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Blog de STEPIEN Y BARNO – publicación digital sobre arquitectura
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¿QUE ES ARQUITECTURA? 2/2

 

PANTEON  - ISABEL MUÑOZ

Fotografía de Isabel Muñoz

 

Después del repaso más o menos histórico que hicimos en entrada de ayer, sobre lo que puede ser arquitectura y lo que quizás no lo sea tanto. Hoy nos gustaría centrar la reflexión desde una visión más cercana y actual de la cuestión. Quizás seamos demasiado pretenciosos pensando poder abarcar tan peliaguda cuestión pero estamos decididos a correr el riesgo.

 

 

Mucho se habla hoy de que la auténtica arquitectura es solamente  la que propone un pequeño y selecto grupo de arquitectos que vienen acaparando la atención de la crítica especializada. Algunos los identifican como “los de negro”,  acusándoles de no ser más que la parte mediática del circo de la arquitectura. En consecuencia se entiende que el  resto de arquitectos no plantean más que una digna construcción en el mejor de los casos.

 

Nosotros  pensamos  que de la misma forma que  ese pequeño porcentaje de arquitectos  tiene algo de fuegos de artificio,  también entendemos que hay gente validísima dentro de  él, proponiendo  (incluso a veces construyendo) cosas interesantísimas. Por otra parte, muchísimos buenos arquitectos que no están entre “los de negro”  construyen magnífica  arquitectura (aunque no tenga tanta carga conceptual), a pesar de ser mínimamente conocidos.

 

En cualquier modo, toda esta disertación entre “buenos y malos” no justifica que nuestras ciudades hayan sido macizadas sin piedad por aquellos arquitectos de uno de los dos bandos, a los que la arquitectura poco o nada importa. En su descargo apuntar  que culpa no es sólo de los técnicos. De hecho es el agente menos influyente en esta dinámica de horror en que se han convertido gran parte de nuestras ciudades. Como bien apuntaba  Pio Baroja «El cemento armado es una musa honesta y útil, y quizá en manos de un arquitecto genial sería admirable; pero cuando se desmanda y se siente atrevida, como una cocinera lanzada a cupletista, hace tales horrores, que habría que sujetarla y llevarla a la cárcel.»

 

No se trata tanto de saber cual es el pequeño porcentaje de arquitectos hoy está planteando arquitectura con mayúsculas, sino cuales son las medidas que debemos tomar para que la mayor parte de los arquitectos puedan hacer una arquitectura digna (con un marcado carácter de servicio) para que nuestras ciudades puedan disfrutar de una mínima calidad de vida. Por lo  atemporal  del texto parece que fue ayer cuando Coderch escribió “no son genios lo que necesitamos ahora”, que con el paso de los años no pierde ni un ápice de su vigencia

 

Por otro lado sería conveniente ver la manera en que la arquitectura cada vez debe acoger más la opinión del ciudadano. Hoy no se puede entender nuestras propuestas a nivel de ciudad sin dar un protagonismo claro a la participación ciudadana. La clave está en encontrar el equilibrio entre los técnicos, la ciudadanía y la administración. La arquitectura cada vez es más un asunto de sinergia que de supuesta genialidad.  El gran Alvar Aalto, allá por el año 1957 nos deleitaba con estas palabras; “el nivel de discusión conviene que sea lo mas amplio posible. Deberíamos poner todas las cartas encima de la mesa y hablar juntos, planear conjuntamente y hablar abiertamente de nuestras debilidades.”

 

Para terminar de posicionarnos dentro de este maremágnum de ideas que hemos intentado hilvanar durante estas dos últimas entradas, creemos que nosotros no podemos afirmar lo que es arquitectura. Como mucho, nos atreveríamos  a afirmar lo que no es arquitectura y en la mayoría de los casos con grandes reservas. Así que pudiera ser que  Saenz de Oíza  todavía nos tendría atrapados en la escuela! En realidad estaríamos bastante de acuerdo con Antonio Jiménez Torrecillas cuando viene a decir que “la arquitectura es más importante por lo que evoca que por lo que es en sí” y si tuviéramos que mojarnos un poco más, como mucho creemos que intuimos lo que nos interesa y lo que no nos interesa de la arquitectura.  A esta conclusión habría que añadir que  lo que  hoy consideramos interesante puede no serlo mañana, en igual medida que muchas de las cosas que hoy nos interesan hace cuatro días no llamaban nuestra atención para nada.

 

Lo que cada vez tenemos más claro es que la esencia del arte o de la arquitectura, no la abarcaremos nunca de manera racional, y las palabras vienen de intentar explicar esta racionalización, que aún siendo extremadamente necesaria, nunca llega a  atrapar lo que con tanto ahínco hemos intentado verbalizar.

