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Blog de STEPIEN Y BARNO – publicación digital sobre arquitectura
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APRENDIENDO A APRENDER.

 

pizarra - stepienybarno - aprendiendo a aprender 350  pix

 

Vamos a seguir adentrándonos en los terrenos de la enseñanza de arquitectura. Después de dar la semana pasada unas pinceladas sobre los que son los referentes arquitectónicos actuales, hoy nos queremos centrar en una visión más metodológica de la enseñanza. Con este artículo queremos dejar la puerta abierta a nuevas formas de enseñar, con las que quizás no estemos tan familiarizados.

 

 

“Mis alumnos querían saber absolutamente todo. Así que un día me preguntaron como se hacia buena arquitectura. Y yo les respondí que no lo sabía.

¡Las consecuencias de mi respuesta fueron catastróficas! Al día siguiente vinieron a verme los padres del alumno y me dijeron: pagamos una fortuna por trimestre, para que nuestro hijo aprenda, y ¿qué le dice el profesor? “!no lo se!”

 

 Estas eran palabras de Alvar Aalto recordando su etapa americana como profesor en la década de los cuarenta. Esta actitud un tanto provocadora del maestro finlandés no dista mucho de la idea que le gustaba comentar a Le Corbusier al respecto,  «Solo vale la pena aprender lo que no se puede explicar». Así que parece que enseñar no es tan sencillo como parece. Con lo cual, si Aalto no sabía explicar cómo se hace buena arquitectura, y Le Corbusier solo daba valor a lo que se aprendía sin enseñarse ¿Qué es lo que se debe hacer  en las escuelas de arquitectura?

 

A pesar de las palabras de los dos maestros, muchos profesores de nuestras escuelas se siguen empeñando en transmitir metódicamente sus enseñanzas a sus pacientes alumnos, con la esperanza de que su gran conocimiento ilustre las jóvenes mentes de sus pupilos. Dogmas y recetas son el pan nuestro de cada día en muchas clases de proyectos.  En muchos casos son ideas fijas y un tanto trasnochadas, sobre lo qué es bueno y lo qué es malo en arquitectura. Más de un discurso no parece dar la posibilidad de que la realidad pueda ser distinta de cómo la ve quien está encima de la tarima.

 

Este tipo de planteamientos distan mucho de las palabras que pronunciaba la semana pasada Álex de la Iglesia en la ceremonia de los Goya “No hay una manera de hacer cine, sino muchas y debemos contemplarlas todas”. Pero para muchos arquitectos y profesores de arquitectura esto no está tan claro. Lo que uno entiende por arquitectura parece ser la única opción. En la mayoría de los casos se ha apostado por un camino totalmente piramidal y muy poco participativo por parte del alumnado y en muchas escuelas se sigue enseñando arquitectura de idéntica manera a como se hacia a principios del siglo XX.

Estamos hablando de malos profesores, y malas escuelas, pero  por supuesto que esto no siempre es así. Existen (y admiramos), muchos profesores en numerosas escuelas donde se aboga por una enseñanza participativa, con un uso adecuado de la tecnología, donde el estudiante no es un número sino que es una persona con nombre y apellidos y sobre todo donde hay profesores que son buenos docentes. Porque como ya se apuntó en los comentarios de la anterior entrada, entendemos que aquí  está el quid de la cuestión. Nos hemos acostumbrado a que por el hecho de ser alguien buen arquitecto, necesariamente había de ser buen profesor y eso es rotundamente falso. Para ensañar hay que ser didáctico, buen comunicador,  respetuoso  y si encima se es un excelente arquitecto, mejor que mejor. Pero no podemos empezar la casa por el tejado.

 

¿Por qué para ser profesor no se pide ningún tipo de preparación docente? ¿Por qué no hay una evaluación continua de los profesores?   Ya no podemos dar peces para comer. Esto hace tiempo que lo sabíamos, así que parecía que la solución era dar la caña, pero en los tiempos que corren lo que hay que hacer, es  enseñar a fabricar  propia caña. Y si vamos un poco más allá, incluso pudiéramos plantearnos si lo que realmente hace falta es enseñar otro modos de pescar.

 

En fin, el debate está abierto, así que como siempre, nos encantaría que nos contaseis como recordáis o como estáis viviendo este tipo de cuestiones!

 

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10 COMENTARIOS
  1. Alvaro Perez Rey

    El metodo de enseñanza de las escuelas tambien se podría llamar «con flores a maria» con el profesorado levitando en el nirvana, de hecho una posible estrategia del alumno o alumnado) puede ser arrancar al profe de su estado de levitación permanente y arrastrarle hasta «su» proyecto.

    Me parece interesante el punto de vista de CCAD-Daniel Moyano, aunque creo que lo que describe, mas que transversal, sería tranversalizado (a su vez, efectivamente, las otras asignaturas tambien pudieran ser transversalizadas por proyectos)En los master de arquitectura de las universidades mas prestigiosas del mundo, junto a los profesores de proyectos (permanentes o invitados) existen profesores encargados de asesorar tecnológicamente al alumno durante el proyecto.

