ARQUITECTURA, ARQUITECTOS Y EL ESTADO DE LA PROFESIÓN
Parece que cada vez hay más publicaciones digitales que hablan de la dura realidad en que se encuentra inmerso el mundo de la arquitectura. Muchas veces, leyendo entre líneas los comentarios de artículos de medios de gran difusión, se encuentran visiones mucho más interesantes que lo que las propias publicaciones apuntan. Así que, hoy no toca hablar ni de la belleza, ni de la luz ni del espacio, esto lo dejamos para otro día. Si os animáis, vamos a por la parte menos divertida de la profesión.
La arquitectura es un mundo complicado. Una vez que eres arquitecto, tu vida da un giro de 180 grados y cambia tanto para bien como para mal. Es como un bicho que te pica y ya no te suelta, te hace ver la realidad de manera diferente y, en muchos casos, distinta al resto de los mortales. Desde que entramos en la carrera somos absorbidos por la magia de los grandes proyectos de arquitectura, pero al mismo tiempo, nos vamos convirtiendo en seres un tanto particulares y, por que no decirlo, egocéntricos. Seguramente, a las escuelas ya llegan los egos bastante subidos de tono, pero salvo raras excepciones, la propia universidad se encargará de que ese ego haga de ti un gran artista, un verdadero arquitecto. De esos que salen en el croquis y demás publicaciones de buen ver (por supuesto en papel, nada de esos endiablados blogs que hablan de cualquier cosa).
A esta realidad, hay que sumar el hecho de que en las aulas difícilmente se hable nada cercano al “mundo real”. Este es un gran secreto que se encargan de guardar a cal y canto los ilustres profesores que evangelizan sobre lo que es y no es arquitectura. Así, en muchas ocasiones, convierten a los alumnos en perfectos autómatas, que si algún día hacen un museo (como los de Kahn, of course) lo harán de maravilla. Pero de momento, lo que habrán aprendido es a hacer excelentes presentaciones para que en sus ratos libres se den una vuelta por el estudio del profesor de turno y le ayuden a terminar algún concurso.
Evidentemente, el alumno no desfallecerá hasta que el concurso quede niquelado. Porque otra cosa, no, pero entregados los arquitectos (o estudiantes en este caso) son lo más de lo más. Mientras esto ocurre, el resto de la profesión no puede competir en igualdad de condiciones. Porque, si partimos de la base de que quien tiene el estudio lleno de “becarios” no es manco precisamente proyectando (una cosa no quita la otra) y tiene a los mejores alumnos haciendo “tres des”, que harán las delicias del político más exigente, el tema se presenta más que complicado.
Así que, mientras esta competencia, cuando menos desleal, no asusta al entusiasta colectivo de arquitectos, el sistema parece ser asumido por casi todos. Seguimos presentándonos a concursos con bases infernales, jurados vergonzosos y sabiendo que aunque solo sea por probabilidades (una entre cien, no parecen ser muchas, ¿no?) no nos comeremos un rosco en el concurso.
La realidad es que la arquitectura es importante ¡cómo no va a serlo! pero no puede ser que se realice a cualquier precio. Hasta cuándo el poco trabajo que hay para realizar planes generales, se lo seguirán repartiendo entre cuatro estudios de urbanismo que se encargan de que nadie pueda competir contra ellos a la hora de conseguir un proyecto a de escala uno mil. Es tentador entrar ahora a hablar de la inutilidad de estos planes generales, pero esto lo dejamos para otro día. Lo que nos importa hoy es poner encima de la mesa, que la arquitectura está muy bien, que a todos nos encanta (cierto es, que a unos más que a otros), pero como no nos pongamos las pilas, los arquitectos lo vamos a seguir teniendo muy crudo.
Las ingenierías, mal que bien, son mucho más organizadas que nosotros. Trabajan más rápido y son más eficientes. Sabemos que mientras alguno está leyendo esto, tiene infinitas ganas de estrangularnos, pero es así como lo vemos. Y también, vemos que para ellas es muy fácil tener algún arquitecto en sus filas (nadie se lo impide y tontas no son) y competir por cualquier encargo contra el más aguerrido estudio de arquitectura. Con esto no decimos que el sistema sea bueno, ni siquiera que nos guste, sino que es así y, en cuatro días, va a ser mucho peor.
Mientras que a los arquitectos nos cuesta entregar un proyecto que no esté bordado, otros sectores saben que lo perfecto no es una meta a la que aspirar. Aquí nuevamente, nos tienta entrar en criticar los “cacharros” que salen de estos sistemas tan eficientes, pero hoy no es lo que toca. Hoy toca incidir en que si para hacer arquitectura con mayúsculas, las espaldas de algunos compañeros tienen que esquivar los latigazos del gurú de turno, nosotros nos desapuntamos del equipo campeón.
