LA MARCA DEL ARQUITECTO
Son bastantes los aspectos a tener en cuenta para conseguir una buena marca y los arquitectos solemos ser un tanto reacios a pararnos en este punto.
Saber en qué somos buenos y qué es lo que queremos mostrar de nosotros mismos, es fundamental para poder consolidar una buena marca personal.
Así que, aunque la propia palabra de marca, puede que no nos resulte demasiado agradable, vale la pena ver cuáles son los fundamentos que nos ayudarán a conseguir una buena marca como arquitectos y que, como consecuencia, mejoren nuestras posibilidades laborales.
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Como ya hemos visto en otros post, una de las piezas claves para trazar una buena estrategia empresarial, es saber bien quiénes somos y cómo nos queremos mostrar al mundo. Tener claro cuál es nuestro valor como arquitectos (ver aquí), puede ser el primer paso para comenzar a pensar en nuestra estrategia empresarial.
También, en este mismo blog, hemos visto cómo todo ello se puede traducir en un modelo de negocio y concretar en acciones específicas.
Así, a partir de estas premisas, no nos será complicado comenzar a levantar los pilares de lo que terminará siendo nuestra marca personal.
Siguiendo esta reflexión, la experta en temas de organización, Eva Collado, expone que a la hora de pensar en el tema de la marca personal, nos tenemos que plantear las siguientes cuestiones:
“(…) ¿Quién eres tú? Aquí debes plantearte las siguientes cuestiones: ¿Cuál es tu pasado? ¿Qué sabes hacer? ¿En qué eres bueno a nivel de competencias? ¿Qué es lo que te gusta? De lo que te gusta y sabes hacer: ¿Dónde te puedes posicionar mejor? Llegado aquí ya sabrás cuáles son las características de tu marca. Tus valores e intereses, conjuntamente con tus capacidades, y las necesidades de mercado, te facilitarán establecer tus objetivos. Cuando tengas claras tus motivaciones y valores será cuando seas capaz de dejar huella en los demás.
El paso siguiente es reflexionar sobre el futuro, pensar en los cambios previsibles en nuestro sector y profesión, así como hacer un ejercicio de oportunidades que se nos pueden abrir, tanto como de posibles amenazas que se presenten… Sitúate y recapacita sobre tus puntos fuertes y débiles sobre estos nuevos entornos y nuevos escenarios que se presentan. Identifica en qué eres valioso para los demás.” (1)
1_ MARCAdos POR LA ARQUITECTURA
El concepto de marca es casi tan antiguo como la profesión de arquitecto. La novedad es que hoy ya no tiene por qué estar unida a la emblemática figura de un arquitecto. Hasta hace poco sólo las grandes corporaciones o gente muy ilustre, podía pensar en estos términos. Sin embargo, en los tiempos que corren es posible, y seguramente deseable, que cualquier arquitecto pueda trabajar su propia marca personal. De hecho, lo deseable sería comenzar a darle su sentido desde la propia carrera.
Así, si nos remontamos a los tiempos del nacimiento de la arquitectura moderna, vemos como más allá de la evidente capacidad arquitectónica de sus pesos pesados, había una idea muy clara de que la figura del arquitecto pasaba a primer plano y, con ella, se iba consolidando su marca. La identidad de Le Corbusier o Mies iba directamente ligada a su propia producción arquitectónica.
Es más, la marca del propio arquitecto hacía olvidar que incluso, en muchas ocasiones, éstos, ni siquiera tenían el título de arquitecto, pero no por ello dejaban de pasar a la historia de la arquitectura como uno de sus pilares (2).
No es complicado ver una obra de Aalto o de Kahn y, aunque no la conocieras previamente, intuir quien será su autor. Muchas veces la marca del arquitecto, está implícita en su propia arquitectura, construyendo una forma de hacer arquitectura que le diferencia del resto de arquitectos.
Se puede decir que incluso dentro del propio movimiento, existen lenguajes concretos que potencian la marca personal de cada arquitecto. Esta idea ha llegado hasta nuestros días, y es fácilmente reconocible cuando vemos publicado “un Siza” o un “Gehry”. La sombra del arquitecto traspasa el poder de propia obra construida.
