, a la hora de poder trabajar a distancia y, sobre todo, de una manera más productiva. La eficiencia personal es otro temazo que conviene tener muy presente (más sobre el tema, por aquí).
Y ya para terminar, apuntar que, lo que cada vez está más claro es que salir de nuestra zona de confort, a la fuerza o por nuestro propio pie, es la mejor manera de poner en juego nuestra creatividad. Esta arma de construcción masiva está casi impresa en nuestro ADN de arquitectos. Así, como bien se encarga de recordarnos el experto en pensamiento lateral, San Miguel de Tucumán,
“La forma más segura de motivar la imaginación es buscando estímulos y ambientes que no se hayan experimentado.” (5)
Por lo tanto, más allá de dejar que nos entre el canguelo por tener mirar a nuevos horizontes, más bien, lo debiéramos ver como una oportunidad de poner en juego todo nuestro potencial.
Es hora de enfocar el problema desde otro punto de vista y, sobre todo, estar muy despiertos a lo que va viniendo. Pasito a pasito, en modo “mejora continua” on; es decir, siguiendo los pasos de Kaizen, las posibilidades aumentan. A su vez, no tener miedo al 2.0 y cambiar el foco hacía el cliente, son buenas claves para estar al pie del cañón.
Desde ahí, seguirá haciendo mucho frío, pero comenzarán a salir algunos rayos de sol. Nosotros vamos a buscarlos ¿te vienes con nosotros?
Autores del post: Stepienybarno _ Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó
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http://www.claraavilac.com/2015/05/05/el-pensamiento-magico-pendejo/
(2)_ Kaizen cotidiano: emprendiendo paso a paso
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Genís Roca: «En internet hemos vivido nuestro Mayo del 68, pero ya está apagándose»
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6 COMENTARIOS
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31/01/2017Si no está roto... ¡arréglalo! Innovación en arquitectura | ARQcoaching
StepienyBarno
14/10/2016Así es, Marta! Muchas gracias por pasarte por el blog!
Marta López
11/10/2016Renovarse o morir! Hoy en día es necesario adaptarse a las nuevas tecnologías en cualquier ámbito, también en la arquitectura. Hay que aprender a usar estas novedades en nuestro favor
ITE Galicia
10/09/2016Muy buen artículo, somos seguidores de vuestro blog desde ya.
Enhorabuena!
StepienyBarno
03/09/2016Totalmente de acuerdo Igma. A pesar del tono un tanto negativo del post, sí es cierto que hay cambios y toca valorarlos como tales.
Un abrazo.
igma pacheco-rivas
02/09/2016Hola Agnieszka y Lorenzo.
Vamos en busca de esos rayitos de sol, como no? Es muy esperanzador lo que escriben hoy.
Y paradójicamente, me he quedado con una sensación de vacío.
Los arquitectos estamos muy solos, por un lado una sociedad que no entiende del todo lo que hacemos y nos ve lejos, nos siente lejos. Nos ven como técnicos, especialistas y creo es justamente por lo que menos quiere ser reconocido un arquitecto.
Y por otro lado, nos cuesta dar el paso a trabajar con otros colegas, hay un miedo a juntarnos y compartir experiencias, conocimientos, trabajos e ideas…
Pero esta actitud cambiando, paco a paco. Sobre todo en los arquitectos jóvenes. Creo cambia mas rapido el entorno, el contexto (off-line o on-line) que nuestra actitud ante lo nuevo…
Pero hay que seguir vuestros consejos, ir poco a poco, en modo mejora continua y celebrando nuestras pequeñas victorias…
Tenemos que hacer algo… el sol esta ahi, solo faltan las claraboyas para que entren esos rayitos de sol…
Les mando un abrazo,
Igma