Ser arquitecto y/o tener un estudio de arquitectura debería ser sinónimo de haber tenido un mínimo sentido empresarial. Pero no, el arquitecto es arquitecto, y no se rebaja a ser como el común de los mortales. Es mucho más divertido, “apañárselas” como se pueda mientras se saca tiempo para hacer metalenguajes (muchos a posteriori), divinos decálogos y ser estrellas de la telebasura.
Así creemos que está el patio. Mal, muy mal. No somos nada positivos, lo sabemos. Ni tenemos la varita mágica para que esto cambie, también lo sabemos. Y también es cierto, que nada está más lejos de nuestras intenciones, que quitar la ilusión por la arquitectura a nadie (¡Dios nos libre!). Pero para seguir hablando del sexo de los ángeles, de vez en cuando, no viene mal tocar tierra, ver como está el percal y ponerlo encima de la mesa.
Autores del artículo: Stepienybarno
* Este artículo ha sido escrito con carácter divulgativo y sin ningún tipo de ánimo de lucro. Así que si te apetece compartirlo en cualquier otro medio, estaremos encantados de que lo hagas siempre y cuando cites el lugar donde lo has encontrado.
*Stepienybarno está formado por Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó. Nuestra actividad se sustenta en tres pilares básicos: la investigación, la publicación y la redacción de proyectos de arquitectura.
A su vez, somos socios cofundadores de SINERGIA SOSTENIBLE y redactores de LA CIUDAD VIVA.
23 COMENTARIOS
Alvaro
10/01/2012Coincido contigo en que la carrera de arquitecto está mal enfocada desde el principio. Actualmente, la concepción profesional dista de la realidad laboral, hasta el punto de que está provocando el desaliento de muchos compañeros.
La abertura mental al mundo empresarial es necesaria en la profesión, de otra forma, y como se presenta el futuro la continuidad será muy complicada en muchos casos.
Saludos y enhorabuena por el post.
http://www.osborneblog.com
juan antonio ortiz
05/01/2012Yo no lo hubiera expresado mejor. Llevo años difundiendo en mi entorno todo lo que habláis, especialmente el tema de los concursos.
Los políticos están encantados con tener más de 100 propuestas a coste cero, para luego elegirlas de aquella manera y con cada vez más peso de la oferta económica. El esfuerzo económico de los estudios, incluso de los que mencionáis, en un concurso ronda, según mis cálculos, en torno a unas diez veces más de los honorarios que están en juego.
Los colegios y el Consejo lo saben pero no se esmeran en desmantelar el perverso sistema.
Por cierto, ahora muchos de los concursos fallados no se realizarán por falta de presupuesto.
Los arquitectos seguimos jugando a la ruleta rusa mientras nos arruinamos y encima disfrutamos desarrollando magníficas ideas que difícilmente ganarán.
Hace un año, una vez más, me prometí no volver a hacer concursos. Ahora voy a cumplirlo.
Harquitecto social
05/04/2011Respondiendo a «Renovarse o Morir»: «¿En qué otro sector se presupone que trabajar los fines de semana tiene que ser gratuito? Yo, no lo conozco…, pero he conocido despachos de Arquitectura que han despedido a arquitectos por no ir a trabajar gratis en fin de semana (para acabar un concurso, por ejemplo).»
Yo he conocido varios «despedidos» por no querer ir a trabajar gratis en fin de semana que en vez de callarse y dejarse pisotear han DENUNCIADO y han GANADO. No busques soluciones de papel, la verdadera solución son las DENUNCIAS GENERALIZADAS y SISTEMATICAS a todos los sinvergüenzas que tras su talante docente esconden a un mediocre capataz de campo de algodón. He estado en reuniones de Arquitectos con estudio y Colegio acerca de las inspecciones laborales y he sentido mucha vergüenza de mi profesión y compañeros. Asi que a denunciar, denunciar y denunciar, hasta que se respete la Ley y los estudios dejen de ser chiringuitos.
Renovarse o morir
25/03/2011Por supuesto que una de los mayores enemigos del Arquitecto es el propio Arquitecto, decidme:
¿En qué otro sector se presupone que trabajar los fines de semana tiene que ser gratuito?
Yo, no lo conozco…, pero he conocido despachos de Arquitectura que han despedido a arquitectos por no ir a trabajar gratis en fin de semana (para acabar un concurso, por ejemplo).
¿Quien es el responsable de ésta Situación?:
Los Colegios de Arquitectos, que sólo se preocupan de no desaparecer y no se preocupan en buscar nuevas perspectivas de trabajo a los colegiados y por no luchar por Normales condiciones laborales.
