PRIMEROS PASOS
Con la entrada de hoy vamos a hacer un repaso de cómo vemos diversos aspectos de la enseñanza en las escuelas de arquitectura. Intentaremos profundizar mínimamente en el peso que tienen determinadas materias y la tendencia de muchos alumnos a “vestir” sus proyectos con un lenguaje más o menos sofisticado.
Hace unos días desde el blog de n+1 comentaban,
“Hay generaciones completas de profesionales titulados equipados de serie con un enciclopédico desconocimiento de la realidad de su profesión. De la realidad COMPLETA pues indivisible es todo su conjunto y tan importante es ser capaz de parir el gimnasio Maravillas de Madrid como saber lo que te va a costar o si te entra en presupuesto. Una cosa sin la otra es jugar a las casitas”
Esta ausencia de “realidad” que muchas veces tienen nuestras escuelas complica el equilibrio entre el mundo de las ideas y la parte más pragmática de la arquitectura. Cierto es, que esta descompensación no ocurre en todas las facultades, pero en bastantes de ellas estas facetas más prosaicas no tienen el peso que quizás debieran tener. En no pocas ocasiones, no son tanto los planes de estudio los que descompensan la balanza en favor de una formación más artística, sino los profesores o los propios alumnos quienes descuidan las materias más técnicas de la carrera.
Desde que se entra en la escuela de arquitectura, se produce una intensa búsqueda de ideas que luego puedan ser transformadas en proyectos. Esta ebullición conceptual, debe tener una traslación directa a un mundo más comprensible para el resto de los mortales y esta traducción se intenta hacer por medio del lenguaje.
Aquí es donde el alumno se encuentra con una nueva manera de operar, que nunca nadie le había avisado que existía y tampoco en la escuela nadie se molestará en explicarle cómo se hace. De esta forma, en demasiadas ocasiones tenemos un montón de futuros arquitectos hablando un lenguaje más o memos entendible, para que el profesor y resto de compañeros sepan qué se está cociendo en su cabecita.
A este respecto el arquitecto holandés Felix Claus puntualiza,
“Cuando doy clases en Estados Unidos me doy cuenta de que los estudiantes son elocuentes, pueden hablar de cualquier filósofo francés y aplicar sus teorías a un diseño. Pero no saben nada de arquitectura. Pero la teoría tiende un puente entre el cerebro y la mano. Para construir tienes que bajar al mundo real. Creo en la ciencia, la teoría debe reflejar la práctica y no al revés.”
Se acercan nuevos tiempos, nuevas formas de ejercer la profesión y se ha de suponer que nuevas formas de enseñanza en nuestras escuelas, independientemente de que Bolonia pueda producir un profundo cambio, nos guste o no. Así que con todo esto encima del tablero, os animamos como siempre, a que nos contéis como lo veis vosotros.
10 COMENTARIOS
AndrésM
03/03/2010Queridos Lorenzo y Agnieska:
completaría la frase lúcida del Sr. Claus con otra de Carles Martí que dice:
“La teoría que no logra confrontar sus hipótesis con la práctica concreta tiende a ensimismarse y blindarse, mientras que la práctica sin teoría se convierte en mera actividad rutinaria”
… en «La cimbra y el arco», libro magnífico y manejable que os recomiendo, y también a todos los estudiantes de arquitectura:
http://www.arquitextos.com/libros.php?IdLibro=110
Un abrazo, AndrésM.
Orphan Girl
03/03/2010Es verdad que el tiempo y las reformas de los planes de estudios que acortan los años de carrera pueden poner las cosas difíciles a la hora abrir el abanico de materias a estudiar. Pero si nos paramos un poco, yo podría citar unas cuantas asignaturas (la mayoría teóricas) que podría sustituirlas por otras del corte citado en mi anterior post.