    Desde mi experiencia, me es indiferente que las academias de proyectos sean o no necesarias, si alguien quiere aprender arquitectura y por las razones que sean, en la escuela no lo hace, tiene el derecho a buscar su camino de aprendizaje adecuado y ese camino puede transcurrir por la escuela o no.

    La diferencia es como de la noche al dia, también es cierto que yo he tenido la suerte de tener un profesor muy bueno, y su metodo es absolutamente referencial y estructurante, elude cuestiones intangibles o inabarcables salvo para capturar la idea en las fases iniciales, y es que el proyecto a fin de cuentas es algo totalmente tangible y abarcable que se ubica en un contexto espacial, temporal, y cultural determinado, e insertado en toda una serie de experiencias previas acumuladas.
    Es muy importante disponer de una amplia y actualizada cultura arquitectonica estructurada, pensar habitar y construir los diferentes elementos, saber utilizar las metaforas, etc… y todo esto se puede enseñar y se puede aprender.

    Creo que en proyectos hay que estudiar igual o mas que en otras asignaturas, y lo que hay que estudiar está en la cultura arquitectonica contemporanea, en la historia, y en la disciplina constructiva (detalles).

  2. StepienyBarno

    Estamos con JGC y Eva, en que lo principal, la esencia de la arquitectura, no se podrá explicar nunca, aunque algunos se sigan empeñando en hacerlo. Y lo peor no es eso, sino que se suele mezclar con una autoridad excesiva, para ganarse así el respeto de los alumnos.

    En contraste con esta actitud rescatamos las palabras del gran Coderch “ cuando un alumno mio se distrae con un pájaro que se apoya en la repisa de la ventana, talvez sea porque está aprendiendo mucho más del pájaro que de mí! Con ello entiendo que el alumno es sensible al mundo que le rodea”

  3. JGC

    Para Eva Chacon//Tu comentario, ya que hablamos de escuelas, es de 10, Eva Chacon.
    Aalto estaba hablando de Arquitectura como Arte, y como en todo Arte, no todo se puede explicar, comunicar o comprender. En música, por ejemplo, tampoco se puede enseñar el talento y es difícil o imposible explicar a un alumno que lo «esencial es invisible a los ojos», está escrito en el vacío existente «entre los pentagramas».

  4. soft – eva chacon

    A mi me parece que las palabras de Aalto a sus alumnos americanos eran un desafío que simplemente no fueron capaces de comprender (o a lo mejor alguno sí lo entendió desde la sombra…).

    Que un grandísimo sabio de la Arquitectura como él dijera que no sabía cómo ‘se hace’ la buena arquitectura recuerda al ‘sólo sé que no sé nada’ de Sócrates. Me parece un manifiesto a favor del método socrático, de la conciencia de la ignorancia no como cualidad moral, sino como actitud vital, y del aprendizaje como camino para alcanzar un grado de conocimiento universal y objetivo capaz de superar la subjetividad del mundo cambiante de la opinión.

    Si las escuelas consiguieran que todos sus alumnos salieran de ellas habiendo aprendido ésto, el panorama de la arquitectura sería bien distinto. ¡Pero sólo es una opinión!

  5. StepienyBarno

    Como bien dice Santiago, parece mentira lo fácil que es “arreglar el mundo” desde aquí y lo difícil que es intentar llevar a cabo cualquier mejora en la universidad para quien de verdad tiene interés en ser un buen docente.
    Hay que asumir que estos debates tienen cierto aire entre utópico e ingenuo, pero a la vez sirven para ponernos de acuerdo en muchas cosas, que parece que están bastante mal.

    Ese enfado de, que comenta brijuni, de los profesores en la universidad, parece derivado de la falta de vocación de la que hablábamos en le post de la semana pasada, y que no hace otra cosa que complicar muchísimo la relación con el alumno que, como bien dice Hans, en muchos casos deja mucho que desear. Estamos contigo, en que ser profesor de una carrera que puede ser tan bonita como arquitectura, no es una ocasión que de deba desaprovechar. De hecho es un privilegio el poder tener una calse de entusiastas alumnos locos por aprender arquitectura. Desde stepienybarno reconocemos nuestra sana envidia y esperamos algún día tener el privilegio de entrar en el mundo docente, mientras tanto seguiremos dándole vueltas al tema.

    Por cierto el jueves publicamos una entrevista que os va a encantar, los Toki hablando sin tapujos sobre el mundo de la enseñanza en arquitectura y su aventura personal. De hecho la idea que pone encima de la mesa Daniel también salió en nuestra conversación con Ibon y Amaya. Quizás, a raíz de la entrevista podamos profundizar más en el tema.

