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Blog de STEPIEN Y BARNO – publicación digital sobre arquitectura
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Del Don Arquitecto al DON del arquitecto.

Durante muchos años los arquitectos estuvieron levitando por enciama del suelo. Más allá de su indudable calidad como proyectistas, sus egos iban desbocados.

Eran tiempos en los que no había que competir por conseguir proyectos. Pero todo esto ya hace años que cambió y conviene ponernos las pilas.

Ahora toca bajar a tierra, ser más humildes que nunca y ver cómo podemos ayudar a la sociedad. Para ello, encontrar nuestros talentos, dones y fortalezas será algo crucial.

Si te interesa el tema, estás en el lugar adecuado.

Para un arquitecto, descubrir sus dones y fortalezas es una búsqueda esencial para encontrar su verdadero valor y potencial en la profesión.

Esto no solo te permitirá destacar, sino también lograr una mayor satisfacción personal y profesional. Tal y como explica Martín Seligman, pionero en la psicología positiva (pero con los pies en la tierra): “El verdadero éxito radica en identificar y utilizar tus fortalezas en el día a día, no en cambiar lo que eres, sino en maximizar tu verdadero potencial.

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Descubre tus dones: Conecta con lo que te apasiona

El primer paso para identificar tus dones como arquitecto es conectar con lo que realmente te apasiona dentro de la arquitectura. La pasión es el motor que impulsa la creatividad y la innovación.

Sabemos que es más fácil decirlo que hacerlo; pero, estamos para replantearnos cosas, no?

Pregúntate qué actividades te generan una sensación de flujo, esos momentos en los que el tiempo pasa volando y sientes que estás haciendo algo significativo. Tal vez te atrae cierta parte del proyecto, o tienes mucho don de gentes, la sostenibilidad o el impacto social de la arquitectura. Es vital permitirte explorar y experimentar en diferentes áreas hasta que encuentres ese campo en el que sientas que brillas.

El arquitecto que sigue esta senda no solo se convierte en un mejor profesional, sino que también contribuye a una comunidad más consciente y equilibrada.

Recordamos que ser más eficientes no implica hacer más cosas, sino hacer lo que realmente importa, sin perder de vista nuestro propósito y misión en la vida. Y si ya de paso, bajamos el cortisol en nuestros cuerpecitos, será genial.

Potencia tus fortalezas: Desde lo que haces bien

Una vez descubiertas tus pasiones, es hora de identificar tus fortalezas. ¿Qué haces mejor que los demás? Las fortalezas no solo están en las habilidades técnicas, sino también en aspectos personales como la resiliencia, la capacidad para escuchar al cliente o la gestión eficiente del tiempo.

Lo que se vienen a llamar habilidades blandas, son tan importantes como que seas un crack dibujando en BIM:

Tomar conciencia de tus fortalezas te permitirá dirigir tu energía a aquello que haces bien, lo que te proporcionará una ventaja competitiva. Tal como destaca Sergio Fernández: “Cuando encuentras aquello en lo que destacas y te centras en ello, comienzas a multiplicar tus resultados.”

En este punto, también es clave evitar la dispersión. La tendencia natural de los arquitectos a abarcar muchos proyectos y tareas diferentes puede restar foco.

Como siempre os insistimos, aprender a decir «no» y priorizar es fundamental.

Muchos profesionales del sector de la construcción tienden a planificar demasiado y abarcar más de lo que pueden, perdiendo de vista lo que realmente importa.

Cultiva tus talentos: Los pequeños hábitos hacen la diferencia

Por último, los hábitos juegan un papel determinante. El desarrollo de tus dones y fortalezas no sucede de la noche a la mañana. Como arquitecto, necesitarás disciplina y consistencia para seguir cultivando tus talentos a lo largo del tiempo.

Aquí, los pequeños hábitos son la clave del éxito, como lo ilustra James Clear en su libro Hábitos Atómicos: “El impacto de los hábitos es similar al interés compuesto: los pequeños cambios se acumulan y generan grandes resultados”​.

Un arquitecto que, por ejemplo, establece el hábito de dedicar tiempo diario a la lectura o a la actualización en nuevas tecnologías, verá cómo esos pequeños esfuerzos acumulados se traducen en una ventaja a largo plazo.

Si ya de paso, te pones un poco al día con las IAs, lo vas a agradecer rápidamente.

Es importante ser paciente y mantenerte firme en tu proceso, sin perder la confianza en que esos pequeños pasos te llevarán a alcanzar tu mejor versión como arquitecto.

Al final, el auténtico bienestar surge cuando conectamos con nuestras fortalezas y las ponemos al servicio de lo que hacemos diariamente. Esto no solo te permitirá alcanzar el éxito en tu carrera, sino también vivir una vida más plena y alineada con tus valores más profundos.

Autores: Stepienybarno

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