ENTREVISTA CON VAUMM, PARTE 1
Hoy tenemos con nosotros la oficina de arquitectura Vaumm, de la que ayer os hablábamos en profundidad. Con ellos mantuvimos una intensa entrevista en exclusiva para el blog, en la que dieron un repaso a su trayectoria, nos hablaron de su manera de entender la arquitectura, y sobretodo de su actitud de servicio hacia la sociedad.
“Nos gusta pensar que nos enraizamos en el lugar, que el proyecto se entronque en el sitio”
– ¿como se fraguó el comienzo del estudio?
El estudio es una mezcla de lugares de procedencia muy distintos, pero al final todos somos donostiarras de adopción. El que estemos juntos es un cúmulo de casualidades que con el tiempo se iban convirtiendo en opciones cada vez más claras, hasta ver que la agrupación tal como hoy somos era algo inevitable.
En un principio todo comenzó con colaboraciones puntuales, en las que veíamos que nos íbamos entendiendo. Iñigo trabajaba con Javier Puldain, y poco a poco empezó a colaborar con Tomas y Jon y luego apareció Marta y una serie de gente, hasta que llegó Javi. Así estuvimos durante diez años, colaborando hasta que vimos que teníamos intereses totalmente comunes, y los trabajos en solitarios ya no nos llenaban, pues veíamos que colaborando juntos todo era más productivo.
– ¿Os animáis a contarnos como os veis los unos a los otros?
Tomas es un chaval con mucha paciencia, que va poco a poco, pero al final siempre llega, da muchas vueltas alas cosas, es como un rodillo! Parte de su carácter es la obsesión por pulir mucho cada detalle del proyecto.
Marta es la alegría de la huerta! Es la mediadora entre todos nosotros. La que nos aguanta y nos da la tranquilidad necesaria. Gracias a ella termina de funcionar el engranaje. Es la sabiduría y la calma.
Jon es el agitador del estudio, es como un relámpago que hace temblar la oficina. Es capaz de cuestionar todo hasta el último segundo, siempre hay tiempo para que el proyecto pueda estar mejor. En los momentos difíciles es el que nunca decae y siempre pone las notas de buen humor.
Javi es tremendamente organizado, es el que lleva el tema de calidad, y lo borda! es muy sosegado, y transmite serenidad y buen rollo. Es constante en el día a día, siempre está ahí dando el do de pecho.
Iñigo entró en el equipo y definitivamente lo revolucionó todo. Sobre todo el objetivo del estudio, nos ha dado el empujón definitivo. Es el que ha puesto orden y es el que tiene las cosas más claras. Ahora las expectativas son distintas. Iñigo no duda, cuando hay que decidir algo es claro y conciso.
– ¿Cual creéis que es la clave del éxito de vuestro estudio?
Una de las virtudes del estudio es precisamente el cómo nos complementamos los unos a los otros desde la discusión y el dialogo. Los proyectos pasan por cinco visiones y eso es lo que hace que sea bueno, el hecho de que ha conseguido convencer a todos, todo es parte de un proceso en el que todos intervenimos para ir mejorando la idea hasta el final, y este final no llega hasta el último segundo.
-¿Qué opináis de otras estructuras organizativas como por ejemplo el estudio de arquitecto tipo “llanero solitario”?
Cada vez tenemos más claro que la figura del arquitecto de antaño tiende a desaparecer. La figura del jefe de orquesta poco a poco se va quedando obsoleta. Creemos en la integración y en la interdisciplinariedad con una estructura abierta. No entendemos la figura del super-genio.
– ¿Cuáles son los mejores recuerdos de vuestra etapa universitaria?
En la escuela no nos llamaba nada la atención. Fue como una carrera de obstáculos que no te provocaba ilusión y en general no guardamos buenos recuerdos. Todos estudiamos en la misma universidad en etapas distintas.
Casi todo lo que aprendimos fue directamente en la biblioteca o bien con la gente con la que empezamos a trabajar como Javier Puldain, Luis Sese o José Ignacio Linazasoro.
Las escuelas se han convertido en el lucimiento personal de los profesores y no hay intereses verdaderos para que el alumno aprenda. No se han parado a pensar cómo enseñan arquitectura. Todo es igual que hace cincuenta años. La escuela no evoluciona con la sociedad.
No han dejado huella los profesores en nosotros, aunque hay que reconocer que existen buenos y malos, el 80 % de los profesores no crean ni siquiera inquietudes en el alumno.
– ¿Cómo es vuestro día a día?
Nosotros trabajamos en una sala común, donde nos vemos la cara todos, lo que provoca una comunicación muy sencilla.
Respecto al horario en principio es muy flexible, lo cual se traduce en que acabamos estando todo el día en el estudio! En realidad pasamos muchísimo más tiempo entre nosotros que con nuestras familias.
¿Qué nos contáis de los descansos en el estudio?
Durante la mañana el que más saturado se encuentra da la voz de alarma para provocar una pausa y de ahí nos vamos al café, donde casi tenemos un tema por día, los lunes deporte, los martes política… y algún día hasta prensa rosa!
– ¿Cómo os gusta organizar la oficina?
A nivel organizativo, todos los lunes tenemos una reunión para ver como van todos los trabajos, mirar si hay algún concurso interesante, decidir trabajos pendientes y así planificar la semana, y asignar quien lleva el peso de cada proyecto. Los viernes contabilizamos horas y estudiamos como ha ido la semana.
– ¿Cómo entendéis la relación entre el programa y las necesidades en vuestra arquitectura?