Las Universidades por vender «humo» y no dar diferentes salidas de trabajo en sus planes de estudios.
Los propios «Arquitectos Vedette» que utilizan las ansias de triunfar de los pobres estudiantes para utilizarlos y desecharlos a su antojo.
Pero dejadme deciros que tenemos futuro, olvidaros de trabajar como Arquitectos de Revista y pensar en la cantidad de Sectores Sociales que requieren y requerirán los servicios que podemos ofrecer los Arquitectos, lo difícil es que ¿Estamos dispuestos los Arquitectos a ese cambio de rumbo?
StepienyBarno
16/02/2011Gracias, “Somos Arquitectura” y Santiago, por vuestras palabras, pero quienes nos maravilláis sois vosotros con vuestra capacidad de dialogar sobre un tema que no es tan sencillo como pudiera parecer.
Como remarcan Arquitecto Social y Raúl, la sociedad tiene una visión de todo el colectivo de arquitectos que quizás no sea la más apropiada. Por un lado, hay excelentes profesionales que no son reconocidos y por otro lado, unos cuantos (y su ego desbocado) han dado una imagen poco realista de lo que es, realmente, ser arquitecto.
Al final, parece que una de las claves es poder entender nuestra actividad desde un punto de vista empresarial sin caer en el todo vale, ni renunciar a hacer una arquitectura, cuando menos, digna. A partir de aquí, parece que ya no está tan claro si profesiones vecinas como los ingenieros funcionan mucho mejor que nosotros (Agla, Yo), o si, como apunta José Javier, no es para tanto y nosotros, con un poco de interés, también lo pudiéramos llegar a conseguirlo. Desde luego, que estamos de acuerdo con Miguel y Justo en que sería conveniente que se abriesen nuevos campos, que unos cuantos de nosotros se especializasen y que fuéramos capaces de reinventarnos como profesión o nos quitarán el pan del morral.
Raúl Gálvez
11/02/2011Me ha parecido fantástico el baño de realidad que habéis dado con este artículo. Aunque mis conclusiones son otras, soy mas optimista y considero que los blogs y páginas web de arquitectura están haciendo, en su mayoría, una gran labor de difusión de esa ‘otra’ arquitectura que hacen los ‘mortales’ que requieren de mucho sacrificio e ilusión y que gracia a estos medios y a la labor de gente como vosotros se les da el reconocimiento que se merecen. Quizás, dentro de tan catastrófico panorama haya puntos de esperanza.
Aprovecho para agradeceros la labor que desempeñáis.
Harquitecto social
09/02/2011A mi lo que me preocupa de verdad es que a base de ser cools y endogámicos hemos conseguido que:
a) La sociedad se lo crea, y nos vea en pedestales. Por lo que los constructores, clientes y demás gente si no me conoce me mira con sospecha, por si voy a soltar la artistada de turno. Naturalmente, todos los papis quieren que su hijo sea arquitecto, para que se forre y de conferencias y viva como los reyes trabajando poco.
b) (MAS JODIDO TODAVÍA) Que los estudiantes se lo crean. Tanto los que están dentro de las escuelas, que salen con un ego inflado y el bolsillo vacío, como sobre todo los hijos que han hecho la selectividad de los papis del punto a). Quieren estudiar Arquitectura pero son malos estudiantes, no les da la media, se lo dice a Papi, que se lo dice a SuperPapi, o sea el Estado. Este construye Escuelas hasta que la media sea tan baja como para que hasta el mas tonto pueda estudiar arquitectura y «forrarse». Y si no, plan B: privadas.
Resultado: somos tan cools, y lo hemos gritado tan alto a los cuatro vientos, que todo dios quiere ser como nosotros. Resultado: 100.000 arquitectos en España. ¿Quien les dice ahora que todo era trola, y que se tendran que reciclar sin pasar por la casilla de ejercer?
P.D:- Somos los mejores! Gracias Croquis, Pasajes y Edgar Gonzalez; Gracias Gehry, Moneo y Einsmann; gracias museos españoles, gracias políticos; gracias modernetes, Radio 3 e I. Chinchilla! Gracias Escuelas con el star-system en sus claustros! Gracias burbujas inmobiliaria y glamouriaria! Nos habeis jodido a base de bien.
José Javier
08/02/2011Hay dos caminos para el futuro de los arquitectos.
El free lance que tiene su cartera de clientes y está muy especializado y/o expertizado.
Las organizaciones o empresas con un tamaño mínimo, para poder conseguir los encargos de un determinado tamaño.
La competencia de las ingenierias está ahí. Ellos han implantado sistemas de gestión que facilitan una mayor eficiencia.
