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Blog de STEPIEN Y BARNO – publicación digital sobre arquitectura
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ESTILO DEL LUGAR O ESTILO DEL TIEMPO

 

ALVARO SIZA CORNELLA 350

 

Después del intenso debate que se produjo en la entrada del lunes pasado, hoy hemos decidido seguir escudriñando las estrechas relaciones que se dan entre  estilo, lenguaje y forma en la arquitectura. Para ello recurriremos a una visión un poco más personal de la jugada, y a partir de ahí ojalá que os animéis a seguir contado como lo veis vosotros.

 

 

Es importante tener claro,  dónde puedes aprender más y con mayor intensidad. Durante los años que llevamos con el estudio, siempre hemos tenido  la sensación de haber disfrutado y de haber hecho cada proyecto con mucho entusiasmo y pasión. En nuestros proyectos nos hemos cansado de decir que lo que intentábamos plantear estaba totalmente alejado de cualquier formalismo, que de alguna forma no usábamos lenguaje en nuestras propuestas, y que el resultado formal del proyecto era consecuencia directa  del fondo  del mismo. En más de una ocasión hemos rescatado las palabras de Asplund; “se olvida que es más importante seguir el estilo del lugar que el estilo del tiempo”.

 

Más de una encendida conversación hemos mantenido con amigos y compañeros, intentado analizar la obra de Álvaro Siza. Por un lado, se defendía que el arquitecto luso era presa de su propio lenguaje y en consecuencia se le podía tildar de formalista y por otro, se defendía la postura de que, muy por el contrario, era un arquitecto extremadamente respetuoso con el programa, con el lugar (tanto físico como cultural) y que sus propuestas estaban tan atadas y enraizadas al entorno que poco margen tenía para que la forma tuviese preferencia sobre el fondo. Nosotros defendiamos la segunda opción. Pero estar de acuerdo con  la primera posibilidad también es tentador ante la belleza plástica de todos los edificios de Siza. Es cierto que  un edificio de Siza, es un «Siza», y se reconoce a la legua. Así que la cuestión, en cierta manera, no deja de ser peliaguda.

 

Por otro lado, tenemos claro que nuestros intereses están encaminados hacia una arquitectura donde sea infinitamente más importante el fondo que la forma. Pero con el paso de estos años, vemos que nuestras propuestas, proyectos y edificios, tienen un cierto aire que los identifica. Seguramente este hilo conductor va más allá del concepto, del fondo del proyecto. Ese “algo” que los une, que además de poder tener que ver con ciertos intereses conceptuales comunes, hemos de reconocer que también guarda relación con unos lenguajes que poco a poco hemos ido integrando. Quizás y sólo quizás, nos hayamos dejado llevar también nosotros por cierta atracción formal.

Nos tranquiliza saber que en el mismo barco que nosotros navegan unos cuantos más, y que con un poco de suerte no sea tan terrible tener ciertas debilidades hacia un cierto  lenguaje. Entendemos que viene a poner un plus de rigor y belleza en los proyectos.

 

Y para acabar unas bonitas  líneas de Azorin que parecen venir bastante a cuento: “¿Que cómo ha de ser el estilo? Pues el estilo… Mirad la blancura de esa nieve de las montañas, tan suave, tan nítida; mirad la transparencia del agua de este regato de la montaña, tan límpida, tan diáfana. El estilo es eso: el estilo no es nada. El estilo es escribir de tal modo que quien lea piense: «Esto no es nada.» Que piense: «Esto lo hago yo.» Y que, sin embargo, no pueda hacer eso tan sencillo ‑quien así lo crea‑, y que eso que no es nada sea lo más difícil, lo más trabajoso, lo más complicado.”

 

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8 COMENTARIOS
  1. StepienyBarno

    La verdad es que el matiz que pone encima de la mesa brijuni, es bien interesante. Quizás lo que hace que algo sea de su tiempo, y no una reacción a algo, es el concepto de belleza. Y esta idea está íntimamente ligada con la intuición. Como bien apunta jorge, Zumthor profundiza sobre estos entresijos, ¡y de que manera! En el post del lunes intentaremos rescatar estas cuestiones!

  2. Jorge Gaviria

    Para quienes no han leido el libro Atmosferas de Peter Zumthor. Un referente para este agitado debate. En el, el arquitecto Suizo despues de exponer uno a uno sus intereses, pautas o reflexiones a la hora de proyectar o diseñar (el entorno, el sonido, la temperatura, los materiales, las cosas, la luz, etc), por último habla de la forma, consecuencia de sus concretas busquedas, que, cuando no es bella, motiva al arquitecto a comenzar de nuevo el proceso.

  3. brijuni

    Sí, sí, está muy bien lo que decís, y son muy buenas las anotaciones de Asplund y Azorín, qué bien traidas, estando tan distantes, ¿no? Pero no sé si el nuevo empirismo, en realidad, aunque pegado a la tierra y al lugar, nace o emana de él o por el contrario sólo es, que lo es, una reacción al estilo internacional y aun tiempo anterior y por tanto se enmarca en una reacción temporal más que formal o vinculada a lo local… o sea, es el nuevo empirismo un estilo del lugar o es fruto de una reacción temporal y por tanto se enmarca en un estilo del tiempo…?