Las troncales y obligatorias (casi están las que son) podrían coordinarse mejor para no repetir materia (he estudiado el cáculo de estructuras en hormigón tanto en construcción como en estructuras al mismo nivel de exigencia pero con métodos ligeramente distintos) y la diversidad debería quizás incluirse en las optativas y de libre configuración. Estas últimas son más susceptibles de adaptarse a la «realidad» y en un cuatrimestre aunque sea te dan alguna idea de cómo funciona un estudio, de los indicadores de sostenibilidad urbanos, de los presupuestos participativos … En este aspecto en mi escuela (Sevilla) hay bastante donde elegir pero siempre se puede mejorar la oferta. Y además, el alumno ya de alguna manera está buscando su perfil aunque luego tenga que ser capaz de trabajar en cualquier campo.
En fin, quizás estoy entrando mucho en detalles 😉
StepienyBarno
03/03/2010Parece que ese equilibrio del que hablamos, y que ArkneX parece subrayar, es el gran sueño de la enseñanza. Mundo ideal sin renunciar a la realidad. Pero es complicado que en la carrera haya tiempo para salir preparado en todos los frentes.
Si encima añadimos la parte social y temas de sostenibilidad de los que nos habla Orphan Girl, todavía resulta más complicado.
No ponemos en duda que esto sería lo ideal, pero si la carrera va acortándose, 6, 5 ¿4?, y queremos que al salir a la calle el alumno además de todo lo anterior sepa gestionar un estudio, es decir, poder ser un empresario, ¿cómo se hace en tan poco tiempo? Y decimos poco, sabiendo que en realidad, es mucho y además se vive de manera muy intensa!
La salida al mundo laboral como bien apuntan desde maushaus es dura, muy dura, “hay que saber ver el juego al que jugáis o de lo contrario jugarán con vosotros!!”
Equilibrio y tiempo, tan necesarios como a veces incompatibles!
maushaus
02/03/2010Por suerte o por desgracia, el conocimiento en arquitectura es horizontal, en el sentido de que no se acumula experiencia sobre experiencia en base a una misma temática, al revés que en ingeniería cuya especialización les hace adquirirlo de modo vertical con cada vez mayor especificidad y control!
En la enseñanza de la arquitectura hay que saber ver el juego al que jugáis o de lo contrario jugarán con vosotros!!,
Por hacer un paralelismo con la música, diría que algunos trabajan para ser espléndidos intérpretes y otros pocos, lo hacen para de verdad al acabar convertirse en compositores. La experiencia me dice que los acumuladores de datos que conocí, los cromofóbicos,…, son en poco tiempo, grandes intérpretes, algunos, y otros sufren pues no pueden improvisarse un jazz! Los compositores sin embargo, no han acabado sus sinfonías, pues en muy denso y lento el camino de la experiencia, pero nos van deleitando con pequeñas miniaturas arquitectónicas que bien valen una vida de estudio!
EL PENSAMIENTO PRECEDE A LA ACCIÖN!!
salu2
Orphan Girl
02/03/2010Se me ha olvidao citar otro campo de formación, la teoría arquitectónica, entre otros … pero bueno, creo que se entiende lo que quiero decir.
Orphan Girl
02/03/2010Estoy con vosotros en que a las escuelas, en general, les hace falta tomar más contacto con la realidad, entendida esta tanto a nivel empresarial como social y de variedad laboral.
Creo que las escuelas deben mostrar y dar una mínima formación de un amplio espectro de posibilidades laborales que ofrece la formación de arquitecto. Desde la construcción de edificios de nueva planta (tanto a nivel de diseño, como de coordinación de obra, cálculo de estrucuturas, ajuste presupuestario…), así como de instalaciones temporales (pabellones, escenografías…), mobiliario urbano, planeamiento urbano … para que el alumno pueda ir vislumbrando mejor el alcance de esta formación y dado el caso, qué terreno le gusta más por si quiere especializarse en algo. Actualmente casi toda la formación está centrada en la construcción de nueva planta y muy poco hacia otras cosas que aprendes estudiando por tu cuenta o con la experiencia directa con el mundo laboral. Además, incluso en este sentido, cuando tienes que hacer un proyecto en la escuela, en la mayoría de los casos (incluso en los PFCs) la normativa urbana y de edificación casi ni se toca cuando en el mundo real no es así. Deberíamos estar preparados para la teoría aplicada.
Además de esta actual monoformación que citaba antes, muy pocas escuelas (o mejor dicho, profesores) son permeables a esos enfoques o aspectos sociales y medioambientales que deben ser requeridos hoy en día.