Creedme si os digo que no son tan buenos, ni tan inalcanzables para un arquitecto.Lo que ocurre es que a nuestros clientes se les ponen los pelos como escapias cuando piensan que tienen que confiar sus negocios a profesionales que están en la higuera y prefieren a un ingeniero, malo como arquitecto (lo siento es así), pero más confiable, en calidad, plazos, etc (sí, ya sé que hay estudios de arquitectura que compiten con las ingenierias sin problemas, pero son los menos).
No veo porque no podemos tener una organización empresarial, tener una estrategia y manejar nuestras organizaciones con criterios de empresa. Pero no como cualquier empresa.
Somos ESPA (Empresas de servicios profesionales de arquitectura) y tenemos una serie de peculiaridades que marcan cual es nuestro perfil de modelo de negocio.
No tenemos que renunciar a nuestra esencia como arquitectos, en absoluto.
Foster, RSHP, A&H, Vidal, Lamela, La hoz, etc…son buena prueba de ello.
José Javier Quintana
Arquitecto.
http://bsarethinkingarchitecture.com/blog/
Justo
07/02/2011ETSAM, CEU, Univ Europea, Alfonso X, Camilo José Cela, Francisco de Vitoria, Nebrija, Alcalá de Henares, Pública de Toledo, Sek Segovia,… y próximamente las públicas Juan Carlos I , Carlos III… Son muchas, demasiadas las Universidades de Arquitectura en un radio de apenas 80Km. De nuevo este año ha sido Medicina la universidad con la mayor nota de corte, seguida de Arquitectura. La diferencia es que en toda España el porcentaje de escuelas universitarias de medicina frente a las de arquitectura es aprox de 1/7. Esto tiene una conclusión evidente: La arquitectura es la primera opción universitaria de cualquier alumno recién salido de la ESO. Mientras se siga suscitando esta demanda seguirán abriéndose universidades que oferten arquitectura, sobre todo públicas. No existe demanda de arquitectos pero la oferta es amplia, de modo que no pienso que este debate se suscite desde dentro de las propias universidades. Sería como tirar piedras sobre su propio tejado.
Algunos arquitectos tenemos la suerte de sobrevivir dignamente de nuestro trabajo, pero el futuro no es muy esperanzador. En la especialización está el futuro, sólo en este aspecto soy optimista.Jamás han existido tantos medios de difusión de la arquitectura como ahora. A El croquis le queda poco, muy poco… en mi humilde opinión, por poner un ejemplo, el último número de H&M no aporta nada nuevo, se queda en el Hola de la arquitectura. Incluso me atrevo a asegurar que en la actualidad existen muchos y mejores proyectos de arquitectos «anónimos» que se quedan en nada: sobre la mesa de trabajo, luego se enrollan o se guardan en el disco duro; algunos se atreven a publicarlos en medios digitales y es la desesperación y no el egocentrismo lo que les empuja a hacerlo.
En cuanto al debate suscitado con las ingenierías no puedo más que solidarizarme con ellos. Tened en cuenta que el 80% se deben a constructoras que están ahora mismo en la cuerda floja. Si no surgen obras nuevas se irán a la calle. Serán los siguientes, pero antes vamos nosotros.
agla
02/02/2011Mucho humor y bastante verdad, jeje.
Según iba leyendo, asentía y se me saltaba una sonrisa irónica a la vez… porque sí, estoy de acuerdo. He defendido lo mismo mil veces… y sin embargo he llegado aquí tras abrir el correo para automandarme al estudio unas cosas que he estado haciendo en casa (fuera del horario laboral, o sea, gratis: sí, soy anormal) y tenía un email en el que una compañera del estudio me mandaba este enlace.
El tipo de educación que dan en las escuelas tiene muchísimo que ver. Hemos asumido que el arquitecto no es un técnico. Que el nuestro no es un trabajo de ocho horas que se cierra la oficina y hasta mañana. No. Es algo personal. En nuestras cabezas un encargo X no nos lleva y horas, lleva todas las que sean necesarias y si incluye alguna paliza maratoniana pues casi que nos sentimos más realizados.