Aun con todo, no estaríamos hablando de marca como tal, si las particularidades de sus propias obras, no se trasladará fuera de la propia edificación; es decir, cada uno de estos personajes arquitectónicos ha sido capaz de crear una marca que se ha encarnado en su propia persona. Para ello, también, su propia personalidad ha jugado un papel importante; de hecho, más de un ego desbocado como el del propio Wright, pudo jugar en favor de su propia marca, pasando al nivel de leyendas urbanas muchas de sus aventuras incluso de color rosa.
2_ PENSANDO EN EL CLIENTE
Aun así, como decimos, esta idea de marca sólo podía estar ligada a una élite de arquitectos que, de alguna forma, se podía permitir potenciarla. De esta forma, por ejemplo, contratar a un arquitecto de este tipo, podía dar a la intervención una proyección mediática que también se ha buscado desde algunos sectores. Con ello, no solo se contrata al arquitecto por parte de determinadas instituciones, sino que se contrata un garante de aparecer en infinidad de portadas y poder cortar cintas de edificios bajo el flash de las cámaras. De esta forma, se ha primado, en numerosas ocaciones, los fuegos de artificio en detrimento de lo que hubiera sido más adecuado para cada situación. Así, tristemente la arquitectura, en demasiadas ocasiones, no ha podido responder con todas sus armas y muchas intervenciones quedan deslucidas para que BIG y compañía impongan el peso de su marketing.
En cualquier caso, con la llegada de Internet y, sobre todo, con la eclosión del mundo 2.0 la idea de marca aparece en escena con unos matices nuevos que la hacen más que interesante.
Lo más importante es que creas que tú también, realmente, puedes tener tu propia marca y que, en muchos casos, la estamos construyendo casi sin darnos cuenta.
Por todo ello, es bueno estudiar a otros arquitectos que puedan tener que ver con lo que tú haces o quieres hacer y ya están en el camino de construcción de esta marca persona. Igualmente importante es ver qué herramientas han elegido para construirla.
En función de lo que quieras conseguir, tendrás que, por ejemplo, estar en unas redes sociales o en otras, o no estar en ninguna. Si te pilla buscando trabajo para otros, Linkedin será imprescindible. Pero si quieres, por ejemplo, posicionarte como un colaborador de otros arquitectos en temas de estructuras, Facebook o Twitter pararán a ser imprescindibles.
Así, siguiendo con las elucubraciones, si quieres asociar tu marca a viviendas de lujo, seguirás una estrategia bien diferente a si quieres asociar tu marca a especialista en diseño de instalaciones de cierta escala. O si, lo que te vuelve loco es el tema de la eficiencia energética, un buen blog deberá ser tu fiel aliado.
A su vez, ser capaces de traducir estas ideas en una buena web no es tarea sencilla. De hecho, son muchas las webs de arquitectos que hemos visto y lo habitual es que no tengan en cuenta absolutamente nada de lo que estamos hablando en este post y que se reduzcan, en el mejor de los casos, a ser recopilatorio de proyectos. Eso sí, consciente o inconscientemente, estas webs son paridas para impresionar a otros arquitectos y, muy pocas veces, para llegar a un cliente concreto. Esta “particularidad” de nuestro mundo arquitectónico llega a extremos preocupantes.
En cualquier caso, el tema de tener una web en condiciones ha de ser imprescindible y sobre ello ya hemos hablado varias veces (ver post).
Tampoco hay que olvidar que, la mayoría de los arquitectos con los que hablamos nos dicen que las redes sociales no sirven para nada, y efectivamente, no sirven para nada las suyas; otras muchas sí.
Aún con todo, como hemos explicado muchas veces, no conviene que nuestra presencia digital sólo dependa del mundo de las redes, pues demasiado volátil y efímero. Para hacernos amigos de los buscadores, lo mejor es tener bien organizada nuestra propia casa digital y eso es mucho más fácil con una web y un blog. Podríamos decir que todo es complementario, pero los pilares de la reputación digital no suele ser, salvo excepciones, la actividad en las redes sociales.
Pero volviendo al tema de la marca en sí mismo, el mundo anteriormente descrito sigue su rumbo y arquitectos como Alberto Campo Baeza o Moneo, son una marca en sí mismos; pero, la novedad es que el grueso de arquitectos también puede tener su marca particular, sin necesidad de estar en el estrellato de la arquitectura.