  4. StepienyBarno

    La verdad es que lo que comenta Daniel sobre lo que dejamos de elegir es importantísimo. En lo que excluimos vamos manifestándonos nosotros y nuestros intereses.
    En cierta manera nuestras acciones son resultado de un proceso de significados. Estos significados tienen que ver con lo que vamos a trasmitir con la arquitectura, las emociones y sensaciones que se van a generar.
    Esa puerta de la que nos habla Ricardo en la iglesia de Marco de Canaveses es una forma bien concreta. Esta llena de significado, de memoria y es un resultado de ese proceso de significancia, que hace que vaya directo a la emoción. No es fácil de explicar. Seguro que se puede hacer de manera más sencilla, pero nosotros lo vamos así.
    Todo esto evidentemente tiene que ver con esos datos “blandos” que cita La Periferia Doméstica. Nuevamente acabamos en la intuición y como desde ese punto se llega a lo inaccesible del lenguaje para explicar la arquitectura.

  5. La Periferia Doméstica

    Mi opinión. En Siza, no es ni A ni B, es las dos cosas al mismo tiempo. ¿O acaso el respeto con el programa o el lugar no se pueden considerar parte de su lenguaje?

    Siempre he creído que lo natural es que las obras acaben por tener cosas en común, estas no tiene que verse a primera vista, o pueden ser claramente visibles. Pero lo entiendo como algo natural. Después de todo no todo es racional, hay datos «blandos» en la obra que tiene que ver con quienes somos en ese momento.

  6. Ricardo

    Me parece genial esta entrada, creo que sigue muy bien el hilo del discurso de la anterior y del posterior debate generado. Al parecer es un tema que está muy presente en cualquier cabeza pensante y eso es bueno, reflexionar sobre lo que uno/a mismo/a hace.
    Ese algo más que ya comenté, ese poso que se queda en los proyectos, ese hilo que los une a todos siempre estará ahí porque es innato del proceso de pensamiento. Porque al crear espacio se crea forma, y ésta queda impregnada inevitablemente de nuestros conceptos e ideas, y esto no es malo. Es consecuencia lógica de una trabajo de pensar, reflexionar, cuestionar y elegir. Porque como bien ha dicho Daniel, elegir es excluir, aunque no lo queramos.
    La forma es algo unido a la arquitectura y según ciertos parámetros y decisiones a la hora de desarrollar un proyecto, ésta se hará más latente o pasará más inadvertida.
    Por ejemplo, Siza (muy bien traido, por cierto) parece ser completamente neutral y bastante claro y sencillo. Ahora bien, por poner un ejemplo, qué nos quiere contar con esa panza en la iglesia de Marco de Canaveses o con esa entrada tan desproporcionalmente vertical? O las caras tan claramente apreciables en su escuela de arquitectura de Oporto? Y así podría seguir enumerando pequeños detalles en todos sus proyectos. De modo que eso hace que más o menos me reafirme en mi idea de que es decisión del arquitecto, quien decide si quiere que ese espacio te cuente algo de forma explícita o no. En Siza es como un expresionismo subversivo, que provoca una válvula de escape a esos espacios tan puros y los dota de un «algo» más que es muy interesante.
    De ahí que esté totalmente de acuerdo con vuestro penúltimo párrafo.
    «Por otro lado, tenemos claro que nuestros intereses están encaminados hacia una arquitectura donde sea infinitamente más importante el fondo que la forma.» Cuando decis esto, os referís al fondo en cuanto a contexto, lugar, condicionantes y demás, no a la función, no?
    Muy bien escogidas las palabras de Azorín también, vienen a decir algo así como lo que dijo Sota de dar liebre por gato.

  7. ander

    Está bien reflesionar sobre las cosas que nos atraen. Y sobretodo dejar que la intuición juegue un papel importante en la arquitectura. Es importante lo que elegimos, pero también lo que excluimos. COmo dice Daniel, la asusencia de estilo también sería un estilo (en caso de que se pudiera conseguir). Al final, todos aspiramos a la belleza aunque no sepamos como explicarla.

  8. CCAD – Daniel Moyano

    Cada uno elegimos unas palabras de entre todas las que hay en el diccionario para expresarnos, y eso nos define (muy parcialmente, pero nos define). Elegimos de entre toda la ropa que hay en las tiendas aquella con la que más cómodos nos sentimos, y eso nos define (muy parcialmente, pero nos define). Elegimos una profesión, elegimos un deporte, elegimos, elegimos y elegimos, y nos vamos definiendo y posicionando.
    Cuando los arquitectos hacemos arquitectura, elegimos un lenguaje en el que expresarnos. Y elegir implica excluir. Y con los elementos que damos por válidos, elaboramos un discurso. Y otro. Y otro. Y ya tenemos un estilo, o algo que se le parece mucho.

    La cuestión no es tener un estilo ya que, como vemos, es inevitable (incluso la ausencia de estilo sería un estilo, por darle vueltas a la tuerca). La cuestión es la capacidad de que nuestro estilo adopte un registro u otro sin perder identidad y coherencia. Coherencia interna del propio discurso. Coherencia entre el autor y su discurso. Y coherencia entre el objeto y su entorno. Entorno social, físico, ético, moral, temporal…

    Hacer todo esto, y que además parezca fácil.

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