Comparáis estudio de arquitectura vs ingeniería, y yo creo que no se trata sólo de un cuestión de mente empresarial. Es, en cierto modo, complejo de superioridad. Mi primer trabajo «serio» (cotizando y esas cosas) fue en una ingeniería. Allí había gente con formación de lo más variada: desde delineantes a ingenieros varios pasando por biólogos, geógrafos, economistas y abogados. Se trabajaba en equipo y cada uno se ocupaba de su parcela sin dramas. Por ejemplo, supongamos un Plan Parcial. Arquitectos e ingenieros de caminos decidían juntos qué se quería hacer y cómo, luego los ingenieros diseñaban la red viaria, tras eso los arquitectos zonificaban, hacían números, fijaban parámetros y condiciones para las zonas de ordenanza, escribían su parte de la memoria, y hasta aquí hemos llegado. Los planos a delineación, las redes de servicios cada una a su ingeniero correspondiente, la tramitación ambiental para medio ambiente, la normativa al abogado, el plan de etapas para los de obras y el estudio económico al economista. Obviamente, el proceso no era tan inmediato y siempre había mil asuntos de ida y vuelta, pero el planteamiento era cristalino: fordismo en estado puro. No sé si es lo mejor: exige una comunicación constante para que no se pierdan cosas por el camino, el responsable ha de ser eso, responsable, para conseguir que el documento final sea homogéneo, y el trabajo en cadena dificultaba volver atrás, así que muchas veces se entregaban soluciones que no eran, digamos, la mejor posible. Lo que sí sé es que funcionaba. El trabajo estaba hecho en un tiempo razonable.
Cuando me he enfrentado a un Plan Parcial en un estudio de arquitectura, todos y cada uno de los pasos han estado en manos de arquitectos. Todos. Bueno, no, la tramitación ambiental no. El resto. Y no creo que sea sólo porque nunca he trabajado en un estudio de las dimensiones de aquella ingeniería, aunque también influya. El asunto pienso que es otro. Por una parte tenemos una visión romántica de la profesión, pero por otra, en el fondo, despreciamos a otros profesionales, estamos convencidos de que su parte del trabajo es anecdótica y la puede hacer cualquiera. Así que aprendemos a hacerla y la hacemos.
Porque, queridos míos, la verdad verdadera es que todos los arquitectos tenemos un Leonardo da Vinci dentro. En fin.
Somos Arquitectura
02/02/2011Nos alegra ver que los temas que hemos tratado en los dos números gratuitos de nuestra revista digital.
nº0 SEPT 2010 «el estado de la profesión»
http://www.somosarquitectura.es/somosarquitectura_0.pdf
nº1 ENERO 2011 «profesionales 2.0 ¿artesanos en el s. XXI?
http://www.somosarquitectura.es/somosarquitectura_1.pdf
Generen tanto interés y debate.
Ánimo a tod@s.
Miguel
02/02/2011Desde hace un par de años ya no escucho las opiniones de otros arquitectos, porque lo único que encuentro es victimismo y pesimismo. Somos iguales que el resto de la sociedad española, esperando que algún extraterrestre venga a rescatarnos.
Deberíamos estar aprovechando esta estupenda oportunidad que es la crisis para abrir nuevos campos para nuestra profesión, y en vez de eso nos pasamos el tiempo lamentándonos. A ver si nos damos cuenta de una vez que el mundo está cambiando, y que los arquitectos tienen una estupenda formación para aprovecharse de ello. Eso si, debemos estar dispuestos a reinventarnos. A nuevas sociedades, nuevas demandas.
Además los estudios españoles somos de los más atrasados e ineficientes en Europa, además de los menos internacionalizados. Solo por poner un ejemplo, seguimos dibujando en Autocad, lo cual es muy triste. Que salgamos en las portadas del Croquis no significa que seamos competitivos…
yo
02/02/2011Solo unas lineas rapidas.
Tras esta crisis, los pequenos estudios de arquitectura practicamente desapareceran. Nos guste o no el mundo se mueve de otra manera, y en las escuelas de Arquitectura nos harian un favor si nos ensenaran la profesion poniendo los pies en la tierra.
Las grandes ingenierias funcionan mejor porque estan mas adaptadas al mercado; supongo que los estudios de arquitectura evolucionaran a lo mismo, el que no lo haga morira. Solo quedaran unos pocos dedicados al proyecto de elite para esos clientes que pueden permitirse el lujo de pagar el tiempo y el diseno.
No olvidar, que en la mayor parte del mundo occidental, un estudio de arquitectura es una empresa, no cuatro gatos, y mueven mucho volumen de trabajo, muy deprisa.
Creo que se ha terminado el tiempo de los pequenos estudios de Arquitectura en los que, aunque trabajando mucho, el propietario se llevaba su buen pellizco.
Feliz evolucion
S. DE MOLINA
02/02/2011Vuestra capacidad de generar debate me tiene maravillado. Enhorabuena!.
La capacidad para generar participación es un bien escaso y útil.
Os animo a organizar debates en algún lugar y formar grupos de trabajo para analizar el futuro de la profesión.
Saldrían con seguridad enfoques prácticos y las conclusiones serían interesantes para todos.
StepienyBarno
02/02/2011Lo primero de todo agradeceros vuestras palabras y los entusiastas comentarios (algunos parecen estupendos post en sí mismos). Como bien comenta Silvestre, una de las claves para poder avanzar es tener ganas de dialogar. Así que, estamos encantados de que nuestra publicación pueda servir de base de apoyo para ello.