De hecho, muchos arquitectos jóvenes, como Domenico di Siena, Zuloark o Paisaje Transversal, en muy poco tiempo han consolidado su propia marca.
La red potencia que las fortalezas y virtudes un cada profesional, sea o no arquitecto, se pongan en evidencia y, desde ahí, se puede fortalecer su Identidad Digital.
Pero, si en cambio, el arquitecto en cuestión se ha preocupado de dirigirse a un sector concreto de clientes, o realiza una actividad profesional que tenga ciertas particularidades, sus opciones de mejorar con el tema que hoy nos traemos entre manos, suben exponencialmente.
Como bien dice el experto en marca personal, Yoriento:
“(…) Tu curriculum también es lo que quieres ser. Y una marca permite proyectarlo más fácilmente. La marca y sus diferentes presentaciones son herramientas poderosas de reorientación para conectar con los objetivos y clientes que se ha decidido perseguir en cada momento y para incluir los servicios, valores e intereses del profesional.
Repensar el pitch (presentación profesional breve), pensar qué y cómo contar a los demás lo que uno hace y lo que uno es, es una forma de reconocerse y de planificar continuamente la propia marca y la carrera profesionales.
Si quieres continuar o reforzar tu trayectoria profesional actual, cuenta qué haces mejor.
Si quieres reinventarte profesionalmente y cambiar de trayectoria, especifica en quién te vas a convertir.” (3)
En este sentido, aunque es posible, si lo anterior no va de la mano de haber dejado un buen rastro digital, el tema se complica.
Por eso, conviene ligar de manera clara y evidente el servicio que ofrecemos con una buena visibilidad en la red; desde ahí, sí que cualquiera de nosotros podemos ir construyendo una buena reputación digital y, poco a poco, afianzar nuestra marca personal.
3_ LA IMPORTANCIA DE ENMARCAR
Con todo ello, una vez que tenemos claro que nos interesa consolidar nuestra marca (cosa no siempre necesaria), podríamos preguntarnos cómo podemos hacer para conseguirlo.
Si vamos haciendo sin más ni más, seguramente, no llegaremos muy lejos; de partida, es bueno tener un objetivo y que para conseguirlo sigamos una estrategia. ¿Significa esto que debemos tener todo estudiado de partida? Para nada; pero, es bueno tener una brújula con la que avanzar y luego ir “pivotando” en función de lo que nos vamos encontrando. Intuir un camino por el que ir y saber a quién nos dirigimos, es siempre un buen plan.
Cada sector tiene sus particularidades y tú, a su vez, tienes las tuyas; tener claro todo ello, hará que tu marca vaya por unos derroteros u otros.
Y, llegado este punto, es fácil que como arquitecto te entren resistencias a pensar que te tienes que especializar. En realidad, el tema no es especializarte sí o sí, sino que lo importante es ser capaz de dar un valor especial a un posible cliente que tiene una necesidad concreta. Si nada te diferencia de tu competencia, más allá de lo bueno que seas o el precio, tus posibilidades laborales disminuyen.
Para quienes llevamos un tiempo en esto de la red, vemos con claridad que en el momento que tu nombre se asocia a un concepto claro, tu marca personal comienza a subir enteros. Es decir que, si eres un arquitecto, por muy bueno que seas, que haces todo de manera muy parecida a todo el mundo, no tendrás demasiadas opciones de construir una buena marca. Es bueno tener claro qué significa la idea de nicho de mercado y cómo tus servicios pueden encajar en uno de ellos. Si a esto sumamos que, tampoco pones mucho empeño en tener notoriedad en la red, evidentemente, no se podrá construir una buena Identidad Digital a partir de estos mimbres.
Conviene olvidarse de la auto-meritocracia y centrarnos en qué podemos aportar a nuestros posibles clientes.
A su vez, es importante diferenciar entre especialista o experto, pues, a veces, en este matiz es donde nos la jugamos (ver aquí).
