ENTREVISTA EN EXCLUSIVA DE STEPIEN Y BARNO CON DIEGUEZ Y FRIDMAN – PARTE 1.
Y como todos los jueves os dejamos con la entrevista en exclusiva que Stepienybarno mantuvo con esta interesante pareja de arquitectos argentinos.
«arquitectura es hacer ciudad para todos»
Comprobareis como lo dicho en la presentación de ayer era justo y merecido!
¿Cómo empezó vuestra aventura arquitectónica?
Ambos estudiamos en la UBA, después vivimos en Estados Unidos unos años, Axel estudió en Columbia en New York, yo trabajé en la oficina de Pelli en New Haven y en 2000 comenzamos con nuestro estudio.
¿Si tuvierais que definir el concepto de arquitectura, cómo lo haríais?
En la bienal de Chile del año pasado cuando le formularon esta misma pregunta, nuestro amigo Álvaro Puntoni contestó citando a Paulo Mendes da Rocha que decía (esto es mi recuerdo de la frase de Álvaro, es decir una cita muy indirecta): arquitectura es hacer ciudad para todos.
Ambos habéis conocido muy de cerca la cultura Norteamérica. ¿Cuáles son las principales diferencias entre Estados Unidos y Argentina respecto a la forma de entender la arquitectura?
En Argentina el trabajo del arquitecto comienza con el encargo del cliente y termina al finalizar la obra (en el mejor de los casos!). El proyecto y la dirección de obra suelen ser un proceso continuo con las ventajas y problemas que esto conlleva: por un lado, la presencia del arquitecto en la de construcción hace posible cierto grado de experimentación material facilitado por el contacto directo y cotidiano con los gremios que realizan las tareas. Por el otro, implica una enorme responsabilidad que suele ser fuente de múltiples problemas y distracciones. En Estados Unidos en cambio el campo del arquitecto es más acotado y tiene una definición mucho mas precisa; el trabajo se comparte en una medida mucho mayor con equipos de asesores y gerenciadores de obra. Lo interesante de cada uno de estos esquemas legales de definición de la profesión es la diferencia de potencialidades y limitaciones que presentan para el diseño.
¿Recordáis algún maestro con especial cariño de vuestra etapa universitaria?
Justo Solsona, Hugo Salama, Luis Bruno, Edgardo Minond, Pancho Liernur.
¿Cuales consideráis los temas más importantes a la hora de proyectar?
Sin establecer una jerarquía de importancias, algunos temas que nos interesan particularmente son el movimiento y su relación con la arquitectura y la percepción del espacio, la posibilidad de usar materiales tradicionales de manera novedosa o la superposición o presencia simultanea de múltiples escalas dentro de un mismo proyecto.
¿Podríais describirnos como es vuestro día a día? ¿Tenéis un horario fijo de trabajo?
Siempre intentamos evitar las noches de entrega, pero sin ningún éxito hasta el momento! Y a medida que crecemos el esfuerzo de no dormir es cada vez mayor. Fuera de los momentos de entregas y presentaciones, nuestra oficina suele funcionar de 9:00 a 19:00 horas. y ambos dedicamos dos mañanas por semana a nuestra actividad docente en la Universidad de Buenos Aires.
Habéis participado en numerosos concursos de arquitectura. ¿Como veis este mundo de los concursos y que cosas creéis que se pudieran mejorar?
La multiplicación de publicaciones graficas y digitales actuales hace que la fotografía de arquitectura se vuelva casi mas importante que la obra misma. Nos acostumbramos a ver las obras en situaciones de luz atípicas –atardeceres excepcionales- o desde puntos de vista fantásticos, en imágenes que tienen poco que ver con la vivencia cotidiana de la arquitectura. Y es en esta proliferación de imágenes espectaculares de gran angular, que la experiencia directa de la arquitectura cobra una importancia fundamental. Las condiciones ópticas y dinámicas de una obra quedan fuera de la fotografía que suprime algunos aspectos y enfatiza otros. Cualquier visita a una obra ya ¨conocida¨ a través de imágenes suele ser una apuesta entre la emoción y el desencanto, al desaparecer el fotógrafo y dejarnos sin intérprete frente al arquitecto.
En relación a los concursos me parece muy interesante la reflexión de Sanford Kwinter en su último libro: los concursos son lo más cercano a la libertad de un laboratorio que la profesión puede ofrecerse y a través de ellos, al poder suprimir temporalmente algunas limitaciones, se hizo parte de la historia de la arquitectura. Pero la mediatización contemporánea altera esta libertad especulativa, convirtiendo cada idea en una imagen lista para ser publicada.
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