 

Quizás esté ahí el quid de la cuestión, si nosotros con todas nuestras limitaciones e imperfecciones somos capaces de definir completamente aquello a lo que estamos llamando arquitectura, es porque posiblemente no lo sea, y si en el intento se nos escapa esa esencia buscada, seguramente es porque lo que estábamos llamando arquitectura lo era sin lugar a dudas.

Cuanto más se nos escape a nuestros razonamientos más arquitectura será, hasta llegar a encontrarnos con las obras cumbres de la arquitectura, esa arquitectura con mayúsculas donde sólo cabe disfrutar desde los sentidos, y donde todos los sentidos son presa de la más absoluta grandeza, que hace que todo nuestro ser quede embargado por la emoción.

¿De verdad alguien puede poner palabras a lo que se siente estando el 21 de Junio en el Panteón de Roma?

 

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4 COMENTARIOS
  1. StepienyBarno

    Hola Antonio. Como bien puedes comprobar durante casi un mes estuvimos hablando en esta misma página sobre temas de sostenibilidad. Es evidente que nos parece un tema clave, y además intentamos darle su importancia. Pero a la hora de hablar de arquitectura, de lo que es la esencia de la arquitectura, creemos que es más saludable mantenerlo un poco aparte. La razón no es porque entendamos que la arquitectura pude no ser sostenible, sino porque vemos que mucha arquitectura que se vende como sostenible es un auténtico engaño. Por un lado no es tan sostenible como dice ser, y segundo seguramente no es ni arquitectura, pues suelen ser unos artefactos bastante dudosos.

    Por otro lado está el concepto que te comenta brijuni, si la arquitectura es de calidad seguramente será bastante sensata, lógica y no dará pie a ninguna desmesura. Con ello conseguirá (aunque no lo venda como tal) ser bastante sostenible.
    Si por ejemplo hablamos de la universidad laboral de Almería de Julio Cano Lasso, hablaremos de por qué es un ejemplo magnifico de arquitectura. Pero si alguien quiere estudiarla desde el punto de vista de la sostenibilidad, se dará cuenta que es complicado encontrar mejor ejemplo para ilustrar la tan manida palabrita.

    Respecto a lo que comenta Brijuni sobre los árboles de la casa de Selgas y Cano, completamente de acuerdo, pues el razonamiento tiene mucho que ver con lo antes comentado para el padre de Lucía.
    Se pueden respetar los árboles y cada rama del bosque haciendo obras maestras como la casa Ugalde de Coderch, o por citar un ejemplo más actual la Casa al Cap Ferret de Lacaton & Vassal.
    Y también se puede hacer el mismo procedimiento de presunto respeto a los cuatro pinos que te encuentras y que esto no sea más que la excusa para poder hacer una arquitectura que se quiebra y se vuelve a quebrar, buscando formas más o menos plásticas, y que como proyecto de arquitectura no tenga especial interés.

  2. brijuni-s

    Antonio, no quiero resultar pedante, pero quiero apuntar un comentario que hicimos el año pasado en una conferencia de Lucía Selgas y José Cano en la ETSAM, a propósito de un premio que habían recibido por una vivienda -muy publicada y que seguramente conoces, la suya- en Majadahonda.
    Alguien opinó que probablemente el premio que el ayuntamiento había concedido a la vivienda se debía a su respeto por los árboles de la parcela, ya que ellos contaron que desde el principio se propusieron no talar ni uno, no modificar ni una rama, sino que la vivienda sorterar todos los árboles y se adaptar así a la preexistencia que suponía el conjunto de árboles de la parcela.
    Nosotros contestamos que si el premio se lo habían dado por eso, era una pena, porque era algo que todo arquitecto debería tener en cuenta como un mínimo, no como un añadido o extra y por tanto no debía ser merecedora de premios esta actitud, sino algo habitual, moneda de uso corriente en la arquitectura, no sólo en la buena. Lamentablemente no es así siempre, de hecho es al revés, pero lanzo la pregunta por si los autores del post han eludido hablar del tema por la misma razón que nosotros entendíamos que un premio no debía darse a una vivienda por sus sostenibilidad, deseando que todas fueran, al menos, respetuosas y sostenibles. Utopía o mínimo exigible?

  3. antonio macedo

    No está mal vuestro planteamiento.
    Pero se echa en falta una visión más sostenible del tema.
    ¿o acaso puede hoy pensarse arquitectura que no sea sostenible?

  4. brijuni-s

    Mucha tela que cortar con este post, hoy no tengo tiempo… Vuelvo mañana a releerlo con calma. Enhorabuena por mojaros pero aviso: creo que no estoy 100% de acuerdo, eso es lo bueno, ya estaba harto de tantas agradables y sanas coincidencias!!!

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