De esta forma, la construcción de esta marca, pasará casi inevitablemente por la construcción de contenidos y estos serán bien diferentes en función de la estrategia y objetivos antes decididos. No hay que olvidar que cada vez está más claro que una buena estrategia de contendidos, es el mejor garante de una buen presencia en la red. Poco a poco, tenemos que olvidar la idea de difundir por la de comunicar y la idea de vender por la de compartir; solo desde la generosidad, podemos esperar que nuestro tiempo en la red sea, en realidad, una buena inversión.
Si quieres recoger frutos demasiado rápido o llegas a la escena digital para hablar de tu libro, el resto de la red, lo normal es que mire para otro lado. Este mundo, no funciona desde el sacar pecho y anunciar que estás aquí. Eso no interesa; lo que hace falta es tener mucho que contar y ser capaces de contarlo bien. Trae más cuenta preocuparnos por lo que otros piensan o cuentan y, sobre todo, de ser lo más posible nosotros mismos. Cuanta más empatía mejor. Los fuegos de artificio no tienen sentido en el mundo 2.0.
Como indica Andrés Pérez, uno de los pioneros de la marca personal,
“(…) Incluir la palabra Personal en algún concepto, parece que se opone a lo colectivo, al grupo o al equipo. Quienes no se han preocupado de entender de qué va esto, rápidamente consideran que para que alguien progrese, el resto debe perder algo. Y no es así.
Una estrategia de Marca Personal tiene como propósito alcanzar unos objetivos personales o profesionales pero esa es sólo la primera parte de la ecuación. Si quieres conseguir cualquier cosa, deberás aportar algo a cambio. Por lo tanto, cuanto más elevadas sean tus metas, más deberás preocuparte por ayudar a otros.
El Branding Personal tiene una parte importante de introspección y autoanálisis, pero esa es sólo la primera etapa para descubrir lo que nos hace valiosos y nos permite ser útiles a los demás. Ninguna empresa o persona podrá dejar huella si no es capaz de aportar algo a su entorno.” (4)
Al final, si queremos tener una buena marca personal o personal branding, tenemos que tener en cuenta esta pequeña reflexión, y no olvidarnos que, seguramente, lo que terminará de definir la misma, es nuestra capacidad de poner encima del tablero nuestras fortalezas personales y, para eso, no queda otra que conocerse muy bien. Una vez que tenemos claro cuáles son estas virtudes es cuestión de ver cómo se aplican en nuestro día a día laboral y cómo, posteriormente, se traducen a un entorno digital.
De esta forma, quien tenga claro este concepto, tendrá un valor añadido respecto a otros profesionales y eso le hará más competitivo.
Así, si somos capaces de crear una buena marca personal, podremos situarnos mucho mejor en la mente de la gente y, en especial, de nuestro posibles clientes con lo que, de una forma u otra, aumentarán, nuestras opciones laborales. No olvidar que, aunque no debiera ser tan importante, es fundamental además de ser un buen profesional, parecerlo. Igualito que la mujer del César. Si no lo hacemos, otros lo harán y no podremos competir en igualdad de condiciones.
Nos guste o no, cuando alquilen quiera saber algo de ti a nivel profesional, seguramente, buscará en google y, en función de lo que encuentre, tendrá más ganas de saber de ti, o pasará a otro nombre que quizás sí se haya preocupado de trabajar, día a día, su marca personal.
Esta es la mala noticia: construir una buena marca es cuestión de meter mucho tiempo; la buena noticia es que si este tiempo se emplea con cabeza, resulta una inversión. Seguramente, la inversión más segura que puedas hacer hoy en día. ¿Te animas con ello?
Autores del post: Stepienybarno _ Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó
(1) CREANDO Y TRABAJANDO LA MARCA PERSONAL EN LA RED
Por Eva Collado
(2)_SEIS ARQUITECTOS SIN TÍTULO
Por Carlos Bento.
(3)_GUÍA DE MARCA PERSONAL Y REPUTACIÓN ONLINE PARA PROFESIONALES Y DIRECTIVOS.
Por Yoriento
(4)_ ALGUNOS FALSOS TÓPICOS SOBRE BRANDING PERSONAL.
Por Andrés Pérez.