La verdad es que releyendo vuestras palabras, nos surgen varias preguntas al aire.
– ¿Somos demasiados arquitectos (Cris), o en realidad no es que seamos demasiados, sino que el pastel se reparte muy mal (a_rosique)?
– ¿No será que lo que está mal es el sistema (Cris)?
– ¿Es el arquitecto el peor enemigo de otro arquitecto (Arknex)?
– ¿Es nuestro lenguaje tan endogámico que no llega a la sociedad (Harquitecto social / Miguel Rodríguez)?
– ¿Qué papel juega la creatividad dentro de nuestra profesión y cuál es su valoración por la sociedad (Harquitecto social / Silvestre Vivo)?
– ¿Realmente, la sociedad nos valora tan poco (Paco Dans)?
– ¿Sabe el ciudadano de a pie lo que quiere (o le conviene) en materia de arquitectura y urbanismo (Harquitecto social / Silvestre Vivo)?
¡Seguramente demasiadas preguntas! ¿Alguien se anima?
Harquitecto social
02/02/2011Para Silvestre:
– No es cierto que la sociedad actual no valore la creatividad. Lo que no valora es una creatividad «de cine español», abstrusa, ególatra y prepotente. La industria creativa ingresa más hoy en día que nunca.
– No es cierto que no haya sitio para la arquitectura en la sociedad de hoy en día, te recuerdo el boom de hace 4 años. Lo que no hay sitio es para una arquitectura abstrusa, ególatra y prepotente.
– La gente sabe lo que quiere. Es fundamental que lo entendamos de una vez, y se lo demos. La máquina capitalista, de números, etc. esa argumentación no sirve de nada, o entendemos que hay que darle al cliente lo que pide mejor que nadie, en vez de algo diferente y que nosotros consideramos mejor, o simplemente solo nos contratara si le obliga la administración.
– La arquitectura ante todo es un trabajo. A veces tocará hacer cosas que no nos gustan tanto. Esto que parece una gilipollez parece que nos cuesta entenderlo, metidos en concursos imposibles todo el tiempo. Si el cliente te pide pináculos, y te pones muy abstruso, ególatra y prepotente al respecto, no te volverá a llamar.
– La egolatría de nuestro colectivo es contraproducente. Recordar que Calatrava denunció a su cliente, el ayuntamiento de Bilbao, por ponerle una pasarela extra a una obra que ya había pagado. Ese endiosamiento de algunos sumado a las loas de otros nos ha hundido.
– La empresa no es mala, es un instrumento.
a_rosique
02/02/2011Decís tantas verdades, tantas veces oídas pero tan bien resumidas que no sé por donde empezar…
Me ha tocado vivir la peor época de la profesión. Sí, soy un gran ejemplo de «arqrisis» ¡¡¡terminé la carrera en 2007!!!
He visto la opulencia de la profesión pasar por delante de mi cara trabajando a cambio de nada mientras me decían «compañero, ya te forrarás». Lo que no entienden es que ni soy su compañero, ni me quiero «forrar»; únicamente quiero desarrollar mi profesión con normalidad. ¿en qué profesión se ha visto eso de «trabaja en este concurso y si ganamos hablamos de dinero»?
Estamos en un lugar donde los trabajos todavía se consiguen por ser amigo, conocido o familiar de… y no por tus habilidades, experiencias o especialidad. Lo peor es que todos lo sabemos y ninguno hacemos nada. Si existiera un wikileaks de los concursos de arquitectura otro gallo cantaría.
En mi opinión no somos demasiados sino que unos pocos quieren seguir ocupando los «puestos de mando» (negreros) ganando las barbaridades que ganaban en sus estudios, practicando el caciquismo, en vez de cambiar el punto de vista, intentando plantear un sector formado por profesionales, que tendemos redes y trabajamos en equipo, de igual a igual, aportando más valor a nuestro trabajo. Y todavía se preguntan ¿está cambiando nuestra profesión?… ¡pues no ves que sí! y no sólo la profesión…
Ellos son los que han creado una mala fama a nuestra profesión que ahora nos toca sanear, reencontrarnos con la sociedad.
Nos tienen miedo, tenemos una mentalidad de red y dominamos las nuevas tecnologías. Creen que nos pueden explotar o tomar el pelo por ser jóvenes, en vez pensar en una alianza demoledora «experiencia+juventud». El problema es que ellos tienen la experiencia y se mueven por contactos… el poder.
Pero todo puede cambiar.
Miguel Rodríguez
02/02/2011Más nos valdría, en lugar de aprender Alemán, aprender a hablar en el lenguaje de la sociedad en que vivimos. Y en lugar de soltar grandes parrafadas hablar con propiedad y lo justo.
