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Blog de STEPIEN Y BARNO – publicación digital sobre arquitectura
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¿ESTÁN NUESTRAS CASAS PREPARADAS PARA EL #YOMEQUEDOENCASA PROVOCADO POR EL CORONAVIRUS?

Desde hace un par de días toca quedarse en casa y salir para lo imprescindible. Aun así, hay mucha gente que tiene que ir a trabajar y, seguramente, no en las mejores condiciones (laborales y de desplazamiento).  Otros muchos, de golpe y porrazo, se ven abocados al teletrabajo.

La situación se complica cuando tienes que teletrabajar pero también tienes a los niños en casa y si encima eres familia monoparental, el reto es mucho mayor.

Así que, ante este complicado escenario, ¿qué tiene que decir o aportar la arquitectura? ¿Están nuestras casas preparadas para esta situación que, por lo menos, se extenderá dos semanas?

Sobre todo esto, y mucho más, va el post de hoy.

1 Y LLEGÓ EL CORONAVIRUS

Aunque muchas veces se valora la arquitectura moderna por sus cualidades formales y estéticas, la realidad es que nació para resolver un problema de higienismo y esa es también su gran aportación a la humanidad. La sociedad de los años veinte y treinta pasaba por graves problemas de todo tipo y la arquitectura dio un salto mortal para adaptarse a los nuevos tiempos.

Sin embargo, la arquitectura que nos ha ido acompañando hasta la llegada de la crisis, en gran parte, era un canto al sol en beneficio del promotor. Viviendas abigarradas con condiciones muy justas de espacio y con muy poca calidad. La arquitectura ha ido brillando por su ausencia y, en el mejor de los casos, hemos hecho buenas construcciones, pero con poca alma. Ciudades enteras creciendo de manera ineficiente y creando, en muchos casos, más problemas que soluciones.

Así, en el centro de nuestras grandes ciudades, la gentrificación y procesos especulatorios se han encargado de que tengamos que malvivir en muy pocos metros y pagando una fortuna por ello. El espacio y la amplitud han pasado a ser un lujo. Con ello, la mayoría de la población esta largos años devolviendo la deuda al banco, mientras vivimos presos de las prisas y el estrés.

Y en estas que llega el coronavirus y de la noche a la mañana nos manda a todos a casa. Aquí no entraremos en su polémico origen o si el #yomequedoencasa es la mejor opción. Es cierto que, por ejemplo, Corea del Sur lo ha enfrentado de una manera diferente, y parece que con éxito.

Pero estamos en España y está claro que hay que respetar lo que se nos indica y, desde hace un par de días, salir de casa para lo mínimo. Y a la vez que tenemos esto muy claro, vemos imágenes de cómo hoy lunes 16 de marzo mucha gente va en el metro bien apiñada y acudiendo a trabajos que para nada son de primera necesidad (ver aquí).

2 NUESTRAS VIVIENDAS FRENTE AL #YOMEQUEDOENCASA

Pero volviendo al tema que nos trae hoy aquí, la vivienda, vemos que llegan nuevos problemas y que con el #yomequedoencasa se ponen más en evidencia.  Nuestras casas son lo que son y ahora podemos apreciar con más claridad sus carencias. Vivimos en hogares muy pequeños y esto, que ya de por sí era un problema, ahora lo es más.

Cada caso es un mundo y una persona que viva sola y esté acostumbrada a trabajar online, tendrá muchas menos dificultades que otra que no lo esté.

Una familia con tres niños y en la que, por ejemplo, uno de los dos progenitores tiene que salir a trabajar en un incierto panorama laboral, y la otra persona se queda en casa intentando teletrabajar, lo puede tener muy complicado estos días. La realidad es que teletrabajar tiene tantas ventajas como inconvenientes y no es lo mejor para todos los casos y mucho menos es natural ponernos a trabajar en remoto a marchas forzadas. Sobre esto hemos intentado aportar nuestro granito de arena en este post.

El problema de dimensión de la vivienda se ve en muchos aspectos, desde que no hay espacio suficiente de almacenaje, hasta que nuestros baños ya no tienen el ahora codiciado bidet (más sobre su interesante historia por aquí). Y ¡ya sabemos cómo se está poniendo la cosa con el tema del papel higiénico!

A su vez, muchas terrazas y balcones se han ido cerrando con el paso de los años y hoy se puede echar muy en falta más aire y sol en nuestros domicilios. No hay que olvidar que el sol nos regala vitamina D que es clave para fortalecer nuestras defensas.

También, es cierto que es momento de creatividad y de echarle imaginación al tema. Nosotros hemos montado un columpio en el paso de la cocina al salón y ¡tan ricamente!!

