ALGO ESTÁ CAMBIANDO EN LOS COLEGIOS DE ARQUITECTOS
Durante estos más de siete años de blog hemos escrito muchas veces sobre los Colegios de arquitectos; de hecho, más de una vez se ha montado un buen debate sobre ellos en alguno de los post. Así que, como puedes imaginar, no somos sospechosos de dorar la píldora a estas instituciones.
Sin embargo, por lo que vamos viendo en los últimos tiempos, parece que algo está cambiando. Si quieres saber cómo vemos el tema, te animamos a seguir leyendo.
1_ LOS DE ANTES
Cuando terminamos la carrera en el 2003, jamás nos habíamos planteado nada sobre los Colegios de Arquitectos, ni bueno ni malo; salimos totalmente desprejuiciados con el tema y nos subimos al carro sin pensar mucho en el asunto.
Por aquel entonces, terminabas la Escuela, te colegiabas, te hacías de la hermandad (ni pensábamos en la posibilidad de la seguridad social), te apuntabas a Asemas (sin saber muy bien si había otras opciones) y a currar.
No había llegado la crisis y conseguir trabajo no era una odisea como ocurre hoy en día.
Con el paso de los años, te vas dando cuenta que quienes estuvieron en los Colegios en los tiempos de bonanza se dejaron llevar por la fiesta y había una especie de barra libre que iba desde viajes a todo trapo hasta un posicionamiento endiosado respecto a la sociedad.
Tampoco, los Colegios se preocuparon demasiado de facilitar el desembarco en la vida laboral de los jóvenes arquitectos. Curiosamente, las Escuelas tampoco. Aun así, todo tendía a ir bien.
Sin embargo, con la llegada de la crisis, estas instituciones fueron quedando un poquito anticuadas y requieren una regeneración importante. De hecho, el debate sobre su sentido o, mejor dicho, el sentido del visado obligatorio sigue abierto y es bueno que haya foros de debate sobre el tema.
Por un lado, es cierto que, de alguna forma el Colegio y el visado garantizan unos mínimos; pero, por otro lado, es una forma hacernos necesarios a sociedad desde la imposición.
En este sentido, es donde vemos una gran margen de maniobra y creemos firmemente que nuestra desconexión con el común de los mortales es un lastre que hay que atajar cuanto antes. Las razones son evidentes: la sociedad necesita saber más de nosotros, para que sea consciente de cuándo nos puede necesitar y nosotros necesitamos una sociedad con más interés en la arquitectura y los arquitectos para poder dar lo mejor de nosotros.
2_ LOS DE AHORA
En cualquier caso, aunque el camino no ha hecho más que empezar, vemos que desde más de un colegio se están dando pasos en este sentido y esto es un gran logro.
¿La razón principal de este cambio? Creemos que la gente que está entrando en los Colegios lo hace desde otro sitio, con otra mentalidad, y sobre todo con otra actitud.
Desde hace más de un año estamos en contacto con varios Colegios, llevamos las redes sociales de uno de ellos, estamos haciendo dos webs de Colegios y, sobre todo, hemos dado bastantes cursos en ellos. Todo esto nos ha hecho mantener una relación constante y estrecha con muchas personas de algunos colegios. Por ello, lo que podemos decir es que, en general, es gente muy maja y que le echa todas las ganas del mundo al asunto.
Hemos visto en vivo y en directo, cómo varios de ellos meten horas a patadas trabajando para el Colegio, dejando, más de una vez, sus propios estudios un tanto desatendidos.
3_ LOS QUE VENDRÁN
Aun así, detectamos varios problemas que conviene resolver en un futuro cercano. Muchas veces, a pesar de las ganas que se le eche al tema, el propio sistema es tan arcaico que no cunde mucho el esfuerzo que se hace.
A su vez, son muy pocos colegios los que se plantean el tema de la comunicación en serio. Primero, ser capaces de comunicar a sus colegiados lo que realmente hacen y, segundo, como ya íbamos comentando, relacionarse de una manera más sana con la ciudadanía.
Está genial el cambio de talante, es fantástico que la gente que va entrado lo hace con el ego mucho más calmado; pero parece que vendría bien una adaptación mayor al mundo 2.0 y que, con ello, se creen más sinergias entre los propios colegios. ¿Tiene sentido seguir en cada demarcación, delegación, colegio, con sus propios reinos de taifas. ¿Por qué no se puede crear, por ejemplo, un sistema de visado único que sirva para toda España? No parece tan complicado y facilitaría todo mucho. En cualquier caso, es solo uno de los temas a tratar.
Ojalá, los nuevos tiempos que ya han llegado den un paso más y dentro de no mucho podamos escribir un post para contarlo.
Mientras tanto, seguimos ilusionados viendo una nueva forma de hacer las cosas. Arquitectos al servicio de otros arquitectos y, de alguna forma, de la propia sociedad.
Pero bueno… esto es solo nuestra visión de la jugada; ahora, nos encantaría saber como lo ves tú.