Silvestre Vivo
02/02/2011Pues voy a ir un poco en la línea de Paco Dans haciendo una reflexión necesaria. ¿Somos los arquitectos útiles para la sociedad de hoy en día?
Hace 150 años, la revolución industrial cambió el modelo educativo. La creatividad se dejó como materia auxiliar y las matemáticas y el lenguaje pasaron a ser lo predominante; la sociedad se convirtió en una suma de números, una pieza de engranaje de una maquinaria llamada capitalismo. Más de doscientos años después de la aparición de la máquina de vapor y de la aniquilación del culto por la explotación de la tierra, lo utilitarista manda y ahí, los arquitectos casi no pintamos nada y mucho menos en comparación con los «queridos ingenieros» (esos que, junto con los aparejadores, juegan a ser arquitectos – aún no conozco a un arquitecto que quiera jugar a ser otra cosa).
Estamos en un «mercado» o sociedad que no valora ni la creatividad ni nada que pueda suponer levantarse del sofá, abrir un libro, ponerse a pensar y dejar de ver GH. En una sociedad donde lo maniqueísta es lo cotidiano, donde lo cosmético y fugaz es lo que hay que experimentar, donde lo efímero guarda más sentido que el objeto en sí y su significado, ….en una sociedad como la actual y más en un pais como el nuestro, lo tenemos muy complicado si queremos entender la arquitectura como creemos que debe ser.
Por supuesto que los arquitectos damos respuestas a todos; a los especuladores, a los promotores, a los políticos, a los ricos, a los pobres, a los que sueñan por vivir en un «pitufo acosado», los que viven en PAUs interminables, etc… Pregúntenle a todos esos si son felices donde viven; en la gran mayoría de los casos dirán que sí. Autoengañados por la sociedad del consumo, viven en una ciudad trazada a golpe de talonario planificada desde la mano de un político que su mundo globalizado, le hace creer que él sabe más que el arquitecto y por ende, los «ususarios» de esa ciudad también lo pasan a creer.
Hay un distanciamiento entre el arquitecto y la sociedad abrumador, y uno no sabe ya si es por exceso de «intelectualidad» de unos o el bajo «nivel educacional» de otros o los dos a la vez. Lo que queda claro es que no estamos hablando el mismo idioma y eso, tienen que hacérselo ver tanto los arquitectos como la sociedad. Porque si ésta última, lo que reclama es una ciudad construida por ingenieros, aparejadores y constructores de barrio que sólo buscan la rentabilidad y la presencia del negocio, allá ellos con esa ciudad.
Y no nos equivoquemos, la ciudad siempre la construyeron las personas y nosotros, como arquitectos, estamos para ayudarles a ellos.
Re-visión, re-novación, y más diálogo con las personas.
Seguro que me dejé algo…..saludos.
Paco Dans
02/02/2011Seamos realistas.Si supieramos alemán, inglés , francés o lo que sea con seriedad, ya estariamos desde hace muchos años todos «pensando mientras diseñamos» por esos mundos de Dios. En cualquiera de esos mundos , habriamos sido : considerados+valorados+necesitados+incluso deseados.Cualquier cosa en cualquier sitio, menos aquí. Aquí nunca ha sido valorada nuestra profesión y esa es la realidad pura y dura.
Los Ingenieros dicen que somos unos cuentistas…Los promotores, que se nos engaña como al tonto aquel de Carabaña…Los políticos , que ¿quién dice Ud que es?¿un arquitecto?¿eso se come?.
Y el común de los mortales que pudiera necesitar de nuestros servicios siempre ha pretendido aprovecharse, escaquearse,engañarnos si ha podido y no te digo ya llegada la hora de pagar.
Hace tiempo que somos «hacedores» de papeles que justifican tropelías urbanísticas , coartadas para políticos y meros ejecutores de trámite para clientes de a pie.
Nunca la autoestima del arquitecto ha estado tan baja, y lo que es más insólito, nunca la autoestima colectiva ha valido tan poco. Eso si es grave.
Ahora empezamos a ser conscientes de que algo se ha hecho mal desde el principio y lo que es peor , que lo que vemos nos demuestra que es tarde.
No confío mucho en el futuro de la profesión , ni siquiera en el caso de que los escenarios económicos cambien.
Claro que una profesión que se ha caracterizado por la insolaridad entre sus miembros, la existencia de castas, el servicio al espectáculo, la frivolidad, la explotación del propio compañero, y «paquéseguir»… Qué podiamos esperar?
Conozco compañeros explotando a compañeros, como todos vosotros, hasta conozco a compañeros engañando en el papel de cliente a otros compañeros (a mi mismo ).