Otro de los problemas que nos encontramos es que en estas pequeñas viviendas que tenemos, muchas veces no hay nada de vegetación. Y nada es nada, ni una triste planta que cuidar.

Así que esta desconexión de la naturaleza que nos espera durante todo el encierro va a pasar factura a nuestro sistema inmune. Por lo tanto el coronavirus tiene más papeletas de entrar a sus anchas como vea la oportunidad. Por eso para muchos es tentador seguir saliendo a la naturaleza; pero esto no es posible porque si todos lo hiciéramos estaríamos en las mismas y las medidas no serían tan eficientes.

Por ello, te guste o no, desde que se anunció el estado de alarma, mejor que ni te plantees el tema bajo fuerte sanción. Eso sí, durante el fin de semana, muchas familias se han escapado de malas maneras de las grandes urbes buscando apartamentos de playa, con todo el peligro que ello implica. Incluso nuestro expresidente Aznar ha sucumbido a la tentación y, dando muy mal ejemplo, salió de Madrid rumbo a Marbella con toda su familia (ver aquí).

Ejemplos de comportamiento incívico siempre vamos a tener, y, a la vez, vemos como la sociedad se conecta para aplaudir desde los balcones a nuestros particulares héroes y heroínas del sistema sanitario. Aunque también hay otros muchos, como la gente que trabaja en los supers y tiendas de primera necesidad, que también se lo merecen.

3 UNA OPORTUNIDAD PARA PARA Y RECONECTARNOS CON LO ESENCIAL.

Con todo ello nos vamos a encontrar familias bien avenidas que, e pesar del poco espacio doméstico, aprovecharán para disfrutar más los unos de los otros y también casos en los que mucha gente lo va a pasar muy mal. Los que más van a sufrir serán los sectores más vulnerables. La violencia machista, seguramente, aumentará y, en consecuencia, much@s niñ@s van a vivir situaciones de mucho miedo. Miedo que se sumará al pánico que nos ha provocado esta crisis del coronoravirus y, nuevamente, el miedo se encargará de que nuestro sistema inmune vibre en frecuencias muy bajitas. Y desde ahí no somos tan fuertes.

Imagen de la acción social #porunhabitardigno Más sobre el post: http://bit.ly/33pjeW9

Además, en muchos casos las paredes de nuestras casas son de papel y todos los ruidos se oyen. Hoy, más que nunca, echaremos de menos una mejor acústica en la construcción de los edificios.

No hay que olvidar que más allá de la situación familiar de cada uno hay gente que lleva muy mal esto de la soledad. Lo de pasar el día entero con uno mismo para más de uno no es plato de buen gusto; así que ansiedad, depresión  e insomnio pueden estar más presentes que nunca. Y también es cierto que, esta reclusión por  pandemia que nos toca vivir, nos pilla con una tecnología muy avanzada y con las redes sociales a tope. Esto, nuevamente, es una oportunidad para estar más conectados a pesar a de la distancia física o para evadirnos de nosotros mismos y seguir conectados todo el día a noticias del coronavirus como si no hubiera mañana. Toda esta obsesión no es buena para nada y conviene poner la mente en otros escenarios más creativos y enriquecedores.

En cualquier caso es importante que, como sociedad, aprendamos por fin las ventajas de la formación online o el teletrabajo (ver aquí); pero también recordar que necesitamos una arquitectura que de verdad aporte a nuestras viviendas ese plus que siempre hemos necesitado.

Estamos hablando de lo domestico, de una escala de arquitectura; pero, evidentemente, esta reflexión puede cambiar de escala y podemos pensar en voz alta sobre urbanismo y ciudad. Incluso podemos alegar un poco más el zoom y ver qué ocurre con nuestras fronteras y cómo estos límites que hemos impuesto a países pobres, se pueden volver contra nosotros si ésta -u otra- pandemia van a más. Da para pensar si como sociedad somos lo suficientemente empáticos o cerramos los ojos ante injusticias evidentes.

Son tiempos de solidaridad y de corresponsabilidad. Si sólo pensamos en nosotros mismos esto es un barco hundido. Se nos avecina una crisis de primera magnitud (sanitaria, económica y también de valores) y si estamos unidos y fuertes tendremos más papeletas de sobrevivir.  Como todas la crisis, será una oportunidad para renacer y soñar con un futuro mejor.

Pero bueno… no nos vamos a poner a jugar a adivinos que bastante tenemos con este complicado presente. Y ahora nos encantaría saber cómo ves tú este tema que estamos trayendo a primer plano.

Autores del post: Stepienybarno _ Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó


Imagen de portada extraída de aquí.

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