APAREJADORES Y ARQUITECTOS.
Más de una vez hemos hablado de lo dura que es la obra y de la importancia que tiene que el proyecto este bien definido para que la dirección de obra pueda mantener el tipo. A su vez, del buen entendimiento de la dirección de obra, normalmente, aparejador y arquitecto, depende, en gran medida, que todo vaya sobre ruedas.
Este sábado, hemos tenido una agradable comida con más de 30 aparejadores y, a la vez, buenos amigos celebrando los más de 15 años que llevaban en la calle. Y sí, sí, celebrando, a pesar de la que esta cayendo. Si os apetece, os contamos por qué la comida no fue un valle de lágrimas sino todo lo contrario.
Para empezar, como veis decimos aparejadores y no arquitectos técnicos, ni ingenieros de la edificación, ni mucho menos noséqué de ciencias de la construcción, no señor, aparejadores, como los de toda la vida.
Curiosamente, en la carrera de arquitectura justo te cuentan que exiten, e, incluso, cuando aparecen en escena, casi lo hacen o de pasada o como si fuera el enemigo. Seguramente, muchos estudiantes, por culpa de lo que se les ha contado, piensan que el arquitecto está (o estaba) por encima de ellos; terrible! Pero todas estas torpes apreciaciones distan bastante de la realidad. Nosotros, desde nuestra propia experiencia en obra, podemos decir que la presencia del aparejador ha sido fundamental. De hecho, en la única obra que no lo hubo (se suponía que era el de la propia constructora; gran gol que nos metieron por pardillos) se salvó el tema, no tanto por nuestro buen hacer, sino porque el jefe de obra, Juan para más datos, era un auténtico crack que tenía el proyecto en la cabeza mejor que nosotros.
En el resto de obras, casi siempre hemos trabajado con José Manuel Etayo que, además de ser gran amigo y un excelente arquitecto a pesar de no tener el título, ha sido el gran responsable de que las obras llegarán a buen puerto. Todo esto no es falsa modestia ni nada por el estilo; simplemente queremos poner en evidencia que es muy importante que el arquitecto tenga experiencia y ganas de currar, pero sin la figura del aparejador todo sería mucho más complicado.
Pero bueno, volvamos a la comida de la que os queríamos hablar al principio del post. Como os decíamos, una comida del sector de la construcción, el más vapuleado, a pesar de las justas quejas de los médicos, de todos los sectores, en estos ya cuatro o cinco años de crisis.
Unos treinta profesionales que en algunos casos hacía más de 15 años que no se veían las caras; pero, a todos, les unía el hecho de haber estudiado juntos la carrera de aparejador. Una carrera bien diseñada y que les situó en la calle como profesiones necesarios y de prestigio. La mayoría de ellos empezaron como jefes de obra de alguna constructora o buscando direcciones de obra y encontrándolas sin ningún problema. Son gente tranquila y, a la vez, con mucha energía; en general, sin muchos pájaros en la cabeza y con los pies en el suelo.
Se han conservado muy bien (lo cual dice mucho en su favor), de hecho uno de ellos, Patxi, comentaba con excelente humor que le hacía ilusión la cita par ver a algún otro calvo y con barriguilla y la decepción había sido mayúscula! Para más inri, han tenido tiempo para desarrollar sus aficiones en su tiempo libre y casi todos son papás y mamás, algunos incluso de tres retoños.
Lo que nos alegró y sorprendió en cierta forma, es que a los 30 les fuera bien. Y no es un “bien” como el de los arquitectos que aunque no tengamos nada encima de la mesa, somos incapaces de darnos cuenta de ello porque siempre hay una propuesta que hacer,a pesar de que ya te lleves 10 seguidas cogiendo polvo. El de nuestros amigos aparejadores era un “bien”, bien.
Y por qué creemos que, a pesar de todo, y aunque ya no les fuera como antes, todos se mantenían con un trabajo más que aceptable. Pues por lo siguiente: Nuestras dos compañeras de mesa trabajaban para la administración en ayuntamientos, uno era jefe de una pequeña promotora, otra en las fuerzas armadas (Sí, Sí ^_^), dos chicas trabajaban en obras horizontales para Gobierno de Navarra, otro está metido en el consejo (o algo así) de una aseguradora, otro es jefe de una pequeña constructura, otro se dedica a temas de coordinación y salud, mientras otra trabaja en una OCT, otra trabaja en una inmobiliaria, otro como perito, otro es ejecutivo en una empresa de materiales construcción, otro lleva unos años como jefe de venta de materiales de construcción, otra chica trabaja en catastro, otra en una empresa de estructuras, uno se encarga de coordinar gremios (evitando la figura de la constructora en una especie de limbo legal) e incluso otro acaba de ser alcalde de su pueblo durante cuatro años, para volver a ser acogido en la constructora en la que estaba antes de la experiencia política a pesar de que las cosas ya no son como antes. Ah! y alguno también lleva direcciones de obra que es lo que, en un principio, se imagina uno que es a lo que se dedica el aparejador.