Nos pongamos como nos pongamos , aquí no funcionamos. No somos una profesión valorada ni siquiera considerada. Y como decía el otro ni estamos ni se nos espera. Es duro y cruel, pero mejor decirlo que disimular.
Os dejo, me voy a clase de chino.
Harquitecto social
02/02/2011Mentira, todo está muy bien, ahora un poco flojo pero:
a) La carrera de harquitectura es la mas cool, completa y alucinante del mundo. Los ingenieros y demás mortales nos envidian desde sus coches, casas y vidas comodas.
b) Si tu anvicion no es salir en el croquis, no eres harquitecto, sino una serpiente hambiciosa que va contra el servicio publico y la sociedad sostenible y reciclable.
c) Si no empalmas en la entrega de un concurso, eres lo peor. No estas sacrificandote por ese servicio social e intelectual que es la harquitectura (con mayusculas, claro).
d) Lo comercial es lo peor. El dinero es lo peor. Los clientes que quieren VPO son lo peor, y hay que enseñarles a que respeten el servicio social e intelectual que es la harquitectura sin rechistar (darles gato por liebre, que decía ese gran harquitecto que era Carvajal). Esos idiotas no saben lo que quieren.
e) Los estudios de mas de 5 personas son masificaciones odiosas sin alma social e intelectual corrompidas por el sistema capitalista, que va contra el interes social y reciclable de un harquitecto de verdad.
f) Si escribes en el croquis y se te entiende, significa que tu lenguaje no es lo suficientemente abstruso. Te has convertido en lo peor.
g) Hay que convertir las ciudades en enormes happenings y performances arquitectónicos financiadas por políticos absolutistas. Eso es harquitectura, y lo demás es especulación inmobiliaria capitalista.
h) Los proyectos de escuela deben basarse en violaciones de las leyes de la gravedad, la materia y el sentido común, si transmiten un mensaje complejo y multisemántico. Ningún harquitecto de concurso utilizará una formula física jamás. Todo subcontratado a ingenieros. Los museos son obligatorios. Excepto los de la ciencia.
i) Quejémonos de los colegios y del sistema capitalista que no nos deja ejercer nuestro despotismo ilustrado. Nuestra mejor amiga es la administración.
ArkneX
01/02/2011En pocas palabras se han condensado aqui las bases del cáncer actual de la profesión del arquitecto.
Casi no puedo añadir más que un mensaje dirigido a esos nuevos entusiastas de la arquitectura, que no llegan a percibir dónde se están metiendo…si lo hacen por algo distinto a la pura vocación, mejor que elijan otra profesión y no pierdan el tiempo.Ser arquitecto hoy en día es casi una anécdota, y es resultado de muchos años de todo lo que en este texto se viene a destacar. El peor enemigo de un arquitecto es…otro arquitecto. Yo me iría a Alemania de cabeza, mi problema es que solo hablo español. Parece que los alemanes se han dado cuenta de lo buenos que somos los arquitectos españoles en cuanto a capacidad de recibir palos por todos lados sin el más mínimo gesto.
Mulas de carga de lujo, con tres idiomas, eso sí.
Cris
01/02/2011Hace algún tiempo que acabé la carrera. Soy, por tanto, una carrocilla reciclada (a internauta, entre otras cosas).
Y me da a mí que 1) Somos demasiados arquitectos/as. 2) Desde mi fin de carrera hasta ahora -excepto en épocas de bonanza, que las ha habido pero que son algo perversas puesto que mientras diseñamos no pensamos- siempre hablamos de lo mal que están las cosas. 3) ¿No será que lo que está mal es el sistema? 4) Me gusta la arquitectura pero no me gusta la «arquitectura como símbolo del poder» como decía Tom Wolfe. 5) Quisiera dedicarme a diseñar una arquitectura para un cliente majo, simpático, pobre pero no demasiado, ecológico, generoso, habitante de un lugar idílico, ni pijo ni nuevo rico, que me dé cuerda pero que me deje pensar, con tiempo (¡qué no me agobie!)y que me pague lo suficiente para que viva responsablemente y de manera digna…
Todo esto sucede más bien poco y los arquitectos -como tantas otras profesiones- nos tenemos que inventar cada día. Si a eso se añade que también hemos de inventar nuestras relaciones de pareja (quien las tenga), la educación de nuestros hijos (ídem) y situarnos en un lugar donde habitar poéticamente (a ser posible), al final somos caóticos, perfeccionistas (claro) y nos gusta como al maestro Oiza hablar del sexo de los ángeles.
Algo raritos sí somos y no nos conformamos (¡no!) con trabajar para otros. Así están las cosas. ¿Las cambiamos?