LOS HONORARIOS DEL ARQUITECTO
Parece que está mal visto que los arquitectos hablen de dinero y si, al hablar de él, se quejan puede que parezcan unos auténticos jetas. No hay que olvidar, que más de uno piensa que lo que se cobra por hacer “cuatro rayas” es una auténtica fortuna.
Sin embargo, nosotros creemos que, en general, nuestra labor como arquitectos no está muy bien retribuida. Así que, sobre estás vicisitudes versará la entrada de hoy. !A ver qué os parece!
Está claro que quienes han plagado de cacharros y cachivaches (optimistamente llamados hitos) nuestro país, directamente se han forrado. Se puede afirmar que hemos sido el paraíso del Starsystem. Hasta aquí no hay mucha discusión. Unas veces nos han dejado regalos mejores y otras auténticos mamotretos que en muchas ocasiones no hay dinero ni para acabarlos. A este “sector” ni la crisis le afecta, y sino que se lo pregunten a los castellonenses.
Por otro lado, los buenos arquitectos de casa, que durante estos años han ido ganando sus concursos, construyendo mucha y variada arquitectura, recibiendo bonitos encargos privados y haciendo una arquitectura de primer nivel (como diría alguno, modo ironía off), entendemos que, han recibido un justo pago por sus servicios. Otra cosa es qué parte de esos beneficios les ha terminado llegando a sus “colaboradores”.
Respecto a los arquitectos que han macizado media España, también han debido cobrar lo suyo. No creemos que tengan mucha queja en este sentido. El porcentaje “recomendado” por hacer una unifamiliar, es más bien bajo, pero el de hacer unas cuantas manzanas, con tendencia a que se parezcan mucho entre sí, es más bien alto. También, es cierto, que se puede macizar con cierta dignidad (ya hemos dicho en otras ocasiones que el arquitecto no es el principal culpable de este desastre), pero hoy no toca ir por ahí, hoy hablamos de pasta.
Pero el resto de estudios y arquitectos que no pertenecen a los tres subtipos antes citados, estamos convencidos que no han cobrado lo que se merecían. Y ahora es cuando nos ponemos a llorar un poquito. Estamos hablando de estudios de escala media o pequeña, o incluso de llaneros solitarios, que intentan hacer su trabajo con honestidad cobrando unos honorarios dignos por él.
Lo que se ha venido cobrando comúnmente, por hacer el proyecto de una unifamiliar (contando que no sea la de algún familiar, en cuyo caso olvidasen del todo lo que viene a continuación), justo llega para compensar las horas metidas en el proyecto. De hecho, como ya apuntábamos al inicio, hablar de dinero, parece… como de poco arquitecto, ¿no? Ni siquiera nos gusta mucho pensar en él. Pararnos a entender, algo tan evidente como cuál es la relación entre los honorarios del proyecto y las horas metidas a patadas en él no es tan sencillo como pudiera parecer.
¿La razón? Pues que, por lo general, nos los pasamos tan bien proyectando que, en muchas ocasiones, no tenemos ni idea del tiempo real que dedicamos a cada actividad que realizamos. Es lo que pasa a los que tienen estas extrañas manías de no ver a la familia por las tardes pues “estamos de entrega”, de seguir pensando en el proyecto de noche (incluso en la cama) y de “hacer los últimos retoques” los fines de semana. En definitiva, de meter todas las horas del mundo como si fuera lo más normal. Esta idea de que el trabajo prácticamente se convierte en tu hobbie, está muy bien, pero, como todo en la vida, tiene sus daños colaterales.
Ahora, también, tocaría hablar de lo que ocurre en la actualidad, asumiendo la cruda crisis que nos atenaza a todos y en especial al sector de la construcción. Pero sinceramente, la situación es demasiado lamentable y, por lo menos hoy, no nos vemos con fuerzas. Dicen que toca reinventarse, y nosotros también lo creemos. Dicen que vienen tiempos de transdisciplinariedad, y ojalá sea cierto. Pero nosotros cada vez vemos más negro el percal y creemos que somos un gremio bastante poco solidario donde, por regla general, cada uno va a lo suyo. Lo de que la unión hace la fuerza, lo sabemos todos, pero en el fondo nos suena un poco a chino.
