LA LOCURA DE CONCURSAR HOY EN DIA 4/4
Hoy terminamos las sesiones de autoterapia basada en lloros, lamentos y flagelación por la situación insostenible a la que ha llegado la profesión en lo tocante al mundo de los concursos. Cierto es que lo hacemos desde el privilegio de haber tenido relativa buena suerte en los concursos que hemos participado, y toda esta crítica, la realizamos desde el sueño de llegar a tener unos concursos más lógicos y coherentes.
y ya sólo nos queda rezar, rezar mucho en el caso de que hayas tenido la infinita fortuna de haber ganado (de manera casi heroica) el concurso de ideas y poder salir indemne de la esta aventura en la que se habrá convertido el desarrollo hasta el proyecto de ejecución.
Esta evolución se suele realizar trabajando codo con codo (aunque a veces parezcan codazos) con la administración que se encargará de volverte loco cambiando aquel programa que aparecía en las bases del concurso, y que se habrá terminado de definir en el documento definitivo. Pero este tema, el de las bases daría para otra entrega. No nos olvidemos que los cimientos de lo que pudiera ser un buen resultado arquitectónico en la propuesta ganadora, no son otros que las dichosas BASES DEL CONCURSO, muchas veces realizadas con auténticos “corta y pega” de otro concurso, al que habían llegado seguramente de la misma irresponsable manera.
Pero nosotros, intrépidos apasionados de la arquitectura, seguiremos dando el do de pecho y brindando por ganar concursos, que nos permitan seguir entregándonos en cuerpo y alma a nuestra profesión. Es lo que tiene ser parte de una PROFESIÓN VOCACIONAL. Porque al final los responsables de este blog y firmantes de esta historia por fascículos, en el fondo seguimos comulgando con ruedas de molino, y a pesar de todo, pensamos que somos unos afortunados y unos privilegiados, y sólo a veces, días tontos como estos, tenemos arrebatos de cordura.
Lo reconocemos, somos de esos arquitectos que han concursado, (unas veces con fortuna y otras con no tanta), y que aún viendo esta tremenda realidad y jurando y perjurando que no haremos más concursos mientras esta situación sea así de lamentable, sabemos que VOLVEREMOS A CAER, y un día veremos un programa que no tiene mala pinta y unas bases que no están tan mal, y volveremos a concursar corriendo el riesgo (casi seguro) de ser uno de esos 1.894 estudios de los que hablábamos el lunes, que habrán vuelto a regalar su tiempo y dedicación por una causa casi perdida.
Cada vez tenemos más claro que nos cuesta horrores VER LA REALIDAD del común de los mortales, que desde nuestro día a día de arquitectos, que les gusta la arquitectura con locura, se distorsiona todo para quedar tan ciegos ante esa realidad, que nos hará seguir tropezando una y otra vez con la misma piedra en el camino.
Cierto es, que la nuestra, es una VISIÓN SUBJETIVA, y que no siempre vemos los concursos como si fueran el mismísimo infierno, pues para eso somos sujetos, que como tales no estamos sujetos a pensar siempre de igual manera, a la vez que entendemos que otros sujetos vean la jugada totalmente distinta, e incluso puedan estar más cerca que nosotros de la tan ansiada objetividad, que a buen seguro ni los unos ni los otros jamás llegaremos a atrapar.
La redacción de estos textos, han servido de pretexto para dar una particular visión del contexto de los concursos, que hasta ahora siempre esbozábamos de manera desordenada y un tanto aislada. Con ello, hemos pretendido darles forma en un mismo paquete (aunque tenga cierto aire a paquete bomba), con la promesa de que no seguir aburriendo al lector con nuestras miserias, en sucesivos post del blog.
Para terminar de manera un poco MENOS CATASTROFISTA, reconoceremos que no todos los concursos puntúan de manera exagerada la bajada de honorarios y el hacer el proyecto en tiempo record. No todas las convocatorias tienen un jurado espantoso, incluso hay políticos entregados y voluntariosos, no todas las bases son una apología del “corta y pega”, las hay serias y juiciosas. Y por supuesto que no siempre ganan los arquitectos con la mejor puesta en escena, aunque el proyecto no tenga contenido alguno, otras muchas ganan propuestas excelentes.
El problema real de todo esto, es que cada vez es más difícil que se den todos los factores en un mismo concurso, para que de verdad concursar sea algo tan bonito como en su día afirmaba uno de nuestros mejores arquitectos; Julio Cano Lasso “el concurso es un medio en el que el arquitecto puede expresar con mayor libertad sus ideas y creencias. La posibilidad de tratar temas que en otro caso no tendríamos ocasión. Son también una afición y un deporte. En mi vida profesional constituyen un aspecto muy importante y hoy para mi muy rejuvenecedor.”
2 COMENTARIOS
StepienyBarno
22/07/2009gracias conrad, vemos que has venido inspirado de tu peregrinaje. esperamos que nos sigas visitando!
Conrado
21/07/2009«Una persona no puede directamente escoger sus circunstancias, pero si puede escoger sus pensamientos e indirectamente -y con seguridad- darle forma a sus circunstancias.» (James Allen)
«Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica. Esa fuerza es la voluntad.» (Albert Einstein)
Con arquitectos tan entuasiastas y laboriosos como vosotros, seguro que vuestra voluntad va a dar forma a mas de una circunstancia y a participar, desarrollar y hacer realidad proyectos de ejecución de muchos concursos. Saludos….
Pd: Constancia, sabiduría, intuición y fortuna.