ARQUITECTURA Y EDUCACIÓN 6/10 _ Brijuni arquitectos
Cuando parece que las cosas no pueden ser más interesantes siempre llega alguien que te convence de lo contrario! En este caso Paco Casas y Beatriz Villanueva, se encargan de poner el listón todavía más alto en esta serie de arquitectura y educación, #EduArq10, que hoy llega su volumen 6.
Pasen, lean y disfruten (si no se sienten aludidos) del texto.
Viejas escuelas, nuevos profesores: Una nueva (y mejor) generación.
Hay que ser optimistas. También agradecidos. Comencemos disculpándonos antes de todos aquellos profesores que vayan a sentirse ofendidos por estas líneas al pertenecer a una generación anterior que es la que ha de ser reemplazada por una nueva. Es ley de vida. Muchas gracias a todos los profesores que han dedicado su vida o parte de ella, o al menos han intentado compartir su experiencia profesional en las aulas. Muchos de vosotros habéis sido una gran inspiración y vuestro entusiasmo y generosidad supone todo un reto para los que vienen detrás.
Dicho esto, para todos los demás que no se sienten aludidos por el primer párrafo, que han desempeñado su docencia como una carga o simplemente como un puente desde el que proyectar su ego o lanzar su carrera, para todos los que han manifestado un desprecio generalizado por generaciones enteras de alumnos a los que jamás prestaron atención excepto si tenían la suerte de ser brillantes, conocidos o hijos de algún otro compañero; para todos los que nunca habéis aprendido nada de vuestros alumnos (qué torpes sois!) y vuestras miradas eran de desprecio y vuestros comentarios de ensañamiento, nos gustaría que conocierais esta anécdota que aparece en la película “The Last Quartet” y que protagonizan, entre otros, Philip Seumour Hoffman y Cristopher Walken. En ella, Walken, interpretando el papel de profesor de violonchelo y concertista, cuenta una anécdota en la que recuerda cuán grande fue su decepción cuando Pablo Casals, eminente violonchelista y también profesor de toda una generación posterior, le pidió que tocara una determinada pieza y al finalizar sólo tuvo comentarios de elogio aún cuando el alumno -Walken en su juventud- había interpretado la pieza de manera nefasta. Al cabo de los años, un Walken profesional vuelve a encontrarse a Casals y se sorprende cuando éste, al ser recriminado por su benevolente crítica, sólo recordaba los aspectos positivos de la interpretación del alumno. Era lo único en lo que se había fijado, ya que sólo así, construyendo a partir de lo positivo es como el alumno puede mejorar, quedando sólo para los mediocres y acomplejados profesores el insulto y la humillación como estrategias posibles.
“El halago debilita”, “hay que dar liebre por gato” (o “más por menos” en su versión libre moderna), “que la inspiración te llegue trabajando” y otras, más o menos afortunadas, citas de ilustres personas que de tanto repetirlas convertisteis en cansinos y aburridos eslóganes carentes de contenido.
Que cunda el entusiasmo. Detectamos y reconocemos a nueva generación de profesores jóvenes, algunos con los pecados de sus mayores (ensimismamiento, relajación, endiosamientos sensación de pertenencia a una élite, etc…), otros muchos, con las virtudes necesarias para afrontar una labor hoy mucho más difícil que hace años cuando era facilísimo ser profesor de una carrera que prometía, al menos, trabajo, cuando no éxitos o dinero. Hoy es mucho más complicado transmitir esa seguridad y de hecho no sería otra cosa que mentir. Por eso, tiene mucho más mérito ser profesor hoy de unos alumnos inseguros acerca del futuro que tienen delante a unos profesores igualmente inseguros ya que su esfuerzo no ha sido reconocido, como sí lo fue el de sus precedesores, ni por la posibilidad de construir (no ya grandes obras, sino simplemente alguna), ni por la seguridad económica derivada de ello, ni por la seguridad laboral anteriormente asociada a la docencia en la universidad. ¿Cómo, desde un podium tan inestable, enseñar arquitectura a una generación de estudiantes igualmente inquietos sobre su futuro laboral y sobre la propia disciplina?
