ALVARO SIZA – VIVIR UNA CASA
El texto que hoy os transcribimos pertenece al artículo “vivir una casa” que allá por el año 1994 nos regalaba el gran arquitecto Álvaro Siza. Quizás sea junto Alberto Campo Baeza uno de los pocos arquitectos de la élite que siguen dando prioridad al tema de la vivienda y en especial a la casa como paraíso construido. El arquitecto luso sigue construyendo magníficos edificios de todos los tamaños y escalas a pesar de que en más de una ocasión ha afirmado que pierde dinero al construir una casa. Os dejamos con este texto que no tiene desperdicio.
“Nunca he sido capaz de construir una casa, una casa auténtica. No me refiero a proyectar y construir casas, cosa menor que todavía consigo hacer, no sé si acertadamente.
La idea que tengo de una casa es la de una máquina complicada en la que cada día se avería alguna cosa: bombilla, grifo, desagüe o la cerradura de seguridad.
Los cajones se atascan, se rompen las alfombras y la tapicería del sofá del salón. Todas las camisas, calcetines, sábanas y paños de cocina yacen rotos junto a la tabla de planchar, cuya tela de protección presenta un aspecto lamentable.
Si hay jardín, la hierba crece amenazadora, todo el tiempo libre del mundo es insuficiente para dominar la ira de la naturaleza; pétalos caídos y legiones de hormigas invaden los umbrales de las puertas, hay siempre cadáveres de pajaritos, de ratones y de gatos. Se acaba el cloro de la piscina, se avería la depuradora; ningún aspirador restituye la transparencia del agua o absorbe las patas de los insectos, finas como cabellos…
¡y si sólo fuera eso!
Vivir en una casa, es una ocupación a tiempo completo. El dueño de la casa es, al mismo tiempo, bombero de guardía, es un enfermero y un socorrista. Domina todas las artes y profesiones, es especialista en física, en química, es abogado o, de lo contrario, no sobrevive…
Sin embargo nada supera la tortura de los libros que se mueven misteriosa y automáticamente desordenándose a propósito, atrayendo el polvo en sus cantos superiores y su grosor magnético. El polvo penetra por el borde superior de las páginas, pequeñísimos ruidos se las comen con un ruido indescriptible…
Por eso considero heroico poseer, mantener y renovar una casa. En mi opinión, debería existir la Asociación de Cuidadores de Casas, y todos los años se adjudicaría la correspondiente mención honorífica y un elevado primero pecuniario.
Pero cuando ese esfuerzo de mantenimiento no se hace aparente, cuando el saludable olor a cera de la casa, por otro lado bien ventilada, se mezcla con el perfume de las flores del jardín y cuando en ella nosotros – visitantes irresponsablemente poco atentos a los instantes de felicidad – nos sentimos felices, olvidando nuestras angustias de nómadas bárbaros, entonces la única medalla posible es la gratitud, el silencioso aplauso, mirando a nuestro alrededor, sumergiéndonos en las atmósfera dorada de un interior de otoño, al final del día.”
Oporto, marzo de 1994.
El texto que acabáis de leer se puede encontrar completo en varias publicaciones como por ejemplo
Alvaro Siza – casas 1954-2004 Editorial Gustavo Gili, Pag.9
6 COMENTARIOS
Pepe
21/10/2013Es bueno el comentario de vivir tu casa, yo prácticamente solo he hecho casas particulares, y por su puesto la mía que vivo, disfruto, sufro y consumo. Despuès de 10 años precisa renovaciones, como bien dice Siza, grifos, bombillas, etc. Un consejo cuidarse de material, británico, grifos, inodoros, etc, yo los he sufrido.
la urbana
12/06/2012Preciosa reflexión sobre la experiencia de habitar del maestro Alvaro Siza.
Llama además la atención como un pequeño y pobre pais como es Portugal es capaz de generar tantísimos ejemplos de buena arquitectura.
Estamos seguros que el tener a Siza como uno de sus referentes habrá contribuido a ello.
Pablo Fernández
22/08/2010A menudo nos olvidamos que en las casas diseñadas viven o van a vivir personas y, aunque muchas veces en este texto Álvaro Siza nos muestra una «realidad aumentada», las viviendas están plagadas de pequeñas vivencias personales y aventuras. Una buena práctica debe ser imaginar cómo se va a recorrer esa casa, cómo sería una conversación en esa casa con una cervecita en la terraza o bien tapaditos viendo una peli. A veces nos encorsetamos en una planta en la que sacar el máximo de habitaciones y no pensamos cómo se va a vivir esa distribución.
Un saludo y gracias por el texto.
joseram
14/05/2010Es una de las primeras reflexiones en las que se abordan la consideración de los espacios de nuestra existencia desde la experiencia del habitante y no del arquitecto, una llamada de atención a una arquitectura cada día más perdida en sus elucubraciones, que se adelanta la espléndida demostración que nos hace Sloterdaijk en su libro Esferas III
StepienyBarno
26/10/2009Hola Santiago.
La verdad es que a nosotros nos encantó cuando lo leíamos. Y al ver que no está en la red nos parecía chulo lo de transcribirlo. Seguiremos haciéndolo con otros textos, que a la larga son mucho más didácticos que nuestras comeduras de tarro (aunque no las abandonaremos!).
Es curioso ver como un arquitecto que siempre referenciamos al borde la perfección como que es Alvaro Siza, cuando se pone a escribir sobre la casa, habla justo de lo contrario, nos habla de la imperfección, de la realidad del día a día. Que bonito, no?.
Un ejemplo de humildad y de saber de que va la película. Cuando que aprender de este hombre!
santiago noain
26/10/2009precioso el texto, siza siempre nos emociona, es un arquitecto de lo sensacional, es un verdadero arquitecto
gracias por el texto