Autores del texto: Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó
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4 COMENTARIOS
Antonio Maroño
18/05/2016Aunque seguidor habitual, habitual seguidor silente, no me resisto a la tentación de participar como refuerzo a un comentario, y por el tono de alguna contestación. Los Colegios de Arquitectos son lo que los arquitectos hagamos con ellos. En su gestión estamos los que en cada momento nos hemos interesado (y los compañeros han considerado escoger) y somos hijos tanto de nuestra experiencia anterior como de las circunstancias de cada coyuntura histórica. Desde el ámbito local hasta los nacionales e internacionales, el papel de los COAs ha sido, fundamentalmente, mal explicado y difundido, y de ahí viene en parte esta sensación de lejanía. La carga burocrático-institucional que tienen es no solo para el colegiado, también para los gestores… eso, una carga, que no puede hacernos olvidar que esas organizaciones son casi el único vínculo de los profesionales de la ARQUITECTURA entre ellos… no sólo de los colegiados, sino de los arquitectos en general. Sólo en los momentos de más fuerte crisis es cuando se nota existe esa urdimbre entre nosotros, que vino siendo tejida por generaciones de arquitectos. En la oposición frontal a un ataque, o en la defensa en bloque de lo que nos une, siempre están los COAs. Acercaos a los colegios, criticad desde dentro o, mejor aún, implicaos en intentar hacerlos mejores. Es más complicado, suele ser más cansado y es, seguro, mucho más ingrato, pero es EL ÚNICO CAMINO. Los arquitectos somos los profesionales del cambio; lo lógico es que nos ocupemos también en cambiar lo que es NUESTRO. Ni son tan grandes dinosaurios, ni tan inmóviles, ni tan poco ágiles… En cada encrucijada, incluso legal, para la profesión, pensad que, por pequeño que parezca el trabajo de los COAs, mucho peor hubiera sido si los Colegios no hubiesen existido (aportado, negociado, resistido en fin). No necesitamos un reconocimiento diario a los aciertos que pueda haber, pero sí la comprensión de nuestros compañeros ante los errores que seguro cometemos, y el ánimo, y el impulso de la crítica constructiva.
Antonio Maroño. decano COAG
Miguel Martín Heredia
17/05/2016Como casi siempre, amigos de StepienyBarno, hacéis reflexiones bastante acertadas pero aún el cambio en muchos Colegios es débil y en algunos casos con pasos atrás y perdida del impulso, es precios que las nuevas generaciones, como vosotros e incluso compañeros más jóvenes, os impliquéis en hacer que los Colegios respondan por una parte a lo que los arquitectos necesitan en los diversos campos profesionales actuales, pero aún algo tan importante como lo anterior, que sean capaces de ofrecer a la sociedad el rigor y la responsabilidad precisa en el desarrollo de las ciudades, en la edificación, etc. poniendo las herramientas de los arquitectos al servicio del futuro. Algunos, iniciando el último tramo de nuestra profesión, estamos deseando acompañaros en la búsqueda del futuro. Seguimos en el camino.
StepienyBarno
16/05/2016Sería complicado saber si el cambio viene por su propio pie o casi a la fuerza; pero, lo importante es que lleguen nuevos tiempos.
Como bien dices, Francisco, nuestra realidad es lo suficientemente dura como para que apostemos a caballo ganador; no hay tiempo de tonterías.
Necesitamos sinergias desde abajo, pero también que los de arriba se pongan las pilas.
Francisco Gómez
16/05/2016A medida que las nuevas generaciones van entrando a dirigir los Colegios, las herramientas digitales van ocupando el lugar que les corresponde. Cuando hablo de herramientas digitales, no me refiero únicamente a las redes sociales y el mundo 2.0., sino a la mentalidad que tienen aquellos que las usan. Mentalidad para expresarse y comunicar diferente.
Los Colegios de Arquitectos, son grandes dinosaurios con movilidad reducida, pero como decís, parece que poco a poco comienzan a despertar. Más por verle las orejas al lobo que por el propio interés de evolucionar.
Los Colegios han perdido toda capacidad de representar a sus colegiados, más allá de la burocracia (necesaria a mi parecer) que suponen los visados. Cada ley que saca el gobierno (este y los anteriores) con respecto a la profesión ha sido para clavarnos una banderilla en todo lo alto. Siguiendo el símil taurino, la puntilla nos la dio la pérdida de unos honorarios mínimos (y dignos…) con los que poder luchar en un mercado donde la falta de trabajo y el exceso de técnicos dispuestos a trabajar costándoles el dinero han hecho que la profesión de arquitecto esté pasando por uno de sus peores momentos.
Y ante todo esto los Colegios no han podido, no han sabido o no han querido hacer nada. Parece que con la LSP se abrió un atisbo de esperanza a que ese inmovilismo cambie y ojalá, como decís en el post se pongan las pilas tanto por el bien de los arquitectos, como por el de la sociedad en general, que nos necesita sin saber cuanto.