  6. S. DE MOLINA

    Si cada español tiene un seleccionador nacional de futbol en sus entrañas, todo arquitecto tiene un director de escuela.

    Todas las universidades españolas que conozco, de manera más o menos directa, hoy, evaluan todos los años (alguna hasta dos veces) a sus docentes. Otra cosa es la consecuencia de dicha evalución si se trata de universidades públicas o privadas.

    En el sistema americano de enseñanza las evaluaciones al profesorado, es, no solo habitual, sino que si un docente no alcanza una calificación mínima es expulsado de la universidad sin contemplaciones, aunque sea un superstar. Hoy Alvar Aalto lo tendría difícil.

    Un plan de estudios o simplemente un plan docente no es, me temo, ( aunque ya me gustaría que fuese más fácil), cosa de un ligero comentario, así como este, entre amigos. Y sin embargo es tan buen tema que dan ganas de sumarse a esas dos importantísismas líneas de mejora aportados por los anfitriones: tecnología y mayor participación.

    Otro temazo. Enhorabuena anfitriones.

  7. hans brinker

    Brijuni, si están enfadados, o no les gusta su trabajo, que lo dejen y se dediquen a otra cosa, que ya vendrán otros que lo hagan mejor que ellos, aunque precisamente ese es el problema no? Que para que no lo hagan mejor que ellos, siguen manteniendose ahí para joder más que nada… por eso el sistema de evaluación del profesorado debería ser indispensable, para mantener la calidad de la enseñanza por encima de egos y tonterias.

    Daniel, el problema de eso vendría cuando un alumno no fuese una estrella que llevase todas las asignaturas al unisono, corrigiendo proyectos de cuarto con el arte de primero, estructuras con el de segundo, o proyectos de primero con estructuras de cuarto… En un sistema ideal seria el sistema perfecto, donde para cinco trabajos no tuvieses que utilizar cinco proyectos diferentes, sino un único proyecto para todas las asiganturas, el problema, una vez más para poder llegar a eso, los profesores, que con tanto choque de ego y rencores adquiridos tras años de profesión y docencia, antes muertos que colaborar… que digo colaborar, hablar entre ellos.

  8. CCAD – Daniel Moyano

    Y si «proyectos» fuese una asignatura transversal? Es decir, habría clases teóricas de todo, pero luego los proyectos serían parte de todas las asignaturas, y habría que corregirlos con el profesor de Proyectos, pero también con el de Construcción, el de Estructuras, el de acondicionamioento e instalciones, Urbanismo, Historia, Estética…todo!
    Creo que corregir cada proyecto bajo muchos puntos de vista sería muy bueno. Un lío, lo sé, pero mucho más provechoso.

  9. brijuni

    Yo creo que el problema es que los profesores están enfadados porque hay demasiados alumnos y temen por su trabajo en el futuro y por eso prefieren maltratarlos psicológicamete para que abandonen. Visto así, parece un favor. Gracias!

  10. hans brinker

    Ains… la escuela. Casi todo el mundo que acaba lo define como «eso que hay que pasar» para ser arquitecto de los de verdad, como un trámite, como un paso más… y resulta que debiera ser algo mas que eso, no?

    La parte de los malos arquitectos, malos profesores, malas escuelas nos la sabemos muy bien porque todos las hemos pasado, y las excusas que sirven a que esto siga asi también, masificación, desinterés (de alumnos y profesores), burrocracia (si si, he dicho Burro, porque de eso también hay mucho), planes de estudio obsoletos, «es que no puedo hacer lo que quiera porque e catedrático es el que manda…», y asi miles. Lo cierto es que no es tan fácil definir lo que tiene que ser bueno, o como debiera ser la verdadera enseñanza.

    Una cosa tengo clara yo al menos, que como es ahora desde luego, no es como tiene que ser, que hay que poner más profesores para menos alumnos por cada uno, para conseguir un trato más personalizado, que desaparezca esa chorrada de la teoria y la práctica separada en horarios y quehaceres, que se fomente la participación y no la competencia, que se evalue a los profesores periódicamente y que se haga caso a lo que opinan sus alumnos de el, y que se vayan a su casa si son malos joder, que evaluar se les evalúa ahora también, pero para lo que sirve esa mierda… bueno, que me pierdo.

    Vamos, que no sabremos cual es el final del camino, pero al menos si sabemos el camino que hay que seguir, o por donde tirar, o los pasos que hay que dar, la lástima es que la escuela es reflejo de la profesión, y no al reves, como debiera, que la profesión fuera reflejo de lo que se enseña y lo que sale de las escuelas, y al igual que la profesión está anquilosada, anticuada y va más despacio que una rueda cuadrada, las escuelas lo mismo, paradas y haciendo esfuerzos por quedarse donde están o a lo sumo, volver atras, pero eso de innovar, mejorar… de eso nada que entonces se van a dar cuenta de que llevo 20 años enseñando a pintar con lápices de colores y que no tengo ni idea de lo que digo no hago.

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