Como veis, las claves son dos: por un lado, su extraordinaria practicidad y eficacia y, por otro, la capacidad de realizar trabajos muy variados dentro del ámbito de la construcción.
En este blog, solemos hablar mucho de la importancia de poder buscar oportunidades laborales en la periferia de la arquitectura y de la importancia de tener una buena identidad digital. Pero todos estos 30 profesionales no han hecho nada de eso; siguen al pie del cañón en el epicentro de la construcción y, por lo tanto, aunque a veces se nos olvida, también de la arquitectura.
Sin embargo, si hiciéramos una comida el próximo finde con 30 amigos arquitectos, casi seguro que ninguno de ellos tendría casi nada que ver con todas las actividades antes enumeradas y más de una lágrima se derramaría lamentándonos de cómo está el patio.
Por lo tanto, como conclusión y pensando en voz alta ¿no sería mejor tomar ejemplo de ellos en vez de seguir pensando que todo volverá a ser como antes o “inventando” trabajo que nunca llegará?
Pero bueno… es solo una reflexión en caliente después de una suculenta comida. Lo mismo nos sentó mal el pacharán y hemos desvariado un poco. Ya nos diréis cómo lo veis.
* Este artículo ha sido escrito con carácter divulgativo y sin ningún tipo de ánimo de lucro. Así que, si te apetece compartirlo en cualquier otro medio, estaremos encantados de que lo hagas siempre y cuando cites el lugar donde lo has encontrado.
Autores de la entrada: Stepienybarno
* Stepienybarno está formado por Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó y desde mayo del 2009 estamos en la red con la presente publicación digital (Blog) de arquitectura.
Nuestra actividad se sustenta en tres pilares básicos: la investigación, la publicación y la redacción de proyectos de arquitectura.
A su vez, somos socios cofundadores de SINERGIA SOSTENIBLE y redactores de LA CIUDAD VIVA.
* Los editores de esta publicación digital no nos hacemos cargo de de los comentarios y conceptos vertidos en los textos firmados por otras personas, siendo éstos de responsabilidad exclusiva de sus autores.
* Tu comentario pudiera ser moderado, por lo tanto, aunque aparezca inmediatamente al ser publicado en la entrada, los editores de esta publicación digital nos reservamos el derecho tanto de editarlo (si fuera necesario, para hacerlo más legible) como de eliminarlo en el caso de que se usen expresiones incorrectas (descalificaciones, palabras malsonantes…). A su vez, si quieres comentar desde el anonimato puedes hacerlo, aunque, nosotros personalmente, agradecemos que tod@s nos podamos identificar.
9 COMENTARIOS
StepienyBarno
15/07/2015Muchas gracias por pasarte por el blog; estaremos encantados de seguir hablando del tema.
proyecto vivienda
15/07/2015Yo no estoy convencido con lo aqui comentado, pienso sinceramente que hay muchos factores que no han podido ser tenidos en cuenta. Pero valoro mucho vuestra opinión, es un buena web.
Saludos.
José Alberto
08/02/2013Buenos días!Tengo 23 años y además de ser aparejador, soy estudiante de 3º de arquitectura. Creo que he vivido de primera mano la rivalidad existente entre una carrera y otra.
Comenzando la carrera en aparejadores, algunos profesores te intentan inculcar que el enemigo, el bohemio, el señor que está en una nube y no sabe construir es el arquitecto. Cosa que con 18 años te acabas creyendo.
Es más, cuando me reencuentro con antiguos compañeros de aparejadores y les cuento mi actual situación, no dudan en decir: «te has pasado al enemigo?»
Pero al entrar en arquitectura te das cuenta de que pasa completamente lo mismo. Sigue habiendo profesores y alumnos que se creen superiores, que desprestigian, que piensan que los aparejadores son prescindibles, vagos e incompetentes.
Si desde un primer contacto con la universidad, no saben inculcar los valores de unión, de equipo y de familia, no sabremos trabajar juntos en un futuro.