Malos tiempos los que corren para nuestra profesión y si no espabilamos peores vendrán. Ahora, como siempre, os animamos o bien a llorar con nosotros o, si os sentís con fuerzas, meter un rayo de de esperanza ante este incierto panorama.
Autores del artículo: Stepienybarno
*Stepienybarno está formado por Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó. Nuestra actividad se sustenta en tres pilares básicos: la investigación, la publicación y la redacción de proyectos de arquitectura.
A su vez, somos socios cofundadores de SINERGIA SOSTENIBLE y redactores de LA CIUDAD VIVA.
* Este artículo ha sido escrito con carácter divulgativo y sin ningún tipo de ánimo de lucro. Así que si te apetece compartirlo en cualquier otro medio, estaremos encantados de que lo hagas siempre y cuando cites el lugar donde lo has encontrado.
9 COMENTARIOS
Elmorea
06/11/2012Muy, muy de acuerdo.
David Roca
13/10/2010¿Los honorarios del arquitecto?
la mayoria de veces no están justificados, la mayoria de gente sabe levantar un chamizo sin que se caiga, creo que la gente que se queja de los honorarios son personas que quieren cobrar mas por su trabajo sin poder justificarlo ni poder añadir realmente el plus de su talento. Un simple paleta les da sopas con onda….
Cris
10/10/2010Como siempre dáis en el clavo, están las cosas difíciles y el dinero es algo a lo que a todos nos da repelús hablar. Pero hay que vivir… Creo que los arquitectos honrados, sobreviven gracias a su honradez, aquello de «reinventarse cada día», no meter los huevos en la misma cesta y un largo etcétera. Es cierto que hay muchos que se han lucrado en estos últimos años, pero muchas veces son los que han sido absorvidos por el sistema. Los de «a pie», los que seguimos creyendo en la arquitecura al servicio de la sociedad y otras muchas cosas, continuamos llevándonos a la cama la escalera sin resolver, la odiosa normativa que nos constriñe, unido a como pagar la letra de la hipoteca. Y ante el Código Técnico digo: ¡Menos normativas y más iniciativas! Enhorabuena de nuevo por vuestros debates…
Sp.t
08/10/2010Por otra parte, y además de lo ya expuesto, sólo quería hacer mención a la responsabilidad civil que arrastra cualquier realización construida, con su correspondiente seguro que hay que continuar abonando hasta que pasen unos cuantos años, y eso, señores, no está pagado.
Conrado
08/10/2010Copio y pego del Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:
honorario, ria
1. adj. [Persona] que posee los honores inherentes a un cargo o empleo, pero no recibe beneficios económicos porque no lo tiene en propiedad:
cónsul honorario.
2. m. pl. Retribución convenida por un trabajo en algunas profesiones liberales:
los honorarios de este abogado son muy elevados.
Parece que la acepción primera tiene mucho peso en la idiosincrasia de esta profesión.
StepienyBarno
06/10/2010Efectivamente, esta “competencia desleal” es una de las peores herencias que recibimos de un pasado déspota y avaricioso. El sistema creado favorece a quienes hace veinte años se subieron a la poltrona y con la excusa de ser una especie de maestros se han aprovechado de innumerables estudiantes y arquitectos jóvenes.