Aún así, decenas, centenas de profesores asociados en la universidad pública y de contratados a tiempo parcial por horas, sin dedicación, viven parte de su vida en trenes, aviones o coches y pasan miles de horas a lo largo de los años en viajes interminables para hacer aquello que siempre han deseado hacer: compartir su pasión por la arquitectura con otras personas, tan entusiastas o más, y cuyo entusiasmo ha de cuidarse hoy más que nunca. Todos estos jóvenes profesores, muchos de los cuales conocemos -viajeros de segunda o tercera alejados de las salas vip de los aeropuertos donde sus mayores ejercitan el consuelo del jet lag en una pantomima planetaria poco sostenible- intentan ser igualmente exigentes con sus alumnos, si bien entienden que las personas están antes que la arquitectura y que es mejor ser buena persona que ser buen arquitecto. Por ello, no malgastan su tiempo en humillar a los alumnos. Bien al contrario, prefieren motivarlos intentando que su paso por la escuela sea recordado con alegría y no como un suplicio. Intentan que cualquier asignatura pueda tener interés, sea esta una maría o una de las duras, evitando la soberbia de calificar siempre de forma estricta y desagradecida y empleando la generosidad y la justicia en dosis iguales, del mismo modo que procuran que las clases sean verdaderos espacios de debate y confrontación de ideas donde ningún comentario está de más y donde todos los alumnos son, continua y sinceramente, animados a expresar su opinión y éstas son respetadas y valoradas como debe serlo cualquier esfuerzo de un estudiante por compartir lo poco o lo mucho que ya sabe con sus compañeros, ya que esta es una de las formas más valiosas en el aprendizaje.
Si usted tiene entre 45 y 60 años y se siente identificado con todo ello: enhorabuena.
A los que no contestáis emails, menos aún si son largos, y hacéis que os visitemos para cualquier estupidez: estáis anticuados.
Texto: Brijuni arquitectos _Paco Casas y Beatriz Villanueva
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Texto: bRijUNi architects. Estudio de crisis arquitectónica y especulación literaria formado por Beatriz Villanueva, arquitecta (ETSAM), Master en Gestión y Diseño de Espacios Virtuales (Fundación Camuñas-UEM) y Master en Proyectos Arquitectónicos Avanzados (ETSAM); actualmente está redactando la tesis dentro del grupo ARKRIT de teoría y crítica (ETSAM); y Paco Casas, arquitecto (ETSAM), Master en Teoría, Análisis e Historia de la Arquitectura (ETSAM), cuya tesis aborda los Fundamentos Historiográficos, Teóricos y Críticos de los años 50.
Son profesores de Teoría y Crítica e Historia del Diseño y la Arquitectura en UEM, IED, MADin USAL; y de Ética y Deontología en ETSAZ USJ. Participaron en el Visiting Teachers’ Programme de la Architectural Association 2011 y como tutores de la Architectural Association Summer School 2012.
www.brijuniarquitectos.com
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14 COMENTARIOS
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22/01/2016Beatriz Villanueva 1973 | un día | una arquitecta
Paco Casas (bRijUNI)
11/06/2014Gracias por tu comentario «hay que salir de la zona de confort», da gusto leer elogios, jajjaa, no seremos amigos??? Me alegro de que gracias a una maría encontraras un futuro tan interesante. De eso se trata, al menos en mi opinión, de abandonar la enseñanza de arquitectura absolutamente obsesionada con el ejercicio de la profesión a través de concursos y proyectos de forma igualmente obsesiva. Suerte!
Hay que salir de la zona de confort
31/05/2014Enhorabuena por el post Brijunis y al blog por el tema! me acerco mucho a esa visión de la nueva generación de arquitectos volcados en una labor entusiasta y generosa hacia la enseñanza (ya sea en las escuelas, en Internet, en los institutos o en los pasillos) y casi siempre como complemento a una actividad laboral difícil por las circunstancias. También pienso que hay que ser agradecido con aquellos profesores «mayores», que precisamente son los que han posibilitado el cambio; igual que habrá que ser generoso con la siguiente generación a la que hayamos conseguido entusiasmar. Lo digo como un arquitecto que es profesor de diseño en Chile y que gracias a una «maría» vio la oportunidad en los muebles para abrir el campo de exploración a una profesión demasiado centrada en la edificación. Como bien decís, que cunda el entusiasmo y abramos las puertas a desempañar la formación en otros campos igual de creativos (quizá aliviemos algo el tapón laboral). No sólo profesores de proyectos!no sólo en escuelas de arquitectura!no sólo en España! Sois muy buen ejemplo de esto y se agradecen vuestras palabras! Saludos.
Paco Casas (bRijUNI)
20/05/2014Hola, Iván. Gracias por tu comentario. Sí, llevas razón, la edad quizá no sea el parámetro más importante, no obstante el texto sí quiere darle una validez a la idea de una nueva generación, ojalá, mejor, menos prepotente al menos y más participativa o cercana, si bien por supuesto, tal como dices, los límites no son tan claros como los pintamos nosotros y hay tanto de lo uno como de lo otro en las distintas generaciones. Con suerte, el divismo desaparecerá pronto. Un abrazo!
Iván Capdevila
19/05/2014Más vale tarde que nunca. Enhorabuena!!! Empiezo a sospechar que esta serie de «Arquitectura y Educación» se está convirtiendo en una especie de terapia de grupo que nos está viniendo genial a muchos (y no va con dobles), no sólo para desahogarnos sino sobre todo para saber que no estamos solos 🙂
Por otro lado, me gustaría hacer hincapié en un comentario: «Si usted tiene entre 45 y 60 años y se siente identificado con todo ello: enhorabuena» Preferiría no hacer referencia a la edad. Estoy convencido que todos conocemos a docentes menores de 45 que desafortunadamente pertenecen mentalmente a una generación que nunca han vivido y viceversa. Cada vez estoy más convencido que «lo generacional» es más una cuestión mental para unos y/o romántica para otros.