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Por Amparo Martínez
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8 COMENTARIOS
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13/11/2016DEL ARQUITECTO ESPaCIALISTA AL ARQUITECTO ESPeCIALISTA. | Blog de STEPIEN Y BARNO - publicación digital sobre arquitectura
StepienyBarno
18/07/2016Completamente de acuerdo con tus palabras Joan: «vale la pena dedicar todo el tiempo y energía necesarios para determinar con exactitud y mucha honestidad contigo mismo qué es lo que tú puedes aportar en este mundo de la arquitectura».
En este sentido, desde tu posición de coach, a buen seguro que puedes aportar mucho!
Gracias por pasarte por el blog.
StepienyBarno
11/07/2016Así, son tiempos de vivir en Beta y no tener demasiadas ganas de perfección!
igma pacheco-rivas
11/07/2016Es un mundo bonito y se le pilla el truco!!! Buena frase.
No seria mala idea charlar un dia acerca de la estructura de un post y sus trucos….
Po otro lado, es verdad que a veces la propia exigencia te paraliza…
No olvidemos entonces la popular frase en el mundo de las StartUp: Hecho es mejor que Perfecto.
Abrazos y buen comienzo de semana.
StepienyBarno
10/07/2016Muchas gracias Igma, por tus palabras. Como bien dices, en el lenguaje es dónde nos la jugamos, y los arquitectos, en general, tenemos bastante que mejorar en este terreno.
Respecto a lo de escribir, es cuestión de ir tirándose a la piscina.
Hay gente que tiene miedo, pero es por una excesiva exigencia. Es un mundo bonito y se le pilla el truco!!
igma pacheco-rivas
10/07/2016Hola Agnieszka y Lorenzo, gracias nuevamente por insistir e insistir en las cosas importantes!!!
2 cosas de las planteadas (en negrita) me animo a resaltarlas otra vez: Nicho de Mercado (incluso Micro-Nichos) y contenidos de calidad.
Para el primero se necesita ser muy observador y sobre todo ver como se están dando (y se darán) los comportamientos de las personas (potenciales clientes) en internet en los próximos años (sobre todo el mercado en habla hispana que crece y crece). Ademas creo que deben ser nuestros servicios y productos los que se adapten a los Nichos y no al revés (eso nunca pasara…)
Respecto a los contenidos de calidad creo que la gran barrera que tendremos que saltar los arquitectos es referida al lenguaje que (usualmente) usamos. No vamos a poder llegar a la gente si hablamos con palabras e ideas rebuscadas. No tengo nada en contra de ellas, pero para llegar a la gente hay que hablar como habla la gente. Hay que hablar el lenguaje de la tribu (como dice y hace Nicanor Parra). Tenemos que salir a la calle, viajar y aprender a explicar cuestiones complejas de manera muy, pero muy, simple.
Yo llevo 6 meses escribiendo post y recién (poco a poco) empiezo a sentirme cómodo y que escribo con honestidad. Seguro ustedes saben de eso…
Pero como todo, escribir es una practica, mucha practica.
Saludos a ustedes y todos sus lectores y lectoras.
Igma.
StepienyBarno
09/07/2016HOla Joan. Gracias por tus palabras!! Sin duda alguna, como bien dices, no mentirnos es el primer paso para crear una buena marca personal.
Joan Vergara
08/07/2016¡Hola, Agnieszka y Lorenzo!
Gran artículo, recoge muchas de las grandes verdades asociadas a la marca personal en el mundo de la arquitectura.
Como bien decís citando a Eva Collado, el llevar adelante tu marca personal implica un gran conocimiento de ti mismo, virtudes, debilidades, pero también cómo se relacionan esos conceptos con el entorno existente y, sobre todo, con lo que puede necesitar un cliente. En cierto modo, la marca personal se construye en parte según las necesidades exteriores.
En este sentido, vale la pena dedicar todo el tiempo y energía necesarios para determinar con exactitud y mucha honestidad contigo mismo qué es lo que tú puedes aportar en este mundo de la arquitectura.
Existen herramientas para ello heredadas del mundo del management, como los diagramas DAFO, pero probablemente la más potente sea hacerse las preguntas adecuadas para aumentar nuestro nivel de consciencia. Y por encima de todo, repito, no mentirse a uno mismo.
Comparto el artículo en redes sociales, me ha gustado. 🙂
¡Un saludo!