Pilar Rico
13/12/2012Buenos días! He leído su artículo a través de la publicación q ha realizado el colegio de aparejadores de Alicante, que lo ha compartido en Facebook. Como aparejadora me siento muy identificada, pues como bien dice en su artículo, el sector no está como antes, pero yo no he parado de trabajar, siempre en distintas ramas pero dentro del sector de la construcción. Creo que por el hecho de no haber dicho nunca «NO» a nada, mi campo es amplio y siempre hay algo que puedo hacer. En estos momentos estoy trabajando como PROJECT Manager, como docente, como técnico para redacción de proyectos, informes, peritaciones, etc…
En algunos momentos me he preguntado: no estaré introduciéndome en demasiados campos? no será esto perjudicial para mi profesionalmente hablando? Pero la respuesta es no, porque la satisfacción de acabar cada trabajo y que el resultado siempre sea como mínimo el esperado o mejor, me indica que no me he equivocado de dirección. Por supuesto, todo esto lo he conseguido gracias a mi esfuerzo, dedicación, lógicamente dinero invertido en Formación y apoyo de mi familia. NADIE ME HA REGALADO NADA.
He de agradecerles este artículo, pues han conseguido aumentar mis ganas de seguir por este, camino, mi buen camino, y además me esforzaré cada día más. Gracias!
Joaquín Cárcamo
02/12/2012Respecto a la adaptación más o menos fácil a las dificultades añadidas por la crisis, es un asunto de simple sociología de las profesiones; se puede decir que todo empieza el mismo día en el que se toma la decisión de matricularse en una u otra carrera. Los aparejadores hubieron de enfrentarse a la realidad de la asalarización y la «degradación» del estatus anterior durante los años sesenta y setenta (para los jóvenes vale la pena recordar un excelente libro del sociólogo Jesús A. Marcos Alonso: El conflicto de las clases técnicas: Un falso problema. La profesión de Aparejador y la estructura de clase de las profesiones técnicas en España. Ed. Estela. Barcelona, 1970) y esa realidad ha tardado en llegar para los arquitectos. La universidad traslada los modelos vigentes (hoy continúan titulándose profesionales como si nada hubiera pasado en estos años).
Después, el asunto de la convivencia personal, realmente no es muy distinto de como lo pintáis. Siempre existen las excepciones de quienes se niegan a abandonar los complejos (hacia arriba o hacia abajo) y la competencia profesional, pero con estas cosas hemos de convivir…
Se agradece la visión positiva e integradora, más necesaria hoy que nunca para lograr vislumbrar la salida, ya que lo que si es seguro es que nada será ya igual.
Eulogio Sánchez
24/11/2012Me gusta el artículo: Es optimista, lo cual ya es de agradecer.
La verdad es que nuestra preparación posibilita toda una amplia gama de salidas profesionales. Ahora, la crisis nos tiene machacados pero no hay que dejar de observar que existen muy diversas opciones para buscarse un trabajo, ello basado en nuestros conocimientos específicos: Hay que buscarlas y no desanimarse.
Un abrazo para tod@s.
Elmorea
20/11/2012Como aparejador os agradezco el post, me ha parece que esa forma de ver la convivencia profesional debe extenderse.
Y como arquitecto que también soy (nadie es perfecto 😀 ) me pregunto ¿como cometieron el error de invitaros? jajaja
Un abrazo
Mario Ortega Pascual
20/11/2012Realmente me siento muy identificado con el contenido del post que nos entregáis.
En mi caso comencé mi carrera profesional como «aparejador» hace 13 años cuando el sector estaba en pleno auge. Durante todo este periodo, no he dejado de trabajar ni un solo día, primero de jefe de obra, luego de project manager, volví a farragoso trabajo de jefe de obra y en la actualidad trabajo de jefe de producción en una de las empresas más conocidas de Andamios y Encofrados. Han pasado 13 años de carrera, cuento con la edad de 38 años y continuo con ganas de hacer cosas nuevas y de renovarme. Ya tengo en marcha mi próximo cambio y lo voy a emprender con más ganas que nunca.
En el último año he trabajado para ir creándome una identidad digital y ciertamente con más éxito de lo esperado, en definitiva creo que sabemos reinvertarnos.
Esta es mi historia, pero guarda muchas similitudes con la de los componentes del grupo de compañeros con los que más amistad hice en la época de estudios, con los cuales continuo teniendo un constante contacto y a los que habiéndose dedicado a las profesiones más dispares, en general tampoco les ha faltado trabajo.
Manuel Cansino
19/11/2012Me ha gustado mucho este artículo y siendo cierto que los aparejadores tenemos algo más diversificadas nuestras salidas profesionales, desgraciadamente no creo que la realidad general de la profesión sea la de dicha reunión. Hoy y hablo de mis compañeros, los que yo conozco, con los que trato, el 80% están en paro o con una actividad muy baja…por ultimo dar las gracias a los autores del artículo por la forma de tratar a nuestra profesión y el fomentar el buen entendimiento entre profesiones tan cercanas, tan complementarias, siempre he defendido la necesidad de ambas figuras como un sólido equipo y así he ejercido, mi experiencia al menos, siempre ha sido muy satisfactoria y enriquecedora. Un saludo.