juan carlos quindos de la fuente
05/10/2010Enhorabuena por el artículo, me parece acertadísimo y muy necesario hablar de ésto de forma clara ya. De hecho, creo que muchos de los males cualitativos que lastran ahora mismo la profesión y la hacen prácticamente insostenible como actividad literalmente «profesional», provienen de este mal cuantitativo: los Honorarios son claramente insuficientes. Al menos para poder trabajar de forma honesta y justa, en dos sentidos, y perdón por la extensión:
-primero, respecto a cómo nos vemos a nosotros mismos como profesionales respecto al «exterior» y que enlaza con la equivocadísima posición de que por hacer un trabajo que te guste (o enriquezca) no se haya de cobrar por ello exactamente lo mismo que si te aburrieses como una ostra, y no digo ya nada cuando nos autoendosamos «marrones» de conocidos de forma «altruista» a precio «amigo». Vamos, yo no conozco a ningún cirujano jefe de quirófano que te opere gratis o con rebaja en la clínica privada, por hablar de una profesión que por su dificultad-extensión de estudios-responsabilidad se parece a ésta. Ninguno, y desde luego a ningún Director de Cardiología se le ocurriría la sola idea de fichar a un joven y prometedor MIR por vamos a poner, una bonita beca de 500 euros que paga el colegio de médicos para vivir en Madrid y de paso aprendes de los Maestros, con mayúscula, ayudándoles a ganar un par de concursos con esa arquitectura tan fresca que haceís ahora y que, lástima, gana sistematicamente en los concursos a los que sólo nosotros podemos acceder a lista cerrada porque ya hicimos en su momento la Arquitectura con Mayúsculas que nos da derecho a estar ahí para siempre. Lo cual enlaza en cadena despiadada con el segundo punto:
-para compensar nuestra falta de autoridad (dejando aparte ese star-system y a los cañoneros del ladrillo que ni falta les hace) como agentes dentro del proceso constructivo (objetivamente el grado de importancia que tienen todas las cosas se ha de medir en euros, aparte de otras consideraciones artísticas y de diversa índole, por muy cínico que parezca y por mucho que no queramos manchar las oídos con cosas tan prosaicas) transmitimos ese recorte en el justiprecio del trabajo directamente en la estructura del estudio en sí, a través efectivamente de una competencia desleal, como muy bien apunta el señor Coderch, que ayuda a entender el desastre generacional casi «feudal» de miles de arquitectos falsos autónomos que casi no llegan a pagar el alquiler. Se me ocurren pocos argumentos tan abyectos como los tantas veces manoseados de «cuando yo empecé, estuve un año trabajando gratis y como un negro, así que ¿porqué no has de hacer tú lo mismo ahora?» que recuerdan demasiado al «todo vale» y el «y tú más»…
Y de ambas cosas somos los principales responsables, de lo primero por «Pasiva» por no haber tenido el coraje como colectivo de defender nuestras competencias después de la primera debacle en los noventa con la liberalización de las tarifas y ahora en los 2000 con la normativa-carta-bomba que ha significado el código técnico (no se puede pasar del «medievo» al hiperespacio en tan poco tiempo, y además sin un aumento proporcional,exponencial, de los honorarios) y el cambio de roles competenciales derivados de Bolonia, dejándonos comer las piernas y parte de un brazo por las ingenierías más variopintas. Solo ha faltado que los jardineros municipales nos quiten la competencia en diseño de espacios verdes.
De lo segundo, por «activa», por no tener la dignidad mínima que nos debemos a nosotros mismos y a nuestros iguales como trabajadores que somos, saltándonos a la torera cien años de luchas sociales en pos de los derechos laborales, explotando y dejándonos explotar, para al segundo siguiente enfrascarnos en discusiones interminables y aparentemente muy progresistas, sobre el sexo de los ángeles que habitan los terrain-vague.
O nos quitamos mutuamente ya la máscara, o se nos va a necrosar esta cara avinagrada toda la vida, que no hay peor veneno que la mezcla a partes iguales de frustración y resentimiento con vanidad y soberbia.
alvaroperezrey
04/10/2010Cuanto mayor tabú constituya el dinero, más atrasados estaremos en todos los niveles, incluido el economico.
José Antº Coderch Gimenez
04/10/2010Al no cuantificarse dinero, imposible dar opinión.
Me vienen a la cabeza algunos comentarios relacionados con la competencia desleal :
1 .- Tiene seguro de RC ??
2 .- Usa programas piratas ???
3 .- Tiene despacho legalmente abierto ???
4 .- Utiliza personal asegurado ???
Como veis determinada cantidad de dinero, puede ser mucho o muy poco => La famosa competencia desleal !!!