EL COAM SE LAVA LAS MANOS EN EL CASO ROCÍO MONASTERIO.
Parece que a película del caso Rocío Monasterio acaba con final feliz. Feliz para la líder de Vox. Mientras tanto, la profesión de arquitecto ha estado durante meses puesta en evidencia; con lo cual, seguimos alejándonos como colectivo de la sociedad a la que servimos.
También es cierto que, seguramente, no era fácil meter mano a una falta que ha prescrito hace años. A ello se une que el COAM y el ayuntamiento de Madrid hayan preferido ponerse de perfil ante tanto revuelo, en vez de tomar cartas en el asunto.
Así, el COAM sigue sacando pecho diciendo que persiguen el intrusismo profesional y blablabla.
Todo muy poco creíble en vista de cómo han actuado en este caso. Incluso más allá de lo que pudieran o no pudieran haber hecho, lo que es seguro es que ante la opinión pública se podría haber dado otra imagen.
En este sentido, es evidente que si alguien que no es médico se pone a ejercer como tal, al colegio de Médicos del lugar le faltará el tiempo de entrar en acción. Pues al de arquitectos, no. Eso sí, en comunicado oficial lucha contra el intrusismo; en la práctica, parece que hace entre nada y poco. El caso Monasterio es un reflejo de cómo están las cosas y de cómo cada vez más arquitect@s colegiad@s o no, ponen en duda el sentido de los colegios de arquitectos. Esto no lo decimos nosotros, que seguimos pensando que tienen su sentido y son necesarios, pero es lo que se respira en la redes.
En cualquier caso, parece que sale barato firmar como arquitecto sin serlo y muy caro firmar y pagar colegiaciones, visados y todo lo necesario para poder ejercer como arquitecto o arquitecta.
Más sobre el caso en Stepienybarno:
Episodio #5: Rocío Monasterio, el caso de su firma como arquitecto
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