Entendemos la arquitectura como respuesta a un programa y no tanto como lucimiento del arquitecto. Desde cumplir esta necesidad intentamos trascender a algo superior. Intentamos entender el contexto, y nuestra respuesta es algo mucho más cercano, no tanto global. Incluso intentamos ir más allá de lo que nos piden, pero siempre prestando atención a los problemas concretos. En este sentido nuestra posición es muy modesta. También es cierto que cuando tocamos temas de urbanismo, nos toca pelear a muerte con los promotores para convencerles de temas que van más allá del programa que nos proponen.
– ¿Tenéis temas recurrentes en vuestra arquitectura?
Sí que existen temas que siempre tenemos presentes como el respeto del lugar, espacios muy flexibles, difuminar el exterior con el interior y apostar por una óptica de racionalidad constructiva. De todo ello aparece el tema principal, aunque también es cierto que el tema de la continuidad y el recorrido es algo que no depende tanto del proyecto sino de un gusto nuestro por este tipo de espacios.
Hay muchos concursos donde estos son nuestros temas fundamentales, que nosotros los sentimos como algo inevitables, y vemos que el resto de las propuestas no lo hacen, y en muchos casos al resto de las participantes no les preocupa el distorsionar el entorno que se encuentran, sino mas bien el poder lucirse a nivel individual.
Nos gusta pensar que nos enraizamos en el lugar, que el proyecto se entronque en el sitio. En general el solar nos pide a gritos el adaptarse a él.
– ¿Cómo os enfrentáis a una topografía tan complicada como la del País vasco?
La orografía nos pide cuartadas. La topografía es problemática, pero si la haces protagonista termina enriqueciendo el proyecto. Disfrutamos modelando el paisaje y aprendiendo del entorno.
No predisponemos ninguna arquitectura a priori. Y toda esta integración al medio la intentamos hacer luchando por no torturar las plantas de nuestros proyectos, al final todo debe ser práctico y funcional.
Sin embargo, la arquitectura mediática que nos rodea, no quiere limitaciones topográficas para generar artefactos autistas para mayor gloria de la administración, no quieren condicionantes.
Y por otro lado, a nivel de una escala mas cercana, cuando se interviene por ejemplo en un caserío, no se tiene ninguna consideración con la topografía y lo que se hace es cortar la ladera, poner una plataforma y plantar un champiñón. Todo esto no nos parece de recibo y además está claro que no es necesario.
-¿Cómo veis la idea del cobijo en vuestra obra?
Tenemos una propuesta para un refugio en la Anatartida, donde la sensación de cobijo es fundamental, pero en un mirador para ver un valle, no tiene nada que ver con el refugio. La idea de cobijo deriva más en edificios en los que en su propia configuración, son capaces de asumir una volumetría que se integra en el paisaje adecuándose al solar. Aun así, no es un tema recurrente en todos los proyectos, en general nos mueve más la topografía, el lugar, la funcionalidad, la flexibilidad.
– ¿En que manera tenéis en cuenta la carga histórica que os encontráis en los lugares donde intervenís?
Una de las mayores discusiones en nuestro estudio es hasta que punto nuestra propuesta es respetuosa con la carga histórica que nos encontramos en el lugar o se distancia de ella. Siempre lo vemos de distintas maneras, y por ello acabamos llegando a puntos intermedios, ya que no todo lo existente tiene valor en sí mismo. Es cierto que navegamos en un termino medio, pero siempre estudiando muy bien cada caso. La clave es mantener la esencia de lo que nos encontramos. No rompemos con lo existente en el caso de que estemos de acuerdo en adjudicarle un valor histórico. A veces es más interesante el valor espacial de lo que nos encontramos que su carga historicista. No nos interesa tanto la “iconicidad” de lo histórico, pero si el valor que le atribuimos.
– ¿En que cuales de vuestros proyectos han sido los protagonistas los niños?
En el proyecto de la guardería de Eibar planteamos una arquitectura más lúdica, en la que el tamaño de las personas o los colores tienen que ver con los ocupantes del edificio, que este caso son niños. Jugamos con una escala diferente, damos una respuesta directa al tamaño del niño. Las ventanas de medidas especiales que les propusimos, se convierten en espacios de juegos, en porterías para jugar a fútbol, es la portería perfecta para un niño de cuatro años! En este lugar es donde hacen sus tertulias!
En otras propuestas hemos entendido, que a estas tempranas edades, les da más seguridad generar un espacio central controlado y con las aulas alrededor, que los patios que quedan sin acotar. Los niños necesitan referencias, el espacio vacío no les gusta, siempre juegan cerca de coartadas, como hitos, que les provocan implicaciones personales.
– Y para terminar esta primera parte de la entrevista una pregunta complicadilla; ¿Cómo definiríais el concepto de arquitectura?
Más que saber lo que es o no es buena arquitectura, tenemos claro lo que nos interesa y lo que no nos interesa. Entre nosotros siempre estamos de acuerdo en los proyectos que funcionan bien.
Para definir arquitectura a los arquitectos nos faltan palabras, por eso las robamos de otras disciplinas. Se puede saber lo que es y lo que no es, pero definirlo es dificilísimo.
Y como siempre el próximo jueves os mostraremos la segunda parte de la entrevista, donde vaumm se explayan comentado su visión sobre el mundo de los concursos de arquitectura.
2 COMENTARIOS
vero
13/10/2009super padre! me enkanto ese punto de vista en el que la arquitectura debe difuninarse en el paisaje
brijuni-s
15/09/2009Me siento taaaan identificado con vuestras opiniones sobre las escuelas de arquitectura.
Suerte y enhorabuena por vuestro trabajo.