Verónica Sánchez
13/05/2014Qué gusto de post ¡¡¡¡¡¡¡¡ENHORABUENA!!!!! Qué bien leer cosas que alimentan!!!
Un abrazo grande
Sandoval
13/05/2014La verdad es que dan ganas de llorar.
Gracias por ese aliento positivo, mes amis!!!
Los profesores del mundo os lo agradecemos de corazón.
(Miguel Martín Heredia) vía facebook
13/05/2014Ahí hay un buen profesor para alumnos con interés, el conocimiento es importante pero la capacidad de provocar el deseo por el conocimiento y la reflexión en el alumno lo es mucho más.
(Miguel Villegas) vía facebook
13/05/2014Chapó.
Estoy muy de acuerdo en que hay que alabar, pero creo en el «una de cal y una de arena». Sólo el elogio lleva a la autocomplacencia y la relajación, la pereza, la desidia y al final los malos resultados.
Creo que hay que pinchar, siempre con un respeto reverencial hacia los alumnos, pero pinchar un poquito.
Será que vosotros sois demasiado «buenagente».
Paco Casas
13/05/2014Loliví, muchas gracias, amiga! (hemos de reconocer tu condición de amiga para asociarlo a lo amable de tu comentario). No, a jajaja, muchas gracias, sí, hay que ser positivos como lo eres tú. Los estudiantes lo necesitan, no más aves de mal agüero en las aulas
María, qué comentario tan bonito, muchas gracias, como te decía en Facebook, dobles además porque siento tú estudiante, aunque ya por poco tiempo, hace más ilusión. Al final aquí siempre estamos los mismos y hace falta que de verdad rompamos ese rollo jerárquico tan antiguo y podamos hablar con confianza, al fin y al cabo nosotros también hemos sido estudiantes hace nada y lo seguimos siendo en cierto modo por el doctorado. Sabemos que res muy positiva y estás deseando que tus profesores lo sean contigo, no te desanimes!
Susana, gracias, nos encantó tu post, pero no sabíamos cómo aportar, la verdad, creo que igual porque era impecable.
Enrique, qué tal? Me alegra que nos reencontremos. Gracias por tu sabio consejo y un abrazo! (a todos).
Por aportar algo más (más allá de saludar en todas estas líneas que es lo que he hecho), voy a recuperar lo que dice Miguel Villegas en Facebook que está muy bien, a continuación…
EnriqueParra
12/05/2014No hay nada más triste que pasar por asignaturas sin pena ni gloria, sin aprender absolutamente nada. Demasiada gente hay que le gusta ser profesor pero no le gusta enseñar… Pero también los hay con una dedicación ciega que transmiten a sus alumnos la pasión, así que mejor centrar la atención en estos y los otros simplemente obviarlos 😉
Susana García Bujalance
12/05/2014«Los creativos, se dice a veces, son aquellos que impiden que el todo naufrague en rutinas nocivas» Sloterdijk
Enhorabuena por el artículo y por la posición.
María
12/05/2014«»Jóvenes profesores que intentan ser igualmente exigentes con sus alumnos, si bien entienden que las personas están antes que la arquitectura y que es mejor ser buena persona que ser buen arquitecto»»
-simplemente esto, porque hay jóvenes elitistas de traca y hay muchas más cosas que acabo de leer, dicen mucho de los autores y hacen que personas como yo, que estamos hasta el ………….. De este asqueroso entuerto…no tiremos la toalla…
Siempre haciendo lo que podéis, inventando, tramando actividades para los alumnos, ofreciendo vuestro conocimiento, eso no lo hacen muchos y por eso hay que comentarlo y valorarlo.
Se necesita gente como vosotro, necesitamos gente positiva y con iniciativa en los altos lugares para levantar las escuelas(lugares fantasmales y acabados donde ya no hace ninguna ilusión ir).
No soy una persona negativa, comento lo que veo y vivo cada día, y llevo muchos años luchando por acabar la carrera, no vamos a entrar en ese tema, pero nunca he tirado la toalla, gracias a gente como vosotros.
Muchas gracias por estas palabras, todas ciertas y por vuestras palabras de ánimo. Es una carrera preciosa, no creo que sea tan complicado ayudarnos a los estudiantes y motivarnos…hay mucha gente que desea ese puesto…
Gracias Brijunis!!
Dolores Victoria Ruiz Garrido
12/05/2014Brillante!
Lectura amena y que nos narra verdades que todos hemos sufrido! Abrazo y enhorabuena a los Brijuni.
VIVA la gente positiva, que intenta hacer la vida un poco mejor a los demás, allí donde se encuentren: las aulas y fuera de ellas.