Las escuelas deberían ser laboratorios que se adelantan a la actualidad cuando suele ser al contrario. Se forma según la demanda actual y predominante dejando de lado su potencial investigador que en el mejor de los casos, solamente los profesores practican sin que estos conocimientos apenas lleguen a los alumnos. Debería haber un equilibrio en este sentido.
Otro tema es el empresarial. Se debería potenciar este aspecto, que cuando salgas de la escuela tengas los conocimiento básicos para poder lanzarte en solitario o con otros compañeros a montar tu estudio propio y no tener que pasar por otros, casi necesariamente, para adquirirlos.
ArkneX
02/03/2010Creo que en los últimos años se le ha dado mucha importancia en la enseñanza más a lo ideal que a lo real, supongo que porque se piensa que será la propia realidad la encargada de imponernos ciertos límites en muchos aspectos. Y no lo veo mal porque quien aspira a llegar a una nota de 10 se suele quedar en el 7 o el 8, quien aspira a un 5 se queda en el 4. Si un proyecto de arquitectura solo se basara en la realidad pura, tendríamos una arquitectura amputada o sin alma. No veo mala la postura como ejercicio, si no fuera porque debería de haber un mínimo de educación en materia de realidad, no es de recibo que salgamos a la calle sin saber cómo funciona el mundo empresarial o sin conocer el papel que deberíamos desempeñar en la sociedad.
Para mi, el 10 es el mundo de las ideas, es el mundo abstracto y artístico, y aunque sepamos que la realidad sea una fuerza que tira de nosotros hacia el suelo y que llegar al 10 es casi una utopía, precisamente por eso, debemos poner más empeño en intentar conseguir llegar a ese mundo ideal en el que todo funciona como debiera. Pero insisto, la conexión con la realidad debe existir, cualquier situación que no contemple esto, deja de presentar utilidad.
StepienyBarno
02/03/2010Como bien dice toki, la filosofía construye pensamiento, pero cuando hay exceso de ella puede construir castillos en el aire, que aunque tienen su sentido, a veces no le vendría mal una buena cimentación.
La escuela ha de ser ese lugar para soñar, en eso estamos con Hans, pero tiene que haber una forma de hacer la burbuja en la que se mete a los alumnos sea un poquito más permeable.
Nos gustaron las palabras de Belinda Tato el otro día en la charla de San Sebastián, en la que venia a decir, “somos muy críticos con la formación que hemos recibido, porque nos parece obsoleta, y lamentablemente es la que se sigue dando. La formación de arquitecto me parece que es demasiado autista a la realidad. Entiendo que un arquitecto tiene que apostar en sus proyectos por generar ideas lo más potentes posibles, pero creo que paralelamente debiera tener una conciencia social que no se tiene.”
Quizas en esta parte “social” esté la clave que recomponga el puzzle escolar.
hans brinker
01/03/2010Bolonia no va a cambiar nada, al menos en nuestra escuela. Los mismos profesores seguiran dando y haciendo lo mismo que hacen y hacian hace 20 años.
Y vale que soy el primero en quejarse de la nula formación con vistas al mundo profesional, es más, es que salimos y no tenemos ni idea de nada de lo que supone el trabajo del arquitecto, y en cuanto empiezas a trabajar (por cuenta ajena) te das cuenta de lo mucho que te queda por aprender a pesar de llevar taitantos años en la escuela, supuestamente, aprendiendo a hacer «eso».
Pero tampoco una cosa quita la otra, si no «soñamos» en la escuela, si no «perdemos el tiempo» en filosofar en la escuela, cuando lo vamos a hacer? Bastante chunga, aplastante y real es la vida real (valga la rebuznancia) para quitarnos los sueño y ganas de contar cuentos, como para que lo hagan desde que estamos en la escuela.
La univesidad deberia ser algo más que un puro lugar de formación, algo mas que una fábrica que forma a personas para que como soldaditos sepan hacer todos lo mismo de manera correcta, medible y cuantificable.
TOKI
01/03/2010La experiencia genera «pensamiento». La filosofía no construye… pero ayuda a elegir experiencias.